Mañana, a partir de las 21:00, el Rayo comenzará en el Camp Nou su andadura en LaLiga 22/23.
El verano, ese período que dura un instante y eterniza el resto del año. Por arte de magia nos hace a todos más guapos y nos obliga a beber más agua que el pantano de San Juan. Los «ceno y bajo», los envites, las charlas que se alargan hasta las cuatro de la mañana, los refrescos amenizados, los chiringuitos, el mus, las fiestas. El verano es el idilio de quienes no somos nada de peli y mantita. Pese a ello, incluso para nosotros no todo es perfecto.
Desde bien pequeño me afilié al club del «pon la alarma, jefe, que a las 12 juega el Nástic». Años de «choco krispies» bañados en fútbol precario que acabaron dando pie a que los meses de junio y julio fuesen «los meses sin fútbol», por muchos mojitos que se terciasen. Así es como los orgullosos miembros de la organización comenzamos a registrarnos en las páginas web más inverosímiles para ver el Antequera-Fuengirola de turno.
Sin embargo, todo túnel tiene luz al final, y los PSV – Monaco de previa de Champions ―partido de obligada visualización, dicho sea de paso― no podían ser para siempre. Al fin, con una incontable tralla de partidos no aptos para mentes equilibradas, podemos decir que, ochentaiún días después, vuelve LaLiga a nuestras vidas.
Este sábado, a partir de las 21:00, arrancará en el Camp Nou el duelo que enfrentará al Rayo Vallecano y al FC Barcelona más ilusionante de los últimos años. La lógica dictamina que el encuentro tiene clara tendencia azulgrana, pero también dictaminó que aquellos playoff serían un fracaso, que la Franja jugaría este año en Segunda y que lo mejor era perder en Guijuelo, y miren la que se lió.
Andoni y los suyos han demostrado que nunca se les puede dar por muertos. El mantenimiento de buena parte de la plantilla que rozó el cielo, unido a las incorporaciones de piezas clave como Camello, Lejeune, Salvi o Diego López ―todos ellos inscritos ya en LaLiga―, hacen de este Rayo un equipo más que competitivo.
El Barça, por su parte, ha acometido en apenas dos meses una de las mayores reconstrucciones que se recuerdan en el planeta fútbol. A pesar de que los métodos adoptados acarrean un alto riesgo, Joan Laporta ha conseguido cambiar las deudas y las dudas por Christensen, Koundé, Kessié, Raphinha y Lewandowski. La séptima plantilla más valiosa del mundo (817M), únicamente por detrás de Manchester City (1010M), PSG (945M), Bayern (870M), Liverpool (870M), Real Madrid (834M) y Chelsea (832M).
Ochenta y tres después vuelve lo que nunca debería irse, la pasión de todo un barrio. Vuelven la mala vida, el cielo gris, el cajón franjirrojo y las temporadas cumplidas. Vuelven los hinchas de la agrupación, los sueños por cumplir, los días porque sí y el frenesí. Vuelve el Rayo Vallecano, vuelve la vida pirata.