Chus Landáburu, miembro de los inolvidables Matagigantes, es otra de las leyendas de la Franja.
Jesús Landáburu, nació en la localidad palentina de Guardo, el 24 de enero de 1955. Dotado de una excelente técnica, gran visión de juego, Landáburu jugó habitualmente como medio centro organizador.
Destacó especialmente por su capacidad de mando y su precisión milimétrica en los pases. En los lanzamiento de faltas y saques de esquina era el mejor. Jugó en el Valladolid, Rayo Vallecano, F.C. Barcelona y At. Madrid.
Fue en el Rayo Vallecano donde consiguió los éxitos más relevantes, ya que su progresión fue espectacular. Jugó dos temporadas a un nivel altísimo. En la temporada 77-78, jugó 32 partidos y marcó 6 goles. En la 78-79 disputó 34 partidos obteniendo 7 goles.
Pero Landáburu no era un goleador nato, él se dedicaba más a eso, a dar goles «cantados» a sus compañeros con jugadas extraordinarias.
Chus Landáburu siempre jugaba de centrocampista, se trataba de un jugador superlativo y con mucha calidad. Tenía también una habilidad «muy suya» que era intentar conseguir goles con lanzamientos de corner. Esto lo solía realizar concretamente y de forma excepcional en el estadio de Vallecas, quizás por ser un campo de dimensiones más reducidas, era más fácil conseguir el objetivo. La verdad es que funcionaba y traía locos a los defensores con estos lanzamientos «muy suyos».
Además de ser un gran jugador, Chus era un excelente estudiante, estudió informática cuando en esos tiempos casi no había ordenadores en nuestro país, era un visionario.
En el Rayo Vallecano fue donde se hizo más popular. Gracias a sus buenas temporadas en el equipo de la franja, fichó más tarde por equipos de primera categoría como F.C. Barcelona y At. Madrid.
El Rayo Vallecano hizo un gran negocio con el fichaje de Landáburu al Barcelona. El Sevilla siempre habrá lamentado su decisión de no ficharlo, el Rayo por el contrario, celebrará el acierto de llevarlo a sus filas por las dos espectaculares temporadas que realizó en Vallecas, y por el dinero que percibió por su traspaso. Se consagró como jugador de fútbol como rayista. El dineral que pagó el Barca por aquel entonces también fue importante, todo hay que decirlo.
Un hombre de fe cristiana. De fuertes convicciones religiosas, Landáburu no dudaba en visitar una iglesia que había cerca del estadio de Vallecas cuando entrenaba con su equipo.Actualmente jubilado colabora con dos ONG y trata de ayudar al prójimo en todo lo que puede.
Seguramente Chus Landáburu fue un «delineante» de los campos de juego. Debutó con el Valladolid a la temprana edad de 17 años. Llegó a jugar con la Selección española bajo las órdenes de Ladislao Kubala.Terminó su carrera en el At. Madrid con 33 años, no se llevaba muy bien con Jesús Gil, (vaya novedad) y ya se retiró definitivamente de la práctica del fútbol.