El pasado domingo, Óscar Trejo alcanzaba la cifra de 100 partidos oficiales vistiendo los colores del Rayo Vallecano. Es su tercera temporada en Vallecas y suma dos ascensos a Primera División en sus dos temporadas anteriores.
Seguramente, si nos pidieran que nos quedásemos con un solo gol del argentino Óscar Trejo, defendiendo la franja roja, se nos vendría a la cabeza el que marcó el 22 de mayo de 2011 contra el Xerez Deportivo. Restaban aún dos jornadas, pero aquel tanto que defendió con rabia en la portería de Bukaneros certificaba el ascenso a Primera después de siete años sin pisar la élite. Sólo llevaba una temporada defendiendo los colores franjirrojos, pero el de Santiago del Estero ya se había ganado a la parroquia vallecana para siempre. Sin embargo, tres jornadas después, su cesión culminaba y el jugador volvería a la disciplina del RCD Mallorca para, posteriormente, defender los intereses de El Molinón y, más tarde, del Toulouse.
Parecía imposible entonces, pero la derrota del pasado sábado en Getafe guardaba una efeméride –seguramente agridulce por el desarrollo del encuentro– para el pivote rayista. Óscar Trejo cumplió cien partidos oficiales (97 en Liga y 3 de Copa del Rey) al servicio del Rayo Vallecano. Lo hizo en su segunda etapa, más maduro, más tranquilo y sosegado, pero igual de especial.
Trejo aterrizó en Vallekas en agosto de 2010. Por aquel entonces, quien habría de convertirse en un jugador carismático y decisivo para la entidad no era más que un desconocido más que llega a enfundarse la camiseta del conjunto vallecano. Sin embargo, pronto empezó a dejar detalles de genio y a desnudar el fútbol exquisito que atesora. La temporada de su debut empezó con tintes de oro. Cinco victorias consecutivas auparon al conjunto de Sandoval a lo más alto de la tabla, lugar que ya no abandonaría hasta junio, manteniendo una preciosa pelea por el liderato con el Real Betis, que finalmente ascendería como campeón de Segunda. En esos primeros cinco encuentros, Trejo ya se evidenció como uno de los jugadores diferenciales en la carrera por la Primera División. Su primer gol con la franja lo anotó en la jornada 4, a domicilio frente al Nàstic de Tarragona, y sirvió para obtener los tres puntos (0-1). Su temporada culminó con una destacable cifra anotadora: nueve tantos, entre los que destaca el doblete que sirvió para obtener la victoria ante el Girona en Vallecas (2-0) o la racha de tres encuentros consecutivos con la que cerró el curso (Xérez, Cartagena y Barcelona B en las jornadas 40, 41 y 42).
Cuando, en 2017, se anunció su regreso, la grada de Vallecas se incendió. Se iba a volver a enfundar la franjirroja uno de los jugadores que más calidad le había imprimido en los últimos tiempos. No se hizo esperar. En su redebut, el argentino asistió en un tanto en la victoria a domicilio en el Carlos Tartiere (2-3) con la que el equipo comenzó la andadura de su regreso a Primera y su primer campeonato y en el segundo partido, frente al Numancia (2-2) firmó un doblete. A lo largo de la temporada, el mediapunta consiguió 12 dianas y 5 asistencias y se erigió como uno de los baluartes del ascenso. Mucho se debatía a su llegada si era el jugador de mayor calidad que iba a disputar la Liga 123 y si no tendría rendimiento para jugar en un equipo de mayor categoría. No obstante, Trejo jugó en el Rayo Vallecano porque así lo eligió. Había otras opciones, mucho más suculentas, pero la simbiosis que había sentido con la hinchada vallecana era difícil de desdeñar. Así las cosas, junto a Unai López y Raúl de Tomás, entre otros, el volante albiceleste se convirtió en pieza clave en los esquemas de Míchel.
La tercera temporada de Trejo como jugador franjirrojo, la actual, está siendo la más dura. Nada está teniendo que ver su primera comparecencia en Primera División con lo que habíamos visto de él en la B. Seguramente, él ya sabría que iba a ser un reto complicado cuando decidió renovar su compromiso con la franja sin que el ascenso estuviese aún decidido y con varias novias tratando de tentar su fútbol. Así las cosas, en esta temporada 2018/19, y pese a tener la confianza ciega de Míchel, que compartió vestuario con él como jugador, el rendimiento del Chocota no está alcanzando lo que se esperaba de su calidad. Sigue acumulando destellos (como el delicioso caño que tiró a un defensa azulón el pasado sábado), pero adolece de irregularidad en su despliegue técnico y de menos relevancia en el conjunto. No obstante, pese a ello, en la alineación de Míchel es un fijo: 22 partidos de los 25 disputados, en los que ha sumado un gol (frente a la Real Sociedad) y cuatro asistencias. Además, el míster reforzó su confianza en él en la presentación de la carrera del rayismo, este martes, por lo que esperamos que, con el 8 a la espalda, sea capaz de dar un vuelco a su mala racha de juego y la metamorfosis sea una de las claves para que el Rayo vuelva a salir del pozo.
De momento, aunque sea en horas bajas, Óscar Trejo ya se ha unido al club de los cien partidos con la elástica franjirroja. Un jugador centenario al que Vallekas espera ver brillar y sonreír de nuevo con esa rabia que le caracteriza en las próximas jornadas. Como dice el tango: cien partidos no son nada.
Jesús Villaverde Sánchez