Análisis del notable partido de Óscar Trejo frente al FC Barcelona en los octavos de final de Copa del Rey.
Óscar Trejo lució el brazalete de capitán del Santa Inés en el partido frente al FC Barcelona y ejerció de líder de un conjunto que prestó batalla. El argentino comandó las huestes franjirrojas con un derroche de entrega y talento elogiables. Su primera aparición en el encuentro ya avisaba de lo que iba a ser su noche: con una preciosa –y precisa– ruleta, el Chocota dejó atrás a dos rivales azulgranas (rosa chillón el pasado miércoles) para dar pie a una acción ofensiva de los suyos. A sus 32 años, el futbolista de Santiago del Estero vive una segunda plenitud en el Rayo. Contra los de Koeman, su mapa de acción fue 4×4: acudió a presionar la salida de Araujo y Lenglet, presionó a la línea medular, anulando prácticamente a Busquets durante todo el encuentro y consiguió llevar la batuta en el inicio de la creación rayista, con una estadística de acierto en el pase del 69% (20 acertados por 9 fallidos), e incluso buscó finalizar una acción sobre la portería defendida por Neto. El 8 rayista ofreció una masterclass de compromiso y coraje. Buena muestra de la intensidad, bien entendida, son las siete faltas que cometió durante los 90 minutos, que le valieron una tarjeta amarilla por una entrada a destiempo a Riqui Puig a los 54’. Otro partido impecable del volante –a veces mediocentro–, que sigue siendo una pieza indispensable en la pizarra de Iraola. Una muestra de que el líder tiene que serlo desde el sacrificio por los suyos y el ejemplo que ofrece. Un capitán con todas las letras.