Tras el cierre y la incertidumbre posterior sobre la celebración o no del partido en el Estadio de Vallecas, regresa la Liga Santander a Vallecas.
La ilusión circula revoloteada por mis venas, pese a que en ciertos momentos requiere de esfuerzos sobrenaturales para conseguir llegar a mi corazón rayista, más aún a mi mente. La impaciencia nerviosa y la necesidad de respirar la pureza de un césped recién alimentado explotan por todo mi ser, aún sabiendo que determinadas partes de mí están hartas, dolidas, hastiadas de ver al Rayo en las manos equivocadas. La negatividad y la desgana intentan ganar terreno, pero Vallecas ha levantado su muralla. El sábado hay partido, el sábado vuelve la franja.
Tras puntuar en Huesca por primera vez en la temporada con la obra de arte del recién llegado Gianelli Imbula, el conjunto dirigido por Míchel tratará de hacerse con la segunda victoria consecutiva, la primera ejerciendo de local. Para la gran cita, con el “ok” de las entidades destinadas a garantizar la seguridad del mismo, el Estadio de Vallecas reabrirá sus puertas tras más de un mes sin abrazar a sus miles de fieles. Así, el encuentro de la jornada 5 entre Rayo Vallecano y Deportivo Alavés se disputará en el día de mañana, sábado 22 de Septiembre, a las 13:00.
Con la vista puesta en lo deportivo, el técnico vallecano podrá contar con todos sus efectivos una jornada más. De esta manera, vuelven a ubicarse sobre la mesa de debate las diferentes opciones con las que el cuerpo técnico deberá jugar. La primera línea, con Alberto y Dimitrievski como protagonistas, ya indica la dificultad de la tarea, aunque todo apunta a que será el capitán quien continúe defendiendo la portería. En la defensa, en principio, no se presuponen cambios, visto el buen nivel que han dejado sus cuatro integrantes. Sí pueden darse modificaciones, en cambio, en el centro del campo, donde Gorka Elustondo podría abandonar el once en sustitución de Pozo (desconvocado la pasada jornada) o el mismo Álvaro Medrán, ocupando así Imbula la posición más retrasada de este bloque de tres jugadores. Lo mismo sucede con un ataque al que podría volver Adrián Embarba, aunque el gran nivel desplegado por Álvaro García y Gaël Kakuta invitan a pensar lo contrario. Con todo ello y un partido menos en el casillero, el Rayo llega al choque en puestos de descenso (18º), con tres puntos en tres partidos.
Quien tratará de llevarse la victoria hacia Gasteiz será “El Glorioso” Alavés, con el “Pitu” Abelardo a la cabeza del proyecto. Los blanquiazules llegan a Vallecas después de asaltar el José Zorrilla por la mínima y en el descuento, con un milagroso gol del ex del Athletic Club, Ibai Gómez. Sin embargo, el conjunto vasco trae consigo ciertos impedimentos a la hora de llevar a cabo su labor. La pasada campaña, por ejemplo, únicamente consiguió puntuar en siete de los diecinueve partidos que disputó lejos de Mendizorroza. Además, deberá hacer olvidar la sensible baja de Borja Bastón, con problemas en el isquio, así como la de Rodrigo Ely, operado del ligamento cruzado anterior. A estas dos, incluso, podría sumarse la de Tomás Pina, cuya disponibilidad no será desvelada hasta última hora. A pesar de ello, el Deportivo Alavés volverá a la cuna rayista como séptimo clasificado, con siete puntos en cuatro partidos y pocos goles en ambas facetas del juego, tres a favor y cuatro en contra, lo que pone en evidencia su potencial defensivo, pero al mismo tiempo su carencia de gol.
Son muchas las temporadas que han transcurrido consecutivamente sin un enfrentamiento entre ambos elencos. La última, la 2008/2009, coronó a los franjirrojos, quienes se alzaron con la victoria en ambos enfrentamientos. Asimismo, enfocando la atención en lo meramente estadístico, ambos equipos tienden a evitar los empates en la competición de la regularidad, llevando los rayistas doce partidos ligueros sin conocer este resultado, así como los babazorros han obtenido tablas en un único encuentro de los últimos doce disputados.
Como conclusión, llega a Vallecas un conjunto rocoso y bien trabajado, que entregará la posesión al Rayo e intentará materializar sus ocasiones, con especial enfoque en el balón parado, ya sea por medio del libre directo de Ibai Gómez o aprovechando la potencia física de Calleri o Guidetti en balones colgados al área. Lo único seguro es que tanto la victoria como la permanencia serán un camino curvo, difícil, especialmente si se presta atención a lo que se encuentra bajo los calefactores del palco del estadio, pero el rayismo vencerá independientemente del lugar en el que se encuentre. Mañana, en casa, en nuestra casa, debe derrumbarse un nuevo obstáculo que nos separa de la gloria, hemos de continuar con esta senda tan laboriosa. Hazaña complicada, sí, pero… díganme que no, qué bonito es complicarse la vida. Qué bonito es ser del Rayo.