Valentía, coraje y Planeta

23/03/2019
Valentía, coraje y Planeta

La Peña Planeta Rayista entrega sus premios anuales al jugador y jugadora más destacados de la temporada pasada, así como a rayistas destacados.

Mientras un servidor escribe estas lineas, la Peña Planeta Rayista seguirá de celebración en el CSE, uno de esos lugares emblemáticos de Vallecas en el que Juanli, su propietario, te hace sentir como en casa desde el momento en el que cruzas el umbral de la puerta.

Que el rayismo se reúna para celebrar una jornada de confraternización no necesita un motivo excepcional, pero hoy la Peña Planeta Rayista entregaba sus XVI Premios Planeta, fecha marcada en rojo en el calendario de cualquier rayista que se precie. De hecho, cuando la incombustible Yoli me escribió para trasladarme la invitación, no lo dudé lo más mínimo y dejas aparcado cualquier posible plan que pudiera surgir, dando prioridad a dicho evento.

Es una oportunidad única para poder juntarte con miembros de prácticamente todas las peñas rayistas o con gente de Planeta Rayista a la que no ves desde hace tiempo. La única pega que tengo que poner y no por mí, sino por mi jefe, Miguelito, es que este tipo de actos hay que hacerlos entre semana para que él pueda asistir. Como todos saben, los sábados y los domingos son sagrados cuando juegan sus chicos de la cantera.

Vaya por delante que, jamás podré estar a la altura del grandisimo Miguelito cuando de cubrir un acto rayista se trata, y uno ha hecho lo que ha podido, estando más pendiente de charlar con unos y otros que de dar la cobertura en redes sociales que el acto requería.

En lo que se refiere puramente a los premios, indicar que Óscar Trejo sucedía a Fran Beltrán como mejor jugador del Rayo Vallecano de la pasada temporada. La del argentino ha sido la única ausencia destacable en el acto de entrega de estos reconocimientos. El premiado ha alegado tener asuntos familiares que le impedían acudir en la sobremesa de hoy a recoger su premio.

Por el contrario, Natalia Pablos, mejor jugadora del Rayo Femenino la pasada temporada, aparcaba los libros y el estudio diario para ir a recibir un nuevo reconocimiento de la hinchada franjirroja. La eterna capitana agradecía el premio y afirmaba estar encantada de compartir un rato con la que fue, es y será siempre su familia rayista. Fue la primera de los premiados en llegar y, desde su llegada, todo el mundo quería una foto con ella, desde los más pequeños hasta el mítico David Willy que confesaba haberse hecho una foto con Míchel tras su retirada, pero le faltaba la foto con la mejor jugadora de la historia franjirroja.

Si Natalia es sinónimo de rayismo, ¿qué decir del siguiente premiado, Antonio Amaya? Alguien que deja a su mujer a punto de dar a luz, para meterse entre pecho y espalda 800 kilómetros de coche (ida y vuelta desde Murcia a Madrid) para recoger un premio y volverse inmediatamente a casa, solo es capaz de hacerlo por amor a unos colores y a una hinchada. Al grito de «Antonio Amaya loroloroloroloro, Antonio Amaya» recibía el Premio Valentía, Coraje y Nobleza de manos de Yoli, que ejerció de maestra de ceremonias, demostrando que, pese a los nervios lógicos, está preparada para ello e incluso para el mundo de la canción si fuese menester.

Antonio daba las gracias por el premio a una afición que lleva muy adentro y de la que decía «estar orgulloso porque siempre iba a estar al pié del cañón, ya fuera en Primera, en Segunda o en Segunda B». Esta enésima declaración de amor eterno de Amaya a la afición franjirroja hizo estallar a la parroquia allí congregada para jalearle con el famoso cántico de «Vallecanos, yonkis y gitanos».

El último premio, y no por ello menos importante, fue para la Asociación de Accionistas Minoritarios, como reconocimiento a su labor por la lucha que mantienen para recuperar el Rayo Vallecano y que sea de su gente, los rayistas. Parte de su Junta Directiva, representada por Ángel Barranco, Carlos Sebastian, Gelo y Antonio Castilla, dirigían unas palabras a los rayistas animando a que sigan en la lucha y no desfallezcan en el apoyo que desde hace meses están recibiendo.

Para cerrar el acto, Kikín, el tío que lleva tan a gala ser del Rayo que lo traslada incluso a su propio vehículo, pedía a David Circo que fuera él quien lo hiciera diciendo unas últimas palabras, a lo que el artista (así le definía el propio Kikín) no pudo negarse e hizo una despedida y cierre como únicamente él sabe.

Tras los premios llegó el momento de la barbacoa y el refrigerio en el patio del CSE,  que con el sol que hacía, llamaba a echar una sobremesa de las largas en las que sin darte cuenta se te hace de noche intentando arreglar el Rayo. Misión imposible, de momento, pero que con actos como el de hoy el rayismo seguirá dando muchísima guerra, a pesar de todo y de todos.

Salud y rayismo, camaradas.