Éxtasis franjirrojo

Éxtasis franjirrojo

En unos minutos finales de infarto, el Rayo B remonta el tanto inicial del Alcalá y logra su cuarta victoria consecutiva (2-1). Marc de penalti (85′) y Molina (90′) hicieron los goles del filial.

Si alguien se quedó sorprendido por oír gritos ensordecedores en la «City» el domingo a la hora de comer, que no se alarme. Eran gritos de alegría franjirroja, de desahogo y justicia. Era el éxtasis del Rayo B tras remontar en los 5 minutos finales a un gran equipo como es el Alcalá, la euforia de lograr la más dulce y costosa de las victorias.

El frío y la lluvia cubrían la mañana en el campo 4, en contraste al primaveral clima que hizo durante la semana. Un ambiente desapacible que no evitó la presencia de los habituales «ultras-valla», que no querían perderse todo un clásico de Tercera con tintes de final. Sabiendo eso, los dos técnicos salieron con todo desde el principio. En la alineación de Ángel Dongil, solo 2 cambios respecto al domingo anterior, la vuelta de Iker Recio y Sánchez tras su sanción, en detrimento de Barroso y Arratia.

En la primerísima acción del encuentro, cuando apenas se llegó a los 10 segundos de partido, se dio la acción desafortunada del día. En un salto chocaron Boigues y Garci cabeza con cabeza, yéndose al suelo aturdidos ambos y haciendo que entraran las asistencias. Por unos instantes, parecía que todo iba a quedar en un susto al ver que los dos jugadores se reincorporaban. Sin embargo, el lateral rayista aun seguía mareado, y con apenas 14 minutos jugados, tuvo que dejar el terreno, siendo evacuado de la «City» en ambulancia para evitar males mayores. Por suerte, en el momento de escribir esto, podemos confirmar que Boigues está bien, ya en casa con el alta médica.

En lugar de Boigues entraría Jorge Moreno, el central que regresaba a la convocatoria tras varias semanas de ausencia por lesión. Y fue precisamente al instante del cambio, con la defensa franjirroja que aun no se había readaptado, cuando el Alcalá lo aprovechó para sacar oro. De un balón parado en su campo, los rojillos, hoy de azul, llevaron el balón al costado derecho del área local, donde Izan puso de primeras el centro raso al punto de penalti, donde lo esperaba Adri. Muy solo, libre de marcas. Un caramelito que el 21 visitante metió de primeras a la escuadra izquierda de un Roberto que poco podía hacer. Con nada y menos se adelantaba el cuadro cervantino. La empresa de remontar se sabía que sería especialmente dura, pero habría que intentarlo.

Lo que se vio de aquí al descanso fue un continuo intento de acoso y derribo del Filial de la Franja al marco complutense. Acabaría sin éxito al llegar el receso, pero desde luego no fue por la insistencia de los locales ni por la claridad de las ocasiones, teniendo cristalinas unas cuantas que se fueron al limbo de forma increíble. La primera, un remate de Nacho Fariña al larguero con el portero visitante Aarón ya batido. Luego, un robo de Molina al central que le hizo esprintar solo con el arquero como único obstáculo hasta los palos, pero trató de superarle con una vaselina que se fue muy alta. Después, un disparo de Aguirre en el descuento de la primera parte que el portero logró rechazar lanzándose al suelo. Y algunas más con las que Aarón se ganaba con creces el título de MVP del partido. El descanso llegó, para alivio de un Alcalá nulo tras el gol que incluso había empezado a jugar «el otro» fútbol, y para rabia de un Rayo B que se sentía superior pero no le entraba nada. Una sensación de anti-éxtasis y mucho que remar para la segunda mitad.

Movieron piezas ambos técnicos en el descanso. Dongil cambió al cerebro del equipo, a la pareja de mediocampistas, sacando a Manu Navarro y Sánchez para que entraran Barroso y Arratia. Doble permuta que buscaba que el Rayo B fuese dueño de la posesión y trabajar a partir de ahí por la remontada. Sin embargo, en el tramo inicial del segundo tiempo se vio al Alcalá, si bien no superior, más seguro de lo que debía hacer para lograr su objetivo. No fue un dominio visitante al uso, y de hecho lo más parecido al peligro que crearon fue un córner cerrado de Shafa que Roberto salvó de convertirse en gol olímpico. Pero a partir de ahí, nada de los alcalaínos. Poco a poco se veía al cuadro vallecano volver al ataque, pero sin la contundencia de la primera mitad y con los nervios de saber que el crono corría contra ti y demasiado deprisa para tu gusto.

Entrando en los 20 últimos minutos, como si del FIFA se tratase, Dongil puso al equipo en modo ultra-ofensivo al retirar a un central, Jorge Moreno, al que se le notaron la falta de minutos, por un delantero, Marc Echarri, que también estaba algo falto de ritmo pero con su presencia ya hace bastante. El juego se volcó hacia la meta visitante, con el Rayo B tratando de encontrar el hueco en la defensa del equipo que menos goles recibe del Subgrupo VII A. Poca historia, en verdad. Los balones que surcaban el área de uno y otro lado, o bien acababan rematados fuera, como un cabezazo en plancha de Molina a centro de Kevin, o bien los atajaba Aarón antes de que le entrañasen algún peligro. Pasaban los minutos con el marcador favorable al Alcalá y con su portero decidido a ser la figura del partido.

Pero no contaban con el «Factor Aguirre». El 7 de la Franja, habitual desatascador de partidos que suele emerger desde el banco, se ha ganado a pulso su hueco en el 11 inicial, vaciándose en pro del ataque rayista y casi siempre siendo sustituido a poco del final por quedar al borde del desmayo por el esfuerzo. Sin embargo, en este encuentro aguanto los 90, trabajando como siempre y guardando lo mejor para el final.

En el minuto 85, al poco de entrar Dani Moreno por Kevin como último cambio local, controló la pelota Aguirre en zona de tres cuartos y se decidió a encarar el área. Su carrera fue frenada en seco por un rival que le zancadilleó, pero justo al llegar a su meta, la línea de la frontal, que como parte del área que es, hizo que el árbitro señalase sin atisbo de duda el punto de penalti. Mientras los de azul imploraban al juez para que sacase la falta fuera, Marc Echarri acomodaba el balón en el punto fatídico, sosteniendo la mirada a Aarón, al que le faltaba parar una pena máxima para que le pusieran una estatua en El Val. No fue así. Con un lanzamiento fuerte, elevado a la izquierda del meta que se fue engañado al lado contrario, Marc sacudía las redes y hacía soltar en los rayistas un grito más de desahogo que de éxtasis. Después de intentarlo de mil maneras, el empate llegó de penalti, con la 7ª diana de Echarri, el goleador del Rayo B. Y aun quedaban 5 minutos más descuento. Todo podía pasar, y que no pasó.

Con el empate en el marcador, el Alcalá quiso seguir con su empeño de sacar un punto que consideraban oro, pero quedando claramente afectados por ver que se iba la victoria cuando más cerca estaba. Eso, y un Filial de la Franja que seguía con el modo ultra-ofensivo activado, propiciaron que en el instante en que se cumplía el minuto 90, ahora sí, estallaba el éxtasis vallecano.

El balón sacado jugado por la defensa franjirroja le llegó en el círculo central a Aguirre, que se dio la vuelta y vio el desmarque que le tiraba Molina, emparejado con el penúltimo defensor alcalaíno y partiendo a la vez que él, a ojos del que escribe y más importante aun, del linier. Mientras se protestaba el fuera de juego que no había, Molina volvía a quedarse solo frente a Aarón. Esta vez, optó por desbordar al portero, quedándose para el disparo con la derecha, su pierna «mala», pero con la portería a su merced para definir y mandar la pelota a besar la red y a todo el que llevase ropa del Rayo a correr y abrazarse con quien se encontrará. El grito resonó en Toledo (al menos, el de un servidor). Molina no faltaba a su cita de cada domingo con el gol, y en que momento se reconciliaba con su viejo amigo. Su 6ª diana del campeonato ponía el 2-1 cuando solo quedaban los 3 minutos de descuento, cuando 5 minutos antes se perdía 0-1.

Aun con el éxtasis a tope y las pulsaciones casi en 4 cifras, quedaba un descuento por jugar, el cual fue un «quiero y no puedo» del Alcalá y un ejemplo del oficio que derrocha este cuadro franjirrojo. Sonó el pitido final, y de nuevo los gritos y la euforia del que sabe que ha vencido algo más que un partido. En los 5 minutos finales, el Rayo B le dio la vuelta al partido, derrotó al Alcalá y sumó su 4ª victoria consecutiva. Un triunfo de los que dan moral y son recordados, además de por cómo se consiguió, por lo que conlleva, pues el Filial de la Franja suma 29 puntos que le hacen dormir en zona de pelea por el ascenso directo, en 3ª posición, empatado con el Pozuelo, 2º clasificado. El estallido de éxtasis vivido en la «City» por este equipo y este cuerpo técnico es más que merecido, y no hay mejor forma de encarar una semana crucial, en la que se vienen dos partidos fuera ante rivales directos. El primero de ellos, el jueves a las 20:00 en el Urbis, feudo del ED Moratalaz.

FICHA TÉCNICA

Fuente: elaboración propia

Informó Jorge Morales García. Imagen de @SanvegaFoto.