David Rodríguez analiza las descabelladas ideas de Tebas para ‘mejorar’ la Liga a nivel internacional, en las que se olvida de lo más importante: la afición
Si de algo no se le puede acusar a Javier Tebas es de falta de actividad y de capacidad de trabajo. Un día está en el evento Camp Beckenbauer, otro en un Congreso de Derecho Deportivo, al día siguiente visita a la Sky, y termina la semana en Mónaco, defendiendo “su negocio”.
Durante esta vorágine de viajes y eventos ha desarrollado una curiosa habilidad para generar nuevas y controvertidas ideas, que el futuro determinará si son viables, económicamente hablando, o no, pero que el presente ya garantiza, sin lugar a dudas, un claro perjudicado: el aficionado local.
A Tebas España se le ha quedado pequeña, solo le interesa el mercado internacional y, si a alguien le quedaba dudas, este lunes lo dejó bien claro en la Feria Internacional del Deporte y los medios de comunicación Sportel de Mónaco:
«Ser global es un reto, una oportunidad y una obligación (…) de lo contrario, la Liga quedará simplemente en el mercado nacional. Hemos cambiado los horarios para que lleguen al máximo de fans del mundo»
Pues bien, su última ocurrencia es la de disputar partidos de la Liga en el extranjero. ¿Qué piensa hacer con los aficionados que acudimos a los estadios? ¿Nos llevará a todos de excursión?
Si ya tenemos la competición nacional con las entradas más caras del mundo, no me quiero ni imaginar por qué cantidad de dinero saldrá seguir los partidos de “abono”, y mucho menos imaginarme la cara de mi mujer cuando le diga que me voy unos días a Hong Kong con los colegas, porque el Rayito juega en “casa”.
Según el reciente estudio “Go Euro Football Price”, España es el país con las entradas más inaccesibles para sus aficionados. Si bien el estudio establece que Inglaterra es el país con el precio de las entradas más elevado y España el segundo, hay que tener en cuenta la diferencia de poder adquisitivo entre ambos países. Así, el salario medio mensual en Inglaterra (2.596 euros) es un 59% más alto que en España (1.634 euros). En la práctica, un aficionado español tiene que hacer 1,5 veces más esfuerzo económico que un aficionado inglés para disfrutar en vivo de un partido de fútbol.
Los aficionados españoles tenemos que hacer una seria autocrítica respecto a nuestro actual poder de influencia sobre las altas esferas y aprender de nuestros compañeros de las islas británicas, especialmente en cuánto a su organización, unión y forma de comunicarse con la opinión pública.
En su lucha por hacer más accesible el futbol, hace apenas diez días, aficionados de los 20 equipos de la Premier League se unieron para protestar por el precio de las entradas. No es una acción aislada, llevan protestando con acciones de The Football Supporters Federation (FSF) desde el 2007 y desde enero del 2013 con la iniciativa específica “The twenty´s Plenty Campaing” para rebajar el coste de las entradas de visitante a 20 libras.
Razones no les faltan. Según el último estudio realizado por la BBC “Sport Price of Football Study”, las entradas más baratas de la Premier han crecido más del doble que el coste de la vida desde el 2011. Así es normal que 9 de cada 10 aficionados ingleses sientan que el fútbol es demasiado caro y que su lealtad y su compromiso con los clubes esta siendo explotado.
Protestan justo un mes antes de que los clubes ingleses se repartan los casi 2.500 millones de euros anuales que recibirán por los derechos de televisión, con la confianza de que sus peticiones sean escuchadas y se mejore el trato a los aficionados, como ocurrió hace dos años cuando la Premier League introdujo el programa “Away Supporters Initiative”.
Esta iniciativa supone que cada club debe destinar al menos 200.000 libras (aproximadamente 270.000 euros) anuales en ayudar a sus aficiones a desplazarse a otros estadios.
Y los aficionados ingleses lo notan en su bolsillo. En los dos últimos años se han ahorrado más de 1 millón de euros gracias a los frecuentes acuerdos recíprocos entre los clubes para reducir el precio de las entradas y las ayudas de clubes como el Arsenal, con descuentos de 2,50 libras por entrada y tickets de 10 libras para la compra de bebidas. El Aston Villa, subvencionando el desplazamiento, como mínimo en 5 partidos al año, y en algunos de ellos ofreciéndolos gratuitamente a su afición. El Chelsea, con ayudas de 10 libras por partido disputado fuera de Londres, El Everton, con su programa “Road Trip”, con autobuses gratuitos, comida, entretenimiento y acompañamiento por parte de antiguos jugadores. El Stoke City, con autobuses gratuitos en todos los partidos. El Tottenham Hotspur, con autobuses gratuitos en al menos 7 partidos y así… el resto de clubes ingleses.
Gracias a estas medidas, la Premier League ha llenado sus gradas visitantes al 81% en la temporada 14/15, mucho mejor que en la temporada pasada, con apenas el 75%.
¿Y en España qué hace la Liga?
Debe trazar urgentemente un plan estratégico para cuidar a los aficionados locales, más allá del bienintencionado pero poco útil “Manual de Bienvenida, Guía Práctica para Aficionados 2015/2016” y trabajar más su producto nacional, no vaya a ser que “su” juguete se rompa, como pasó en Italia hace unas décadas. Así, entre otras cosas, llenar las gradas, tratar de forma adecuada a sus aficionados, mejorar el ambiente de los estadios antes, durante y después de los partidos, dotarlos de infraestructuras, hacerlos más asequibles para sus aficiones y quizás así, podremos pasar del paupérrimo 71% al 95% de la Premier League, o al 92% de la Bundesliga.
Entre todos, y no sólo remando por aguas internacionales, convertiremos la Liga en una competición mucho más atractiva, visual y sonora para el aficionado local y también, por lógica, para el aficionado internacional, ese que tanto preocupa a Javier Tebas. Cuidar al aficionado local debe ser un reto, una oportunidad y una obligación. De lo contrario, nunca se podrá desbancar a la Premier League en el mercado mundial.
Si queremos ser la mejor liga del mundo, empecemos por ser la mejor liga del mundo para los aficionados.
David Rodríguez. Gestor Deportivo RFEF/FIFA.