El banquillo vuelve a salvar al Atlético en Vallecas

“Hemos jugado un partidazo”. Con esta frase resumió Paco Jémez, técnico del Rayo Vallecano, el encuentro de ida de octavos de final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, disputado en el estadio de Vallecas.

Lo cierto es que era para estar contentos, después de plantarle cara al líder de Primera y tratarle de tú a tú por más de una hora, dominando cada parcela del terreno de juego y dando la sensación de equipo compacto, difícil de rebasar y que te achucha tanto en el centro del campo que sientes la presión en el cogote y te quedas sin ideas.

Así debió de sentirse el Atlético hasta que llegaron los cambios, la única estrategia que últimamente le funciona al Cholo Simeone en Vallecas, la misma que tuvo que utilizar en Liga hace pocas fechas y que le dio los tres puntos muy al final, y sufriendo también lo suyo.

Porque fue el banquillo, y no otro, el que salvó los muebles del Atlético. Hasta que salieron los de refresco el Rayo dominó un choque al que, en el fondo, no le daba demasiada importancia, vista la alineación titular, pensando más en el Levante que en otra cosa.

Hasta jugó su primer partido como titular el chino Zhang, y Miku, prácticamente desconocido esta temporada, también fue de la partida, mientras que la columna vertebral rayista (Yoel, Trashorras, Javi Guerra) se quedaba en la suplencia.

Pero daba igual, la filosofía de Jémez es la misma con el A que con el B, ante el líder o el colista, y con esas ideas se trabajó un partido muy serio y comprometido que tuvo su premio al enganchar Nacho un zurdazo desde la frontal, después de un error de Thomas, que batió por bajo a Moyá.

El Atlético, por su parte, navegó a contracorriente durante toda la primera mitad, con Óliver apagado en banda –se empeña el Cholo en ponerle ahí, cuando su lugar es más al centro, en la creación- y Torres y Carrasco desconectados arriba. Apenas tuvieron ocasiones los rojiblancos –una de Carrasco y gracias-,  mientras que el Rayo rozó el 2-0 en un cabezazo de Llorente que Moyá se encontró cuando hacía la estatua.

En la reanudación, los cambios de Simeone igualaron una contienda que se le había puesto cuesta arriba a los del Manzanares. Kranevitter –uno de los debutantes junto a Augusto- puso un balón cruzado a Vietto en banda derecha, que tras un recorte cedió atrás a Saúl, que llegaba de segunda línea y enganchaba un derechazo a la carrera que superaba a Juan Carlos. No lo celebró en joven mediocentro, que jugó cedido en Vallecas.

Vietto tuvo otra clarísima, que entre Juan Carlos, que se hizo un paradón, y el palo se encargaron de repeler. Hubiera sido injusto, visto los méritos de ambos. Y ahí murió el partido; el desenlace en el Calderón el día 14.

Ficha técnica

Rayo Vallecano: Juan Carlos; Zhang (Quini, m. 65), Tito, Dorado, Nacho; Llorente, Jozabed; Pablo, Miku (Montiel, m. 74), Bebé (Embarba, m. 79); y Manucho.

No utilizados: Yoel; Zé Castro, Baena, Trashorras, Lass y Javi Guerra.

 Atlético de Madrid: Moyá; Gámez, Giménez, Savic, Siqueira; Augusto (Vietto, m. 56), Kranevitter, Thomas; Óliver (Saúl, m. 56), Torres (Jackson, m. 75) y Carrasco.

No utilizados: Oblak; Lucas, Gabi y Correa.

Árbitro: Jaime Latre. Amonestó a Siqueira, Miku, Torres, Dorado, Saúl y Thomas.

 Goles: 1-0. M.34. Nacho. 1-1. M. 66. Saúl.

Estadio de Vallecas: 5.223 espectadores.

Daniel Leguina