Los franjirrojos dominan el juego pero el Atlético pasa a cuartos gracias a la picardía de Correa y Griezmann
Con la cabeza alta y dando una buena imagen, a pesar de lo abultado del resultado, el Rayo Vallecano quedó apeado de la Copa del Rey tras perder por 3-0 ante el Atlético de Madrid. Una vez más, y van ya tres esta temporada, los cambios le volvieron a surtir efecto a Simeone ante los de la franja, ya que la entrada del francés Griezmann fue definitiva para decantar la balanza del lado rojiblanco.
Hasta que el delantero galo hizo acto de presencia bien entrada la segunda parte, el partido estuvo muy parejo, y a pesar de que el Atlético ya ganaba por un gol, el Rayo dominaba el juego y la posesión, y un tanto le metía en el partido e igualaba la eliminatoria, después de empatar en la ida en Vallecas (1-1).
Pero ese tanto no llegó. La defensa del Atlético -la menos goleada de Europa- fue inexpugnable una vez más y serán los de la ribera del Manzanares los que estén en el bombo de la próxima ronda del torneo. Los franjirrojos, por su parte, vuelven a su triste realidad como penúltimos de la Liga, este mismo domingo en el campo de Mestalla, donde se les presenta una nueva oportunidad de enderezar el rumbo ante un rival también en horas bajas.
El Rayo fue valiente de inicio y se echó arriba como siempre, con la presión alta y dominando el centro del campo. Tampoco le quedaba otra: si quería pasar a cuartos se veía obligado a marcar sí o sí.
Embarba, desaparecido desde hace semanas y una de las grandes decepciones de esta temporada -son legión los aficionados que tenían puesta mucha ilusión en él-, resurgió de sus cenizas -esperemos que no sea flor de un día- para ponerse el equipo a la espalda en la primera mitad y con sus apariciones eléctricas y plenas de potencia logró desequilibrar en un par de ocasiones, con zurdazo incluido a la media vuelta que puso a prueba a Moyá.
Pero ese fue todo el bagaje ofensivo del Rayo en la primera parte, que dominó el juego, eso sí, pero se estrelló con el muro que formaron Thomas y Kranevitter en el centro, y no fue capaz de poner un solo balón en condiciones a Javi Guerra, muy desasistido en punta una vez más.
Y en esas estaban los de Vallecas, con un 60% de posesión pero sin encontrar un hueco en la defensa del Atlético, cuando un derechazo de Correa desde el pico de área adelantaba a los locales al filo del descanso.
En el segundo acto apenas cambió el guión. Si acaso los colchoneros adelantaron unos metros sus líneas para buscar el gol de la tranquilidad, pero Yoel no tuvo excesivo trabajo. Embarba siguió intentándolo, aunque sin la chispa de la primera mitad, y la entrada de Manucho fue el espejismo nuestro de cada día.
Fue entonces cuando el Cholo dio entrada a Griezmann y el francés no defraudó. Un gol de pillo del delantero internacional a la salida de un córner, con chilena incluida en el área pequeña y sin que Yoel ni Baena acertaran a despejar, sentenciaba la eliminatoria para los de casa. El tercer tanto -segundo en la cuenta particular del ariete galo- llegaba en una contra en la que sólo tuvo que evitar al portero rayista con un toque sutil para marcar a placer.
La noticia negativa del partido, más allá de la eliminación del Rayo, fue la lesión del central Diego Llorente en un lance de mala fortuna al ser pisado por su propio compañero Baena. El defensa, uno de los fijos de Jémez, se suma a la lista de bajas de un equipo muy mermado psicológicamente que visita al Valencia este domingo con el objetivo de salir del agujero que conduce a Segunda División.
Atlético: Moyá; Gámez, Savic, Godín, Filipe; Koke, Thomas, Kranevitter (Gabi, m. 72), Carrasco; Jackson (Óliver, m. 81) y Correa (Griezmann, m. 69).
No utilizados: Oblak, Lucas, Siquiera, y Vietto.
Rayo: Juan Carlos; Quini, Llorente (Dorado, m. 53), Zé Castro, Nacho; Trashorras, Baena; Lass (Bebé, m. 65), Montiel (Manucho, m. 58), Embarba; y Javi Guerra.
No utilizados: Yoel, Tito, Pablo Hernández y Jozabed.
Goles: 1-0. M. 39. Correa. 2-0. M. 79. Griezmann. 3-0. M. 90. Griezmann.
Árbitro: González González. Amonestó a Zé Castro y Filipe.
Estadio Vicente Calderón: 28.000 espectadores