El meta navarro salva al Athletic en una gran noche de los de la franja, que se quedan a tres puntos del descenso
El fútbol no siempre es justo con el que más lo merece, y en ocasiones decide más la pegada que cualquier otro lance del juego. Esto fue precisamente lo que le ocurrió al Rayo en su visita a San Mamés, en un partido en el que puso el juego y las ocasiones pero que se decantó del lado bilbaíno gracias a un latigazo de Williams desde la frontal que echó por tierra todas las opciones rayistas de sacar un resultado positivo.
Jugó más y mejor el cuadro vallecano, con desparpajo y atrevimiento, yendo de menos a más hasta convertirse en pleno dominador del choque en la última media hora, con un apabullante 58% de posesión. Pero ni el control del balón ni el gran despliegue físico fueron suficientes para, al menos, arañar un punto que hubiera sido más acorde con lo acontecido sobre el césped de la Catedral.
Arrancó el partido con poco brío por ambas partes, sabedores los locales de que se jugaban su presencia en Europa el próximo curso y lo visitantes el descenso de categoría. Ni unos ni otros querían asumir riesgos innecesarios, y más que jugar se dedicaban a esperar que el contrario cometiera algún error atrás que diera vía libre hacia la portería rival.
Apenas tuvieron trabajo los guardametas en la primera mitad, salvo un remate de Javi Guerra que Iraizoz desbarató con una buena estirada. El Rayo presionaba con solvencia en la medular, y el Athletic parecía que por momentos se tomaba el encuentro como un trámite, pensando más en la vuelta de los cuartos de la Liga Europa ante el Sevilla que en otra cosa.
En la reanudación, Valverde buscó más movilidad con la entrada de Beñat y Aduriz, pero fue el Rayo el que empezó a carburar y a volcar el campo hacia la portería de Iraizoz. Se hicieron los de la franja con el control del esférico y el partido pasó a ser un monólogo vallecano, sólo alterado por el zurriagazo de Williams.
El gol del canterano rojiblanco no hizo más que avivar el juego rayista, que entró ya en una fase de baño absoluto a los leones, que se veían impotentes ante el juego desplegado por los de Paco Jémez, que rozaron el empate en varias ocasiones.
Buscó el técnico cordobés sacar rédito a la fórmula otrora existosa al cambiar a Nacho por Embarba y dejar a su equipo con una defensa de tres, pero esta vez el experimento no dio los frutos deseados. La entrada del joven extremo desarboló por completo la retaguardia bilbaína en más de una ocasión, y Javi Guerra -por dos veces- y Miku la tuvieron para igualar la contienda, pero un gran Iraizoz consiguió que los tres puntos se quedaran en casa.
Se fue el Rayo ovacionado de San Mamés después de firmar uno de sus mejores partidos de la temporada en el segundo acto, pero con la rabia de que su juego no se viera reflejado en el electrónico y con el fantasma del descenso a sólo tres puntos. Con esta actitud, desde luego que los de Jémez no deberían tener problemas para salvarse, pero el fútbol es caprichoso y ahora llega el Villarreal, otro de los cocos del torneo que buscará asegurarse en Vallecas una Champions que tiene a tiro de piedra.
FICHA TÉCNICA
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Bóveda, Etxeita, Lekue; Iturraspe, Rico (Beñat, m.52); Susaeta (Aduriz, m.52), Raúl García, Muniain; y Williams (San José, m.63).
Rayo: Juan Carlos; Quini, Crespo, Zé Castro, Nacho (Embarba, m.63); Raúl Baena, Trashorras; Bebé, Pablo Hernández, Miku (Manucho, m.80) y Javi Guerra.
Goles: 1-0: min. 61, Williams.
Árbitro: Gil Manzano (col. extremeño) mostró tarjeta amarilla a los locales Raúl García (min. 15), y los visitantes Nacho (min. 1), Raúl Baena (min. 15), Zé Castro (min. 52).
Incidencias: Partido correspondiente a la 32ª jornada de Primera División, disputado en el estadio de San Mamés ante 37.597 espectadores.
