Otra derrota más en una temporada para olvidar, con jugadores para olvidar y un presidente que no nos lo pone sencillo a los rayistas.
No es sencillo arrancarse a escribir unas líneas sobre el actual Rayo Vallecano y obviar tacos, insultos o expresiones malsonantes. Tampoco es sencillo olvidar una nueva derrota de un equipo de chiste ante un rival débil y manso, como la gran mayoría de los que han pasado por Vallecas y a los que no hemos sabido o podido ganar.
En realidad, en Vallecas nada es sencillo, y no lo es porque el señor que dirige este barco hace mucho tiempo que perdió el norte. Ya desde su aterrizaje forzoso y dudoso en el club se vio que venía sin brújula, lo cual es una lástima porque con lo que se ahorró en comprar un club de fútbol «low cost» podía haber invertido en algún artilugio tipo GPS para encontrar el camino correcto. Al contrario, prefirió siempre tomar el camino más largo, el que estaba cortado por obras (ya podía haber tomado nota y aplicar dichas obras al Estadio que preside desde su palco y que se le cae a pedazos); jamás entendió que los que a él se acercaban con un mapa de carretera actualizado no eran el enemigo, sino manos que se le tendían.
La verdad es que él jamás entendió nada, sigue sin entender nada y dudo que vaya a hacerlo alguna vez. Hace tiempo pensaba que era ineptitud pura y dura, pero a día de hoy creo que es alguien que va por la vida sin rumbo fijo, que cree que el resto del planeta gira a su alrededor y que vive en un mundo paralelo. Todo a la vez. Han sido horas de conversaciones con él y no me duelen prendas al reconocer que me ha vencido. Desisto, no vuelvo a tener una charla con él de más de dos segundos y será para despedirle el día que sepa que se va del Rayo Vallecano.
En más de treinta años de socio he visto de todo en el Rayo y en sus mandamases, pero jamás he visto nada que se parezca a Raúl Martín Presa. Respeto y admiro a todo aquel que se siente y trate de dialogar con él, pero a mí solo se me ocurre un interlocutor válido para tal misión y es Iker Jiménez, que es experto en misterios, agujeros negros y demás asuntos que pueden llegar a ser inquietantes. Con todo, creo que ni el bueno del creador de Cuarto Milenio sería capaz de hacer entrar en razón a una persona que ha logrado encabronar a tanta gente y durante tanto tiempo seguido, sin una mínima tregua.
Presa ha tenido la suerte de presidir el mejor Rayo de la historia (por números) y no ha sabido ganarse a la gente. En lo económico se lo han puesto más a huevo que a Felipe II y no ha sabido aprovecharlo para hacer que crezca nuestro club. ¡Si ni siquiera es capaz de pedir en fecha y forma una subvención! Llevamos cinco años viviendo en una montaña rusa continua pero este año no hay subidas y bajadas, es todo caída, y el problema es que, aunque no se ve el abismo, lo hay y se llama Segunda División B. No me da miedo el descenso, lo que me aterra es que por la gestión actual ese hoyo se convierta en un nicho permanente.
Él que presumía de haber estado en Irún y después se sacó la cola a paseo, filtrando carnets de socios del Rayo que podía haber hecho en cualquier imprenta (incluso en las que financian al PP), debería saber que en 2004 nos fuimos de cabeza a Segunda B por mantener una plantilla que no estaba diseñada para jugar allí, por no limpiar un
vestuario viciado y por hacer las cosas rematadamente mal. ¿Os suena la historia? Estamos siguiendo el mismo patrón que en aquella temporada y lo peor es que mucha gente se lo avisamos, pero como presume de ser el campeón de su rellano en PC Fútbol y segundo de su bloque en el Comunio, siempre hizo oídos sordos a estos consejos / avisos / sugerencias.
Ayer por la noche, después del partido, una persona a la que quiero mucho me escribió para decirme lo fastidiada que estaba y las ganas de llorar que tenía después de lo visto (una vez más) en Vallecas. Supongo que a causa de la mala leche que tenía o de que mi cabeza ya empieza a estar un poco (bastante) tocada ante tanta basura franjirroja, me vino a la mente la canción del rockero David Summers, esa en la que decía «Estoy llorando en mi habitación, todo se nubla a mi alrededor ella se fue con un niño pijo en un Ford Fiesta blanco y un jersey amarillo«.
Me parecía todo tan acojonantemente conocido… Lo del Ford, lo del niño pijo, el mal gusto en la vestimenta, lo de estar todo tan nublado. Creo que no es necesario decir que todos y cada uno de los que sentimos y amamos este bendito club estamos sufriendo este año como mamones, así que sólo le diré algo a aquel que pone lonas de madrugada en el estadio por si llueve o ningunea a su cantera y al equipo Femenino…