Repaso a todas las incorporaciones del Rayo Vallecano en un mercado de fichajes largo y, en ciertos momentos, duro para los rayistas.
El mercado de fichajes se precipitó en caída libre en una Vallecas de Primera División que no era capaz de avistar un futuro claro, nítido o, si se prefiere, ilusionante. Como quien cabalga perdido el lomo de una montaña encaraban los rayistas la tarea veraniega, observando inquietos los diversos movimientos desde una marquesina que les impedía participar directamente, una subida cuyo fin, pese a existir, es inapreciable. Sin embargo, la dosis de esperanza que la afición requería para subsistir ha llegado, sobrepasando como siempre el límite de lo tardío, pero, a fin de cuentas, lo ha hecho.
Una de las posiciones que solicitaba reforzarse era, quizás, la más primordial. En la portería, el capitán oficializaba lo que todos podían esperar tras valerse de una sola temporada para ganarse el corazón de cada aficionado rayista, Alberto García firmaba de nuevo con el Rayo Vallecano. Su desembarco en el puerto de la Albufera garantiza liderazgo en el vestuario y veteranía bajo palos, pese a ser discutido por un disperso sector del público. Además, la salida de Mario Fernández obligaba a incluir un nuevo guardameta en la plantilla, lo que abrió las puertas a Stole Dimitrievski. El guardameta macedonio, de 24 años, llega cedido con opción a compra y con el cartel de haber sido uno de los mejores arqueros de la temporada pasada en Segunda División, militando en el Nástic de Tarragona, donde jugó 39 de los 42 partidos de su equipo.
La línea posterior, por su parte, también evidenciaba la necesidad de incluir integrantes. Debido a ello, la zaga central fue inmediatamente reforzada con Emiliano Velázquez, procedente del Atlético de Madrid en una operación que rondó el millón de euros y lo vestirá de franjirrojo para las próximas tres temporadas. El uruguayo trae así consigo fortaleza aérea y defensiva, pero deberá madurar deportivamente para evitar circunstancias como las de la pasada campaña, en la que fue expulsado en dos ocasiones y, consecuentemente, relevado del once titular. Posteriormente, se sumaría al futbolista del Río de la Plata Jordi Amat, un viejo conocido. Tras pagar alrededor de un millón de euros al Swansea galés, David Cobeño ataba a un central poderoso atrás y con una salida de balón intachable, clave para Quique Setién en la recta final del “EuroBetis” la pasada temporada. Por si fuera poco, José León, canterano madridista, también veía abiertas las puertas del club para los próximos dos años. Aunque se especulaba con una posible cesión del central, finalmente esta no se ha efectuado. Sin embargo, no iba a ser esta la última incorporación del club, pues aún faltaba por cerrarse la llegada de Alejandro Gálvez, también conocido en Vallecas por su capacidad a la hora de cortar balones, su talento a la hora de sacar la pelota jugada y su gran golpeo de libre directo. El zaguero granadino, de 29 años, portará la elástica rayista tras firmar libre hasta el año 2019.
A la misma altura del campo, pero en el lateral derecho, se hacían efectivos dos fichajes. Tito y Luis Advíncula llegaban de la mano para tratar de hacer olvidar la buena labor de Baiano en la 2017/2018. El madrileño cuenta con la ventaja de conocer la banda del Estadio de Vallecas como la palma de su mano, aunque en esta nueva etapa la recorrerá con algunos años más a sus espaldas. Además, presumiblemente, aporta mayor seguridad en defensa que su competidor, el peruano procedente del Tigres en calidad de cedido con opción a compra. Este, sin embargo, suma frescura a dicha zona del terreno de juego, más ataque y, por tanto, más peligro, por lo que desplegará su indudable velocidad e intentará hacer ver que, como se puede prever, la banda es suya.
La medular, por otro lado, no quedaría atrás en cuanto a las innovaciones. Uno de los culebrones que persistió durante gran parte de la estación del calor fue el de José Ángel Pozo, quien finalmente firmaría por el Rayo Vallecano por alrededor de 1,5M de euros. Aterrizó en la capital con la responsabilidad de ser una de las grandes promesas de este mercado después de haber demostrado su calidad en el Almería, de Segunda División. Titular frente al Sevilla, pero suplente ante el Atlético, el joven futbolista deberá consolidarse en el equipo titular para demostrar su capacidad de distribuir el juego y asomar al área contraria en calidad de asistente, aunque también posee en sus botas un gran disparo. Otro que intentará hacerse con un puesto en el once es Álvaro Medrán, cedido por el Valencia CF. El centrocampista destaca por su capacidad de proteger el balón y cerrar espacios en labores defensivas, pero tendrá que mejorar el nivel desplegado en sus dos primeras participaciones, falto de salida de balón y movilidad en campo contrario. El último en llegar al mediocampo ha sido Gianelli Imbula, cedido por un Stoke City que pagó 20M por el jugador y que ya lo cedió la pasada temporada a un Toulouse que finalizó 18º en la Ligue 1 francesa. El futbolista, de 1´86 metros, porta un físico imponente y posee una capacidad innegable para subir el balón jugado en carrera y finalizar con disparo lejano. A pesar de no destacar por su defensa, deberá trabajar en este factor del juego, pues todo parece indicar que el belga ocupará la posición que Fran Beltrán dejó vacante, la del mediocentro defensivo.
Una vez abordado el centro del campo, los focos apuntan a la última línea del juego, el ataque. Tras llevar a cabo la primera gran inversión del mercado estival (2M de euros), Gaël Kakuta volvía a Vallecas hasta 2022 tras maravillar a los aficionados en la era Jémez. El francés procede del Hebei China Fortune, aunque la pasada campaña jugó cedido en el Amiens, participando con seis goles y seis asistencias en 36 de los 38 partidos que su equipo disputó. Otro extremo que dibujó una sonrisa en toda faz rayista con su llegada fue Álvaro García, procedente del Cádiz CF y consolidado en la temporada 2017/2018 como una de las grandes estrellas de Segunda División. Sus diez goles y tres asistencias con el conjunto gaditano, así como sus grandes actuaciones con el mismo, lo llevaron a la división de oro del fútbol español por la cifra de 5 millones de euros, donde, de momento, ha cumplido con las expectativas. Tras él, efectuaba su tercer fichaje oficial por el Rayo Vallecano Thiago Bebé. El portugués, pieza fundamental en la segunda vuelta de la pasada campaña, aumenta la efectividad desde el perímetro del área y la presencia de calidad en banda. Posteriormente, como si de un sueño celestial se tratase, regresó Raúl de Tomás, el ariete por el que todos los aficionados esperaban impacientes. Fundamental para el ascenso la temporada pasada, suple la necesidad de gol del equipo dirigido por Míchel, con el reconocimiento de ser el autor de 24 de los 67 tantos rayistas del curso anterior. Por último, se encontró a quien, a priori, deberá ser su sustituto, el joven Álex Alegría. El ex de Betis y Levante, entre otros, reforzará por una temporada el banquillo con su capacidad aérea y de juego de espaldas, pese a que el club vallecano reserva una opción a compra.
“Más vale tarde que nunca”, dicta el refranero popular, y esta afirmación cobra aún más peso si la dicha es buena, como, en efecto, ha sido. Los fichajes tardaron en llegar, pero finalmente lo han hecho, rebosantes de calidad y derramando un vaso de ilusión colmado por litros. La perfección es un mal inalcanzable, por tanto, siempre hay aspectos que pueden verse mejorados. La fuga de talento en el Rayo B obliga a renunciar a un rasgo que ha caracterizado al club con el paso de los años, a buscar en ajenos lo que existe en el fútbol base, esto es una evidencia. Sin embargo, hechos que parecen negativos pueden ocultar ciertos beneficios. Recurrir a jugadores que ya formaron parte de la plantilla vallecana no es un error, y menos aún cuando se trata de aquellos que dejaron huella, de quienes levantaron la grada al abandonar el club, lo ha demostrado Trejo, y lo demostrarán Kakuta y compañía. Dicho esto, y de manera conclusiva, el lomo de la montaña continúa en pendiente, pero ya se avista la primera llanura. Todos a una, coloquemos la primera bandera.