Pese a la derrota, no pudo comenzar mejor el Rayo Femenino su andadura en la competición liguera
Con el capítulo de la retirada de Natalia Pablos abierto de par en par y sin cerrar, con la enfermería más llena que la cocina de Los Serrano a la hora del desayuno, con cuatro jugadoras del filial en la convocatoria, con las internacionales rodando un capítulo de «Rayistas por el mundo» y con un cuerpo técnico con la L a sus espaldas, así se presentaba el Rayo Femenino en Valencia para enfrentarse a un Levante que asusta.
Ante semejante panorama, los concienzudos analistas que siguen pensando que en el fútbol1+1 son 2, vaticinaban goleada granota al Rayo Vallecano. Lo cierto es que si eso hubiese sucedido tampoco hubiese sido descabellado, pero si algo tenemos los vallecanos y los rayistas en nuestro ADN es la lucha ante las adversidades y hasta la extenuación.
Las once rayistas que salieron al césped de Buñol tenían una media de edad de 22.18 años, con dos jugadoras por debajo de la veintena y con Auñón y Mendi siendo las veteranas del equipo, cuando no han llegado aún a la treintena. La apuesta de Irene Ferreras era tremendamente arriesgada, en parte obligada por las circunstancias, pero totalmente consciente de lo que su equipo podía dar de sí. Y no se equivocaba lo más mínimo en su predicciones, ya que las nuestras tiraron de orgullo y, ni los nervios del debut ni la categoría de las jugadoras que tenían enfrente, hicieron que le perdieran la cara al partido.
Una derrota por la mínima que sabe a victoria, aunque igual algunos no lleguen a alcanzar a entenderlo, como bien decía la gran Elena en twitter, en pleno subidón franjirrojo. Aguantar 70 minutos el empate en el marcador ante el Levante UD en su propio feudo es algo que muchos equipos no podrán decir cuando visiten tierras levantinas.
Otra persona a la que aprecio y respeto profundamente, al hablar del partido me lo definía como tremendamente serio, muy digno y finalmente usaba la palabra casta para referirse a la actitud de este equipo. Creo que no podía haber mejor definición para referirse a este equipo y de ahí el título de este artículo.
Entiendo las dudas que podía haber alrededor de este equipo, pero creo que tras lo de ayer muchas de ellas se han disipado de un plumazo y esa incertidumbre tiene que tornarse en confianza y optimismo. Yo mismo, hace un mes y medio confesaba tener la ilusión bajo mínimos, pero el tiempo y, sobre todo, el gran trabajo de jugadoras y cuerpo técnico han hecho que poco a poco mi optimismo vaya in crecendo y las ganas de que llegue el próximo domingo para ver a nuestras guerreras franjirrojas en acción sean máximas.
Es tal el optimismo generado tras este primer partido, que incluso podríamos esperar que el misterioso patrocinador que ha aparecido en el pantalón de juego del equipo, deje unos euros en las arcas franjirrojas y se destinen íntegramente en favor de la sección femenina. Pregunta que posiblemente se quedará en el aire y dada la opacidad de este club, nadie tenga a bien responder nunca.
No quiero finalizar sin dar las gracias a la persona que, gracias a sus estupendas fotografías, viste este artículo de un servidor. Gracias porque las circunstancias me han hecho comprobar lo increíblemente difícil que es disfrutar al 100% de un partido teniendo la complicada misión de tomar las mejores fotos posibles. Sé que para ti el de ayer no era un partido más y espero que lo disfrutaras al máximo.
Próxima estación: Sevilla FC. Ojalá veamos una Ciudad Deportiva llena, disfrutando del mejor fútbol de Primera División, especialmente el de nuestras guerreras franjirrojas, tal y como ambicionaba su entrenadora, Irene Ferreras.
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Texto: Alberto Leva
Imágenes: Ana Moreno