La afición del Rayo Vallecano respondió, una vez más, al llamamiento realizado por grupos y peñas del club.
Esta mañana cuando haya sonado el despertador bien temprano en las casas de nuestras guerreras franjirrojas -sí, ellas madrugan para ir a currar o a estudiar- lo habrán apagado para afrontar una nueva semana. Pero no lo habrán hecho como cualquier otro lunes, lo habrán hecho con una sonrisa de oreja a oreja recordando las imágenes de lo vivido ayer. Seguro que alguna se habrá tomado el primer café del día mientras tararea aún «Rayo ale, Rayo ale,…».
No es para menos después de lo vivido ayer en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. Lo que podría parecer un premio de consolación tras la negativa del presidente a disputar el partido en el Estadio de Vallecas, se tornó en una fiesta del rayismo llena de colorido, animación e incluso tuvieron cabida reivindicaciones por el lamentable estado del campo 4 de la City o, un nuevo recuerdo y muestra de cariño para Míchel.
Todo esto no fue nada fácil y no solo por el calor asfixiante que hacía ayer o por la ausencia de cafetería para poder sofocar este calor, o por un horario más propio de estar apurando la penúltima caña del aperitivo o en pleno café tras una buena comida familiar. Como suele ser habitual, en el Rayo Vallecano todo o casi todo es un caos continuo y ayer no podía ser una excepción. El partido ya había comenzado y seguían quedando muchos aficionados en la puerta de la City esperando para poder entrar. No sé si por falta de previsión, por falta de fe en que la afición rayista acudiera al llamamiento de las peñas o, simplemente, por la falta de previsión de la que hace gala siempre el Rayo Vallecano. Jamás habría estado mejor colgado el famoso cartel de «No hay entradas», que ayer en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano.
El partido comenzó frío, no solo en la grada a causa de lo anteriormente comentado, sino también en el césped por parte de las nuestras. No seré yo el que juzgue si esto fue casualidad o causalidad, pero lo que sí es cierto es que, a medida que la grada fue empujando, el equipo fue dando varios pasitos hacia delante llegando incluso a hacer un gol que sigo sin saber dónde vio la colegiada el fuera de juego de Iris.
Si al habitual caos en el que se encuentra inmerso siempre el Rayo Vallecano, le unimos la presencia de la televisión e informadores de la Liga, este se multiplica por un millón y se viven situaciones tan surrealistas como que un guardia de seguridad quiera echar a la delegada del equipo durante el entrenamiento o no deje pasar hasta la zona del banquillo local a una jugadora lesionada del equipo. Habitualmente no hay tantos guardias de seguridad en los partidos del femenino y se veía que estaban más perdidos que Martín Presa en un partido del Rayo Femenino. Yo mismo viví en el descanso del partido un episodio de desconcierto con uno de esos guardias de seguridad. Viendo que Bukaneros iba a sacar el tifo que se mostró durante el descanso, me dirigí al terreno de juego para poder hacer alguna foto (sí, la foto que se ha compartido en redes sociales la hice yo. La hice yo, pero no es mía, la foto es del rayismo y por eso no lleva marca de agua) y en ese momento se me acercó un guardia para preguntarme si yo sabía algo de todo eso, repitiéndome la pregunta varias veces al ver los botes de humo tras el tifo (el humo duró apenas dos minutos). Como no le vi nada convencido y ante la insistencia de sus quejas y lamentos, me esforcé en tratar de explicarle que mi ausencia de pelo no respondía a ninguna ideología y sí a un problema capilar.
Por un momento temí que al final del partido prohibieran a las jugadoras acercarse a la afición a agradecer todo ese apoyo recibido. Por fortuna no fue así y las dejaron disfrutar de un fin de fiesta al que solo le faltó el premio del gol, pero somos el Rayo y nunca nos hizo falta vencer para celebrar, hay cosas como las vividas ayer que están ppr encima de cualquier victoria.
El señor Presa dijo que abriría el Estadio de Vallecas para el Rayo Femenino cuando la afición fuera capaz de llenar la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. Después del lleno de ayer (segundo esta temporada) se va quedando sin excusas ni pretextos, es por eso que estas líneas llevan el titulo que llevan. Juro que jamás me había detenido a leer la letra de la famosa canción de Jennifer López (llámenme loco pero prefiero otro tipo de literatura), pero para escribir este texto sí lo he hecho y me encuentro con un verso que viene bastante bien para ejemplificar la situación del Rayo Femenino, la afición y el club:
«Nunca había sentido algo tan grande.
Tú me has dado tanto que he estado pensando
Ya lo tengo todo, pero…»
¿Y el estadio pa’ cuándo?