Pese a las derrotas o la mala imagen del equipo, llega el momento del pitido inicial y Vallecas se transforma en una olla a presión. Hoy vuelve el fútbol a Vallecas.
Vallecas, al menos a nivel deportivo, está inmersa de lleno en un bucle cuyo fin parece inalcanzable. Entrelazando los dedos, espera cada fin de semana que el Rayo, su Rayo, pueda esbozarle una sonrisa en el rostro, pero la contundencia de la derrota provoca que ese anhelo sea en vano. Tras ello, se suceden numerosas horas de total apatía y dejadez respecto a aquello que la mantiene viva pero, al acercarse el momento del siguiente encuentro, nada ha ocurrido, todo sigue igual, el Estadio vuelve a rugir…
El Rayo, con pie y medio en Segunda División, se agarrará esta misma tarde a los imbatibles muros de su barrio para continuar en la lucha por una permanencia en la que es difícil creer. Los franjirrojos, pues, partirán de una decimonovena posición a la que parecen irremediablemente amarrados.
Para intentar remediar la situación, Paco Jémez contará con las bajas de Gorka Elustondo, Franco Di Santo, Álvaro Medrán, Gianelli Imbula y Jordi Amat, quien quedará fuera de la convocatoria tras haber ocupado la posición de central durante prácticamente la totalidad de la temporada.
Quien buscará cortar las alas al cuadro local será el Valencia CF, uno de los equipos más en forma de la categoría, que acumula un total de dieciséis partidos sin perder. Además, ha alcanzado la cifra de siete encuentros consecutivos sin conocer la derrota a domicilio, con tres victorias y cuatro empates.
Los de Marcelino visitarán Vallecas tras vencer al Real Madrid en un abarrotado Mestalla por dos goles a uno. Además, ocupan actualmente la sexta posición, con cuarenta y seis puntos, treinta y tres goles a favor y veinticuatro en contra, siendo este último el segundo registro más bajo de la categoría. Así, el sexto mejor visitante de La Liga, pisará la capital con las bajas de Piccini, Rubén Sobrino y Coquelin.
En suma, el elenco rayista se escudará en su incondicional afición para seguir aferrado a la pelea por una plaza en primera división. Es el momento de, sencillamente, mostrar que todo aquello que ha faltado durante la temporada no ha huido definitivamente. Es el momento de, al fin, salir del bucle.