En los recovecos más recónditos de la historia contemporánea, se ubicaba el discurso de Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca, ese mismo que Alejandro Amenábar, uno de los más grandes directores de este país, se ha encargado de anclar en la memoria.
En un país en pleno proceso de instauración del Franquismo, el bilbaíno autor de San Manuel Bueno, mártir o Niebla, entre otros, tomó la palabra ante una horda de sublevados sedientos de poder y reconstrucción militar, para entonar el ya famoso «venceréis, pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir». Hoy, ochenta años más tarde, hemos entendido el significado de aquellas palabras, el trasfondo de un mensaje que, no únicamente por su retórica, ocultaba un valor que debía ser inolvidable.
Se veían las caras en el campo cuatro de la Ciudad Deportiva el Rayo Vallecano B y el Alcobendas Sport, dos conjuntos habituados a pelear en la zona noble de la tabla. Arrancó el duelo con quince minutos en los que ambos conjuntos se repartieron la posesión, aunque eran los locales quienes llegaban con mayor frecuencia y, eso sí, sin demasiada peligrosidad. Sin embargo, el primer tanto de los de Ángel Dongil iba a llegar, precisamente, en esta situación. Allá por el minuto dieciocho, Ángel Algobia iba a fabricar una preciosa jugada por banda derecha que terminaría con un centro al área rival que, tras un rechace de Marc en el primer palo, acabaría en los pies de Alberto, quien lo introducía en el fondo de la portería tras un potente remate. Los vallecanos ya mandaban en el marcador.
Tras el tanto, el dominio iba a traspasar la frontera del electrónico, trasladándose también al terreno de juego. Fue por ello por lo que, apenas cinco minutos después, iban a llegar dos nuevas ocasiones manifiestas de gol para el filial de la Franja. La primera, un centro raso desde el costado al que no conseguían llegar Marc y Alberto. La segunda, con Javi Rubio como protagonista, un disparo lateral que desvió de forma providencial Miguel Ángel para los visitantes.
El Rayo Vallecano B era ya un auténtico ciclón en ataque, con continuas internadas por banda y un gran control a la hora de distribuir el juego y recuperar el balón. Alcanzados los veinticinco minutos de juego, iba a surgir una nueva oportunidad para los locales de aumentar la ventaja, con un disparo del capitán, Ángel Algobia, que detuvo sin problemas el arquero del Alcobendas Sport. Pese a ello, los de Dongil persistieron en su intento de colocar el segundo en el marcador, gol que llegó con la media hora de partido. Tras un magistral envío desde la esquina izquierda, Marc aprovechó su propio rechace para, astutamente, introducir el cuero en la portería rival.
Sin embargo, la renta de dos tantos a favor iba a perdurar apenas cinco minutos, pues Adama, el jugador más destacado de los visitantes, redujo distancias con un magistral golpeo que Luis no pudo atajar. Con ello, se dio paso a diez minutos de estabilidad en el juego, en los que ninguno de los dos conjuntos consiguió acercarse con peligro a campo contrario.
Con el arranque de la segunda mitad, se retomaba el rumbo de la primera, con un Rayo Vallecano B dominante y un Alcobendas Sport limitado a frenar los arranques de Cano, Javi Rubio y compañía. La primera ocasión, de hecho, no tardó en llegar, con un disparo lejano de Arratia en el minuto cuarenta y nueve que se marchó ligeramente desviado por encima del travesaño. Sólo sesenta segundos después, Cano iba a aprovechar un gran envío de Alberto para recortar a su par y mandar un disparo desde dentro del área que, eso sí, detenía Miguel Ángel sin problemas.
Poco después, se iban a invertir las tornas. Era ahora Cano quien, tras quebrar de nuevo a su defensor, enviaba un gran pase a Alberto para que este, muy marcado por la defensa rival, mandase el esférico ligeramente desviado por encima de la portería. El asedio no frenaba y el tercer gol, aunque finalmente no llegase, parecía cuestión de tiempo. En esta senda, podría haberse dado ese tanto en el minuto cincuenta y tres, cuando Javi Rubio mandaba un potente disparo desde fuera del área, pero Miguel Ángel lo desviaba con una gran estirada.
Sin embargo, la ocasión por excelencia de la segunda mitad iba a llegar en el minuto cincuenta y ocho, cuando Marc aprovechaba un centro lateral para, de primeras y con la zurda, mandar el cuero al poste derecho de la portería del Alcobendas Sport. Desde entonces, el Rayo Vallecano B supo atemperar el partido, reduciendo una marcha en ataque y evitando, del mismo modo, que su rival pudiera crear ocasiones. El partido, de esta forma, perdió cierta espectacularidad durante la última media hora de juego, pero sirvió para que los de Dongil sumasen tres nuevos puntos a su casillero, colocándose, con ello, en sexta posición, a cuatro puntos de cuarto clasificado, el Leganés B.
En suma, el filial de la Franja disputó un encuentro en el que, pese a la magnitud del oponente, supo imponerse de principio a fin, dando una auténtica lección de fútbol y llegada a campo contrario. Vimos, pues, a un Rayo Vallecano B de lo más unamuniano, lejos de los años treinta y su crispación social, pero que, además de vencer, convenció.