A partir de las 16:00 arrancará el duelo entre Rayo Vallecano y SD Ponferradina, con un puesto de playoff en juego.
En la época imperial, las crónicas y libros de viajes se encargaron de rodear de misticismo el de por sí desconocido nuevo continente. A raíz del descubrimiento de América, España comenzó a mandar barcos y efectivos por doquier. Barcos para importar y exportar productos, soldados para ampliar y defender el territorio conquistado, curas para evangelizar a los indígenas e hidalgos para colonizar las tierras a cambio de riqueza y poder.
Uno de los muchos hombres que viajaron al otro lado del Atlántico fue Álvar Núñez Cabeza de Vaca, uno de los más célebres conquistadores de nuestra historia. Su historia, no obstante, no comenzó de la mejor manera posible. Bajo el mando de Pánfilo de Narváez cinco navíos pusieron rumbo a las indias en busca de la Fuente de la eterna juventud y, ya que estaban, conquistaron Florida. Poco antes de llegar, una fuerte tormenta empujó a las embarcaciones hacia diferentes caminos. La de Álvar Núñez, abandonada a su suerte, acabó en la isla «Malhado».
Al llegar a la costa, Cabeza de Vaca y tres hombres más comenzaron sus labores de exploración, pero fracasaron. Quedaron completamente solos, perdidos y esclavizados por las tribus indígenas. Desde aquel momento, permaneció durante seis años completamente inmerso en la cultura nativa, sobreviviendo gracias a su astucia. Aprovechando una epidemia en la población indígena, puso en práctica sus conocimientos paliativos y logró curar al hijo de un jefe tribal, lo que le llevó a ser considerado por los indios poco menos que como un dios. Le otorgaron así la libertad, erigiéndolo como chamán.
El Rayo Vallecano es el Álvar Núñez de Segunda División. Durante años, la Franja se ha colgado la medalla de curandera por méritos propios. Por muy dañado que esté el equipo que le visite, las artes interpretativas y el aura de chamanería que rodea los aledaños de la Albufera permiten a los de Iraola curar, aunque sea mentalmente, la enfermedad. Te llames Cartagena, Málaga o Rabanillos de en medio.
En este momento, en cambio, deberá aplicarse a sí mismo sus dotes curativas. El Rayo acumula tres encuentros consecutivos sin lograr la victoria, y es que ha sumado un único punto de los últimos nueve, lo que le ha alejado notablemente de los puestos de ascenso directo. Como local, además, suma tres derrotas consecutivas, incluyendo la del FC Barcelona en Copa del Rey.
Por suerte o por desgracia, su rival no necesita curación alguna, pues visita el barrio tras vencer en El Toralín al CD Mirandés. De ganar, los de Jon Pérez Bolo sobrepasarían al Rayo en la clasificación y se apropiarían, pues, de la última plaza de playoff.
El de esta tarde es un partido fundamental para los intereses del club. La epidemia de las derrotas y las malas sensaciones asola la selva vallecana, y lo cierto es que ningún rito podrá cambiarlo. A veces la sanación es sólo cuestión de astucia.