El Rayo B arranca la fase de ascenso venciendo al hasta ahora invicto Leganés B en la «City» por 3-2. Íker Recio, Marc Echarri y Molina anotaron los goles franjirrojos.
Si algo se puede sacar en claro de esta temporada del Rayo B es que la palabra «imposible» no está en su vocabulario. Era necesario para el Filial de la Franja arrancar ganando la segunda fase, y lo logró en un intenso partido ante el Leganés B, el único equipo de los más de 500 que compiten en categoría nacional que aun permanecía invicto.
Una soleada mañana de domingo de resurrección era el marco que acompañaba en la «City» a un prometedor duelo de filiales que serviría para abrir fuego en la fase por el ascenso directo a Segunda RFEF en la Tercera Madrileña. Animaba el calor a acercarse a ver el encuentro, ya fuera desde la valla como el común de los aficionados, o desde la grada, como hizo la poblada delegación visitante que hizo su papel en un encuentro que se preveía ya de por sí tenso, mezclándose con los compañeros de prensa que solo reciben una acreditación por medio.
Al verde saltaron ambos equipos. Los de Ángel Dongil solo presentaban un cambio con respecto al once de la semana anterior, la entrada del capitán Arratia por Sánchez para ser la pareja de Manu Navarro en la medular. Enfrente, el filial pepinero de Carlos Martínez, quien ponía de inicio a Adrián, Cerrato, Javi Rubio, Oliva y su «Pichichi» Diego, 5 jugadores con pasado en la cantera rayista que regresaban a la que fue su casa.
Como es de esperar en un duelo de filiales, el partido tuvo alta intensidad desde el comienzo. Ambos equipos ponían a sus jóvenes y talentosos jugadores a buscar las cosquillas al contrario en cuanto tuvieran el balón y a replegarse y tratar de evitar los huecos sin él. Se animaría a tirar primero el Rayo B, con un disparo lejano de Rubén De Tomás que no entrañó problemas para Adrián. Salvo alguna llegada esporádica al área, el partido no tenía un dominador claro, y se veía necesario que un pequeño detalle marcase la diferencia.
Eso fue lo que pasó en el minuto 12, cuando en un despiste rayista al sacar precipitadamente una falta defensiva a favor, propició el robo de Diego en el área grande. Ganó el delantero la línea de fondo y puso el pase de la muerte para un Rentero que esperaba relamiéndose totalmente solo en el área chica. Recibió, controló y sin más batió a un Roberto completamente vendido en esa acción. Se adelantaba así el conjunto pepinero. Un desajuste atrás de los locales propiciaba que el rival golpease primero.
No obstante, el principio de «acción-reacción» está bien asumido en el Filial de la Franja. A raíz del gol encajado, los rayistas se lanzaron a por el tanto del empate, que se antojaba necesario conseguirlo pronto para poder tener posibilidades de triunfo. El balón rondó el área leganera de mil maneras, en juego dinámico o por pelota parada. Lo intentó varias veces Rubén De Tomás, e incluso Gimeno se animaba a subir y a exigir a Adrián para sacar con el pie un centro raso envenenado. Al final llegó de un córner, cuando no se cumplía ya el minuto 20. La bola no terminaba ni de ser rematada por unos ni despejada por otros, y le acabo cayendo en la frontal a Íker Recio. El lateral que formaba parte de la terna de atrás no se pensó dos veces el disparo, que salió no muy fuerte pero sí colocado. Lo tocó con las yemas el meta visitante, pero no logró impedir que besara la red. Igualaba la contienda el Rayo B gracias al segundo gol de Íker Recio de la temporada, y no se contentaba con eso.
El empate espoleó a los de Dongil, que siguieron poniendo el cerco sobre el área de un Leganés B que no era ni la sombra del temible equipo que venía de salir campeón del Subgrupo VII B. Lo estaba buscando y mereciendo el Rayo B, y al final llegó en una muestra de que el fútbol a veces te devuelve lo que te quita. Corría el minuto 28 cuando el cuadro visitante se dispuso a jugar una a falta a favor en el pico de su área. La falta de entendimiento entre los defensores propició que el balón el cayese a los pies a Marc Echarri en el mismo pico, con Adrián completamente fuera de sitio al estarse ofreciendo para pegarle. Así, aun estando fuera del área, el 9 franjirrojo solo tuvo que darle con el interior para alojarla en la portería. Errores requiere el juego, también para los rivales. De esa forma se adelantaba el Rayo B, firmando Marc su 12º gol del curso, quedándose a tan solo 1 del máximo artillero de la categoría, que estaba presente en el campo con la 20 de los de negro.
Una vez dado vuelta el tanteador, la intensidad no se rebajó. Tuvo oportunidades el Rayo B para ampliar su ventaja, en disparos de Boigues, Aguirre, De Tomás y Gimeno, en un momento en que el rival parecía grogui. Y solo parecía, pues tuvo el empate a centímetros del segundo palo de una falta lateral, donde remato Oliva, obligando a Roberto a hacer un movimiento felino para quedarse con la pelota sobre la misma línea de gol. Con las espadas en todo lo alto y el marcador 2-1, llegaba el descanso. El gol inicial pepinero sirvió de necesario toque de atención para un Filial de la Franja que logró voltear la situación y ver como real el lograr lo que había sido imposible hasta el momento.
Intuimos que el primer tiempo no fue del agrado del míster del Lega B, Carlos Martínez, pues en el descanso hizo un triple cambio, entre los cuales había relevo en la portería, entrando Lombo por Adrián para ponerse bajo palos. Para Lombo sería precisamente la primera amonestación visitante, por agarrar con las manos el balón fuera del área ante la presión de Marc. Esta sería solo la primera de varias polémicas que se darían en el segundo tiempo. En lo que a fútbol se refiere, salió el Filial de la Franja a buscar el tercero, teniendo Aguirre un mano a mano que definió al lateral externo de la red y Echarri un disparo escorado y alto, todo ello antes de las manos ilegales del portero visitante, cuyo libre directo estrelló De Tomás en la barrera.
A partir de aquí, el Leganés B cambió el chip y se lanzó en tromba a por el empate. Los visitantes empezaban a carburar en su juego, encontraban resquicios en campo rival y pusieron en auténticos aprietos a un Rayo B que aguantaba como gato panza arriba. Un ejemplo fue un córner cerrado que se envenenó, no acertó a detener Roberto y sacó Gimeno sobre la línea de gol. Al rato, en otro saque de esquina, llegó la gran polémica de la jornada. Recibió Álex el balón rebotado en la frontal, se perfiló y buscó el remate con rosca, muy técnico, que pasó por delante de su compañero Cerrato y se coló en el fondo de la red. El éxtasis pepinero que inundó la «City» fue cortado de raíz por el banderín al aire del linier, que anulaba la acción del empate por fuera de juego de Cerrato, que si bien no toca la pelota, entiende el asistente que se sirve de su posición adelantada (que la hay) para cortar el campo visual de Roberto e impedir su intervención. Como pueden imaginar, esto no gustó nada a la delegación visitante, dando pie a una calentura de partido que no rebajó la actitud displicente de un colegiado que parecía perdido y más pendiente de los banquillos que del campo.
3 minutos antes del tanto anulado, en el 63, se daba un regreso esperado y necesario para el Rayo B. Rubén De Tomás dejaba su puesto a Luis Molina, que regresaba tras sus 5 partidos de sanción por su expulsión en Moratalaz, la cual nos dejó sin su gol suyo de cada domingo en el tramo final de fase regular. Y como Julio César, llegó, vio y venció. Solo 8 minutos de juego le bastaron. La acción comenzó en una prolongación de Aguirre en la banda izquierda que Marc recibía y cedía para un Molina que llegaba desde atrás en carrera. Entre protestas de un fuera de juego imposible, se metió el 19 en el área por el costado izquierdo, armó la pierna para el disparo escorado y la clavó en el hueco que había entre Lombo y el palo corto. Gritos de alegría por un lado y de indignación por otro, pero lo que hizo saltar a todos era el 3-1 para el Rayo B. Era poner un paso más cerca la victoria con apenas 20 minutos por delante. Era que Molina regresaba de su sanción anotando su 7º gol del curso.
Entre la rabia y la indignación por encajar y sentirse afanados, fue el Leganés B un paso más allá en su cerco al área local, aunque ahora había que levantar 2 goles de desventaja. Aquí fue clave Javi Rubio, el hasta el curso pasado lateral derecho del Rayo B, quien se cambió de banda por requerimiento del técnico visitante y demostró lo que todos sabían, que era un puñal. Suya fue la carrera que condujo el balón al pico del área en el minuto 79, como suyo fue el centro a media altura y con rosca que nadie en la defensa local supo cortar y que llegaba perfecto para que Mario Rivas, quien entró minutos antes por el goleador Rentero, la empujase y diese al partido una dosis más de tensión, como si no fuera suficiente. 3-2 a falta de 10 minutos y con un descuento largo, pues el partido sufría muchas interrupciones. Decir que el final sería no apto para cardíacos era quedarse corto.
Los últimos minutos parecían una batalla por sobrevivir más que un partido de fútbol. La polémica no abandonó el escenario, como si lo tuvo que hacer el entrenador visitante al ver la roja por las reiteradas protestas, habiendo sido amonestados con tarjeta antes dos miembros de su cuerpo técnico. En lo que al juego se refiere, vuelco total del Lega B en pos del empate, teniéndolo cerca en un cabezazo de Mensah que se fue rozando el larguero. Sin embargo, las mejores ocasiones de gol fueron para el Rayo B, que agotó los cambios con la entrada de Kevin, Sánchez y Barroso en lugar de Aguirre, Manu Navarro y Arratia, para tener el control de un medio campo que prácticamente desapareció en los 5 minutos de descuento. Precisamente en el añadido tuvo una oportunidad magnífica Marc para sentenciar con un pase de la muerte de Kevin, pero la ayuda defensiva le sacó el gol de las botas a tiempo.
Llegó el triple pitido del árbitro, confirmando que lo imposible para los demás y lo necesario para el Rayo B se habían fusionado en la «City». El Filial de la Franja arrancaba la fase de ascenso con un gran hándicap, con muchos puntos por recuperar. Y qué mejor manera de empezar que haciendo lo que nadie había sido capaz de hacer hasta ahora, derrotar al Leganés B en partido de liga. Los de Dongil festejaron la gesta en el campo que abandonaban sus rivales aun recriminando cosas a un trío arbitral que no sabía ni donde estaba, ni quería saberlo. Golpe de moral para el Rayo B, que suma ahora 41 puntos en 23 partidos que le dejan con un coeficiente de 1’78, aun en 5ª posición y lejos del 2’29 del 2º, el CD Móstoles URJC. Pero por estos chicos no va a quedar. Ahora hay que mantener las enormes sensaciones de este triunfo en un nuevo duelo de filiales el próximo domingo, esta vez ante el Alcorcón B en el Anexo de Santo Domingo.
FICHA TÉCNICA
Informó Jorge Morales García. Imagen de Miguel Ángel Mena.