Derrota del Rayo por 2-1 en un partido en el que no mostró su mejor cara, pero aún así estuvo cerca de sumar algún punto en el final del partido.
Poco importaba el resultado del partido cuando este comenzó. La afición rayista ya tenía suficiente con la lección de dignidad que el primer equipo femenino había dado por la mañana. Primero, con la protesta al inicio del partido. Luego con el comunicado posterior denunciando el maltrato institucional que sufren. Protesta y comunicado que por la tarde era apoyado públicamente por los Capitanes del primer equipo masculino. La Franja se vistió de dignidad y solidaridad, dos valores que representan a un barrio, una afición y un equipo que nunca se rinden.
Hasta el final, y juntos, honrando la Franja. Esto es lo único que le pide el rayismo a quien la viste. El partido finalizó en el área del Real Madrid con claras ocasiones para el empate, con polémicas por la duración del añadido y con la duda de un posible penalti sobre Óscar Valentín. Una dosis en vena de Valentía, Coraje y Nobleza.
Pero hasta llegar a esos 25 minutos finales se vió a un Real Madrid superior y a un Rayo Vallecano en modo visitante. Sólo el minuto inicial de cada tiempo y Álvaro García rompieron esa dinámica. No acertó el utrerano y el Real Madrid se convirtió en el rey de la llegada a línea de fondo y pase atrás.
Así llegaba el gol anulado en el minuto 4, una que mandó Benzema a las nubes en el 10 y el 1-0 de Kroos en el 13. Fran García dió un paso atras en el inicio de la jugada que habilitaba a Vinicius como corrigió el VAR al banderazo del línea al final de la jugada.
El minuto 20 parecía que marcaba el despertar franjirrojo con sendas ocasiones de Nteka y Trejo que no encontraron puerta. Pero fue un espejismo. La precipitación rayista generaba contras letales. Tras un paradón de Dimitrievski en el minuto 37, y una nueva pérdida de balón, llegaba un pase cruzado soberbio de Alaba que Benzema mandó a la red. Dió la impresión que Catena no defendió bien la jugada, sin dar un paso adelante al inicio para inhabilitar la posición del delantero y parándose después confiando que Dimitrievski llegara a interceptar el pase. En todo caso, jugada de muchos quilates entre el austriaco y el francés ante un Rayo que no carburaba.
Pudo llegar el 3-0 en un disparo de Vinicius desde la frontal que Dimitrievski sacó de la escuadra izquierda de su meta. Así acababa un primer tiempo de clara superioridad blanca en los que los de Iraola mostraron su peor versión.
Comenzó el segundo tiempo como el primero. Si en el primer minuto Álvaro tuvo ocasión de marcar, en el 46 la tuvo por partida doble. No era su día. Espejismo de nuevo pues en el minuto 50 una gran jugada de Vinicius, sorteando a defensores y portero rayista, fue interceptada por Óscar Valentín cuando el balón iba camino de las mallas. En el siguiente ataque, Dimitrievski intuyó la definición de Asensio y evitó el gol.
Transcurría el partido en unos minutos en que el Rayo Vallecano parecía que quería desperezarse pero sus combinaciones quedaban atrapadas en la tela de araña del mediocampo blanco. Movió fichas Andoni Iraola introduciendo a Unai y Bebé por unos grises Trejo e Isi. Corría el 59, y un minuto después, dos taconazos blancos en el área rayista, dejaron en optima posición a Benzema para buscar la escuadra sin acierto.
Empezaba a sestear el Real Madrid, confiado en su ventaja y de que por inercia llegaría el tercero, cuando Falcao entró por Nteka en el 68. El Tigre respondió a los silbidos de la afición merengue rematando a las mallas de cabeza un buen centro de Álvaro Garcia. Corría el minuto 76 y el marcador reflejaba un 2-1 que llegaba tras un remate al palo de Bebé un minuto antes. El partido había cambiado de bando entre el sesteo blanco y la fe franjirroja.
En el minuto 78 se rompía Falcao. Diez minutos estuvo en acción. Fue sustituido por Sergi Guardiola y a la vez se incorporaba Pozo por Salvejich. Andoni Iraola había olido sangre y desde ese momento hasta el final fue un monólogo rayista ante la perplejidad del equipo blanco, al que su afición silbó en vez de ayudar en esos momentos difíciles. Las cosas siguen igual en las gradas de La Castellana.
En el añadido tuvo el Rayo el empate en sus botas. Primero Kroos saco el balon bajo palos en la jugada en la que se reclamó penalti a Óscar Valentin. Inmediatamente después Courtais lo evitó enviando a córner un zapatazo desde la frontal de Unai López.
Aunque durante la mayor parte no fue un buen partido de los franjirrojos, lastrados por la precipitación y los errores, el equipo peleó hasta el final que es lo único que se les exige. Por eso, su afición nunca les silba en los momentos malos del partido sino que los anima con más fuerza. Algo que nunca haran quienes solo valoran la victoria. En Vallecas y en el rayismo siguen cotizando al alza la dignidad y la solidaridad.