A partir de las 16:15, el Rayo buscará, cuatro meses después de su último triunfo en liga, volver a ver el sol en Vitoria.
Nos las prometíamos felices, pero el tiempo nos puso en nuestro lugar. Soñamos con algo que no podíamos imaginar, ni en la mejor de nuestras ilusiones. Soñamos juntos. Soñamos felices. Soñamos como nunca… Soñamos tan bonito que hasta la Luna nos hizo despertar para que pudiésemos contarlo. Y desde entonces, aún es de noche.
El Deportivo Alavés suma seis encuentros consecutivos sin lograr la victoria en liga, lo que ha llevado a los vitorianos a caer hasta la última posición de la tabla. Esa serie de malos resultados coincide con la sequía goleadora de Joselu Moreno, su máximo artillero (12), que acumula esos mismos partidos sin perforar la portería rival.
Tras la destitución de José Luis Mendilíbar, el equipo comenzó una nueva andadura liderada por Julio Velázquez en busca de una salvación que se antoja poco menos que milagrosa. Desde entonces, un único partido en el que no se cumplió la máxima de los nuevos entrenadores, pues se saldó con una derrota por la mínima en tierras navarras.
El Rayo, por su parte, atraviesa una racha aún más escandalosa. Los de Andoni Iraola, que firmaron la mejor primera vuelta de la historia del club y se colocaron en la cima de la élite europea, no suman los tres puntos desde el pasado 18 de diciembre. Por ello, la Franja ha pasado de soñar con Europa a mirar hacia abajo con cada vez menos tranquilidad.
A falta de siete jornadas para la conclusión de la temporada ―ocho en el caso del Rayo y su partido aplazado con el FC Barcelona― la lucha por la salvación está más agitada que nunca. Por arriba, seis puntos separan al conjunto de Vallecas de los puestos de descenso, y por abajo, siete al Alavés de su objetivo.
Dos meses después de aquella derrota, el rayismo sigue recogiendo los restos del temporal. Desde entonces, el ambiente carga un aura de desapego y desilusión que sólo el tiempo podrá corregir y convertir en un recuerdo icónico de la historia de nuestro club. Desde ese momento, la temporada parece carecer de interés, pero no nos engañemos, esa es la mejor noticia que podían darnos cuando obtuvimos el ticket de la Primera División: que en la recta final del campeonato estuviésemos tranquilos lidiando con la pena.
Dos meses después de aquella derrota, todo permanece oscuro, inmóvil, anclado en un momento que parece repetirse una y otra vez. Por lo lírico o lo vulgar, esta obra debe terminarse. Encendamos una vela y terminemos esta historia, pues la noche y la Luna no son tan bonitas cuando no las pinta Lorca.