La Peña Rayista Los Desperdigaos celebró su undécimo aniversario como mejor saben, con una fiesta por todo lo alto en la que premiaron a Sheila García y a Miguelito.
Me levanto a escribir unas breves líneas sobre lo que fue, un año más, el «sarao desperdigao». Me refiero nada menos que a la fiesta por el undécimo aniversario de la Peña Rayista Los Desperdigaos. Sirva la hora de publicación de este post para probar que el evento fue todo un éxito.
Probablemente fuese yo el primero en llegar y último en irse de La Frasca, sede social de Los Desperdigaos y desde el año pasado también local de su aniversario tras el cierre de la mítica sala Hebe (¿alguien se apunta a un crowdfunding para comprarla y que no acabe convertida en casa de apuestas). El cartel de la fiesta decía que la fiesta comenzaba a las 20:00, y a esa hora aparte de los peñistas que estaban ultimando detalles solo estaba Miguelito, que además era protagonista de la fiesta. En espera de la otra persona que compartía protagonismo con nuestro experto en cantera, se anunció de boca en boca que el acto de entrega de los premios (algo así como una justificación extra para la fiesta) se retrasaría hasta pasadas las 22:00. Así además se daba tiempo para que fuesen llegando los habituales miembros de la familia rayista que nos juntamos para estos eventos y otros no tan festivos. Seremos pocos en número, amén de que el aforo del piso de arriba de La Frasca da para lo que da, pero en espíritu franjirrojo y festivo no nos gana nadie.
Cuando llegó el momento y estaban todos en sus puestos, se inició la «gala» de entrega de premios. Hizo de maestro de ceremonias improvisado el amigo Raúl, ya que nuestro querido Rafa Alameda, el habitual en estas lides, había tenido que salir corriendo del local porque, literalmente, se estaba convirtiendo en abuelo. Normalmente son 3 los premios que concede la peña, a saber: mejor jugador de la temporada del primer equipo masculino, mejor jugadora de la temporada del femenino y el Premio Desperdigao del Año a quien la peña considera que se ha destacado dentro del rayismo. Sin embargo, esta vez solo fueron 2 premios. Tal y como anunció Raúl, la peña Los Desperdigaos decidió dejar desierto el premio al mejor jugador del masculino, dado que había sido «una mala temporada en la que se descendió y en la que ningún futbolista destacó especialmente». El público presente no rompió a aplaudir porque estaría feo.
Quien si recibió premio, y bien merecido, fue la mejor jugadora del Rayo Femenino del curso 18/19. Tal y como se podía ver en el breve vídeo, le correspondía a la futbolista que lleva la 10 de la Franja. Se preguntaban en el vídeo «¿10 es Messi? ¿Platini? ¿Maradona?». La respuesta estaba clara: «10 es Sheila García». Una jugadora con un talento para mover el balón y clavarlo donde quiera inversamente proporcional a su tamaño y que tiene mucha culpa del buen curso que hicieron las Guerreras la temporada pasada y el excepcional comienzo de la presente. Subió a recoger su premio nuestra jugadora internacional absoluta con España y que también formará parte de la primera convocatoria de la Selección Absoluta Promesas. Acompañaban a Shei, como es habitual, por una representación de sus compañeras en el campo formada por Ali Gómez, Patricia Larqué y Paula Andújar; y con el cuerpo técnico representado por la preparadora física Blanca Crespo. Al recoger el «pedrusco», Sheila agradeció el apoyo que viene recibiendo de la afición desde el momento en que llegó al Rayo y afirmó su deseo de poder llevar la Franja por muchos años más.
Llegó el momento de entregar el Premio Desperdigao del Año, el que «damos a quien nos da la gana» en palabras de Raúl. Lo que busca este premio es reconocer la labor en pos del rayismo de gente que no tiene los focos de la Liga de Fútbol Profesional, y que tampoco los busca. Este año querían reconocer a alguien que lleva años arrimando el hombro por esa parte de la Franja que precisamente no se lleva los focos, esos rayistas de edad corta y gran ilusión por llevar algún día la Franja en categoría senior. Como no podía ser de otra manera, el premio era ni más ni menos que para nuestro gran Miguelito, que siempre está allá donde juegue un equipo de la cantera franjirroja para mantenernos informados a través de su Rinkón particular, en Twitter y en este mismo sitio web. Miguelito, quien tan suelto es cuando agarra un micro de Matagigantes, le costaba un poco encontrar las palabras de agradecimiento al recoger el premio. Vino acompañado por su familia al evento, subiendo incluso su madre al escenario a agradecer el cariño con el que los rayistas acogen todo lo que hace Miguelito en pos de dar a conocer todo lo que hacen los pequeños de la Franja. Nunca un premio fue tan merecido.
Y tras la entrega, empezó el auténtico «sarao desperdigao». Mezclas a rayistas que se juntan casi más que con sus familias, una barra con cerveza fría y un karaoke con proyector en un espacio de apenas 10 metros cuadrados, ustedes dirán lo que surge. Hay que estar ahí para vivirlo, porque contado pierde. Actuaciones estelares, grandes gorgoritos y pasos de baile extremos de peñistas, futbolistas, aficionados, juntaletras y gentes de mal vivir en general que hicieron las delicias de los asistentes al undécimo aniversario de la Peña Los Desperdigaos hasta la hora de cierre de La Frasca. Ya solo cabe esperar que pase un año y que tanto el Rayo como el rayismo sigan en pie para celebrar el cumpleaños número 12. ¡Y que sean muchos más!
Texto e imagen de Jorge Morales García.