En los últimos años el FC Barcelona, por delante del Real Madrid en títulos y sensaciones.
Han pasado tres días de la finalización del «clásico» y aún colean los ecos de una goleada que pasará a la historia tanto por lo abultado del resultado como por la absoluta superioridad blaugrana.
He preferido esperar unos días para escuchar y leer todo tipo de opiniones sobre lo acontecido en Chamartín, tan sólo con la intención de tener el mayor número de opiniones posibles, para así poder elaborar la mía y poder argumentarla como es debido.
A mi modesto juicio, este resultado del pasado sábado no es una mera casualidad ni algo puntual, pues si echamos la vista atrás es fácil comprobar que el Real Madrid ha dejado de tener la hegemonía mundial en los últimos 20-25 años, tanto por títulos como por influencia en los aficionados marcado por su estilo de juego, en detrimento del FC Barcelona que hace ya unas décadas decidió apostar por un modelo futbolístico que ha dado sus frutos y de qué manera. Con un total de 82 títulos madridistas por 87 culés, de los cuales 62 nacionales por parte blanca y 66 por la azulgrana, 20 títulos internacionales el Real Madrid y 21 el FC Barcelona, siendo aún gran ventaja en Copas de Europa (10-5) favorable al conjunto de Concha Espina.
No obstante es necesario destacar que en los últimos 25 años el FC Barcelona ha cosechado 5 Champions por 4 del Real Madrid, cuando antes de eso el balance era de 5-0. En campeonato doméstico pasa tres cuartos de lo mismo, si cabe más sangrante aún, pues de la últimas 7 temporadas, 5 han sido para los culés , 1 para el Atlético de Madrid y 1 para el Real Madrid. También saldría perdiendo en una comparación en los últimos años con el Atlético, 1 Liga para cada uno, 2 supercopas de Europa para el Atlético y 2 Europa League, por contra la ansiada 10ª para el Real Madrid, en Copas del rey 1-1 etc..
Y todo esto a qué se debe, evidentemente un equipo con las mejores estrellas siempre ganará títulos dada la calidad de sus plantillas, pero se ha convertido en algo puntual, mientras unos apuestan por un estilo de juego, buscan entrenadores con el perfil adecuado a su estilo, por contra en la casa blanca falta la paciencia y sabiduría necesaria para dar continuidad a un proyecto, algo de lo que adolece su presidente Florentino Pérez, alejado de la cantera y de la identidad que hizo grande a este club.
A mi entender el 0-4 resume una época. La época en que el FC Barcelona implantó un estilo, una filosofía y, el Real Madrid un negocio. Nada más. El Barça tiene un sistema y una forma de juego en el cual todos saben lo que tienen que hacer y cómo lo deben hacer. Ejemplo: Sergi Roberto, premio a la paciencia y constancia. En el Real Madrid, hoy ficho a Pellegrini, mañana me lo cargo y ficho a Mourinho, un estilo completamente diferente al chileno, cuando dejo de ganar una temporada títulos, vuelvo al estilo preciosista de Ancelotti, gana la Champions, otra temporada más, en la siguiente 0 títulos, destituido y vuelvo a otro estilo casi antagónico como el de Rafa Benítez, más parecido a lo que proponía el portugués. El Real Madrid tuvo la oportunidad de tener un proyecto ganador y hacer un fútbol sensacional, pero no se tuvo paciencia con Ancelotti.
«El gran logro del Barça es que el público universal reconozca su estilo» Marcelo Bielsa sobre el juego del FC Barcelona.
Me gustaría despedirme con unas palabras del propio Bielsa que a mi entender hacen un análisis muy parecido al que pueda tener yo sobre el «clásico».
«El otro día me toco ver el partido del Barcelona y el Real Madrid. El Barcelona jugaba hacia atrás la pelota, recorría el ancho de la cancha y el público aplaudía. Siempre el público fue intolerante con el regreso de la pelota y la circulación transversal. Para mí, el gran logro del Barcelona, más allá de haber logrado jugar como juega, es haber logrado que su público, y casi diría el público universal, reconozca su estilo y le tenga tolerancia y paciencia. Comprender una forma de jugar. Y eso es indispensable en cualquier proyecto: de qué modo vamos a hacer las cosas. No es lo mismo. Pertenecemos a una época y una sociedad en la que se bendice todo lo que sea triunfo, y todo lo que no sea triunfo, no se perdona. Pero el modo de hacer las cosas, para mí, es más importante que lo que uno obtenga. Es prioritario»»
Texto: Chema BM.