Un incondicional de Matagigantes como es @concopiaoculta, ha querido brindar su particular homenaje a dos genios de la literatura y el noble arte del fútbol que fallecieron el lunes pasado.
La casualidad, por decirlo de alguna forma, ha querido que la muerte se llevara el lunes pasado a dos intelectuales imprescindibles para entender el mundo en el que vivimos.
Este lunes fallecieron Günter Grass y Eduardo Galeano. Dos intelectuales marcados por una pasión que compartimos: el fútbol. Pero el fútbol modesto y popular, no el fútbol negocio que nos quieren imponer.
Günter Grass, hincha del Friburgo, que no tuvo reparo en apoyar al Sankt Pauli de Hamburgo con una lectura de sus textos en su estadio para recaudar fondos cuando atravesaba una difícil situación económica. Los textos que leyó ese día son los 3 dedicados al fútbol de los 100 artículos que componen su obra “Mi siglo”,su repaso de la historia alemana en el siglo XX.
El primero se refiere a la primera Final de la Copa de Alemania, jugada en 1903 en su ciudad natal Danzig (actual Gdanz, Polonia) entre un equipo de Leipzig y otro de Praga (actual República Checa). Texto que ilustra entre otras cosas los cambios de fronteras que marcaron su vida.
El segundo está dedicado al Mundial de 1954 y a la victoria de Alemania sobre Hungría en la final de Berna (Suiza), que supuso un hito en la Alemania de la posguerra.
El último se centra en el Mundial de 1974 celebrado en Alemania, y en concreto, en el partido entre las dos Alemanias que coexistían en ese momento. Fue el único partido oficial disputado entre las selecciones de la República Federal de Alemania y la República Democrática de Alemania. La victoria de la “Alemania del Este” por 1-0 fue todo un acontecimiento en aquel mundo marcado por la “guerra fría”, en un Mundial que acabaría ganando la Alemania Federal capitaneada por Beckenbauer.
Su opinión respecto al fútbol moderno quedó clara con motivo del Mundial de 2006 que organizó Alemania: “La FIFA es una asociación de cobardes, que ha hecho de todo para convertir el deporte en un negocio y lo ha alejado de la gente […] disfruto más con los partidos de Segunda y Tercera, porque son más populares, auténticos y cercanos”, dijo.
Grass no admitía la conversión del fútbol en un negocio y la mercantilización del fútbol profesional. Como reacción a ello se declaró seguidor de la selección alemana, pero de fútbol femenino.
Eduardo Galeano, hincha declarado del Nacional, al que este club le despide en su web con un: “¡Hasta siempre, tricolor de ley!”. Hincha también, como no, de su “celeste”.
En su obra dedicó dos libros íntegros al fútbol. “Su majestad el fútbol” de 1968. En 1995 publicó “El fútbol a sol y sombra”, de imprescindible lectura, y relectura, para todos aquellos que compartimos su pasión por la lectura y el fútbol.
Su opinión sobre el fútbol moderno está recogida a lo largo de todo este libro. Un ejemplo: «La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable«.
“El fútbol a sol y sombra” está escrito con las “tripas” de un uruguayo, que como todos quiso ser futbolista, pero que se encontró con sus inefables “patas duras”. En la últimas líneas de dicho libro dice: “Escribiendo, iba a hacer con las manos lo que nunca había sido capaz de hacer con los pies: chambón irremediable, vergüenza de las canchas, yo no tenía más remedio que pedir a las palabras lo que la pelota, tan deseada, me había negado. De ese desafío, y de esa necesidad de expiración, ha nacido este libro. Homenaje al fútbol, celebración de sus luces, denuncia de sus sombras”.
Sólo queda desear que la tierra les sea leve a ambos. No es un adiós sino un hasta pronto, pues sus libros nos seguirán acompañando para leerlos o releerlos, y ayudarnos a comprender y transformar el mundo, y también el fútbol, que nos ha tocado vivir.
A modo de homenaje, he escogido cinco fragmentos que ilustran como Eduardo Galeano entendía el fútbol. A estos fragmentos les ha puesto voz un amigo de Matagigantes: Victor Sevilla “Sevillotti».
@concopiaoculta
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