El corazón del rayismo

09/06/2025
El corazón del rayismo

La VI Carrera del Rayismo fue otro nuevo éxito y lo fue gracias al enorme trabajo de los que nunca fallan

En menos de un mes se han celebrado los Días del Rayismo, Premios del Centenario y Carrera del Rayismo, tres eventos multitudinarios que mueven a cientos o miles (la carrera) de personas. Sí organizar uno solo de ellos conlleva meses de preparación, afrontar los tres en tan corto espacio de tiempo, podría parecer misión imposible, salvo que detrás esté nuestra gente.

Las comparaciones siempre me han parecido bastante odiosas y si en uno de los polos se encuentra el Rayo Vallecano, además de odiosa va a ser una comparación facilona y un «win win» de manual. Basta decir que, ayer la Carrera del Rayismo movió a miles de personas en torno a una buena parte de las calles del barrio y gracias al enorme trabajo de voluntarios y organizadores, no se conoce un solo altercado o incidente. Todo lo contrario, solo leerán palabras de agradecimiento y alabanza por parte de las personas participantes o asistentes como público. De forma casi simultánea, se disputaba un partido de fútbol en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano, algo que no debería ser noticiable, puesto que cada fin de semana se juegan numerosos partidos en sus degradadas instalaciones. Es cierto que el partido era bastante especial, pero el señor Raúl Martín Presa se bastó él solito para hacer que algo especial se convirtiera en inolvidable. Manda narices que, en un día en el que los chavales del Rayo B han conseguido alcanzar el mayor logro del equipo en muchos años, solo se hable de la cafrada vivida y presenciada en una instalación deportiva. No puedo decir quién empezó, pero si fui testigo directo de buena parte de la trifulca y dio bastante vergüenza ajena el comportamiento de los protagonistas. El partido comenzó la semana con polémica y finalizó con más polémica aun.

Que cada evento organizado por y para rayistas sea un exitazo solo se entiende si se conoce a las personas que hay detrás y la pasión con la que lo hacen. Esta parte más participativa o activa de la afición del Rayo Vallecano es el verdadero corazón del rayismo y bombea toneladas de sangre franjirroja en cada una de estas jornadas inolvidables de Franja. Son pocos pero bien avenidos y con un espíritu combativo a prueba de dirigentes expertos en zancadillear y torpedear iniciativas rayistas. Siempre las mismas caras y las mismas manos en cada fecha señalada, en cada momento de Franja, en cada pellizco en nuestras almas rayistas. En una masa social como la rayista, cuantitativamente sería posible contar con una mayor colaboración a la hora de afrontar semejante catálogo de actividades anuales, pero lamentablemente, la gente no tiene activado ese chip colaborativo en el que sumarse a estas iniciativas y esto termina por agotar al más pintado, incluso a la persona que lo coge con muchísimas ganas. No te vas dando cuenta, pero lejos de disfrutar con esto, se crea una obligación moral que te lleva a pasar maratonianas jornadas de reuniones, llamadas de teléfono, idas y venidas, reclutamiento de gente de manera infructuosa y un largo etcétera que añadir a tu día a día, el cual acabas por dejarlo un poco de lado por volcarte en esto. Esto ni es opinión ni es información, es vivencia personal y hablo con perfecto conocimiento de causa y en primera persona. Tal vez, por eso pongo en un pedestal a todas esas personas a las que ayer vi madrugar para colocar un kilómetro o los que aplaudían y jaleaban los que poblaban las calles del barrio, ya fuese corriendo, andando o simplemente paseando con su camiseta de la carrera. Un millón de gracias por seguir tirando de ese carro del que en algún momento hemos tirado unos cuantos, y del que seguro volverás a tirar, amigo. Ahora toca dar un paso a un lado y volver a encontrar esa zona de confort rayista en la que la balanza se incline hacia el lado del disfrute y la diversión en primera persona. Puedes estar más que satisfecho y orgulloso (nosotros lo estamos) de todo lo bueno que has hecho, haces y harás, porque eres una parte importantísima de ese corazón rayista. Todo guerrero necesita una pausa en su actividad y tú no ibas a ser una excepción. Tu gente te necesita, te necesitamos al 100% y si para eso hay que esperarte o tirar de tí, no dudes de que seremos muchos los que lo hagamos. Uno recoge todo aquello que siembra y tú llevas años sembrando rayismo por todo el territorio nacional e internacional. Prepara la tarjeta de puntos y el pasaporte, porque Europa nos espera.