Charlamos con Reinier Crespo, aficionado franjirrojo al otro lado del Atlántico y creador de la peña rayista «La Franja de Cuba».
Pese a todo y pese a todos, el Rayo Vallecano fue, es y seguirá siendo un club con una capacidad de atracción de masas incuestionable. Aunque a veces cueste divisar aquello que nos hizo enamorarnos por siempre de la Franja, pervive en torno a ella un aura de misticismo y tradición que continúa sobrepasando fronteras.
Al otro lado del océano, en un pequeño rincón de Cuba, existe un corazón que late por el Rayo, sus valores y su origen. Reinier Crespo Tejo, de 30 años, dirige desde Guanabo (La Habana) la peña rayista «La Franja de Cuba». El equipo de Matagigantes ha tenido la oportunidad de charlar con él.
― ¿Cómo surgió tu amor por el Rayo?
― Surgió por un resumen de partidos que comenzaron a transmitir por la televisión. En uno de ellos estaba el Rayo-Villareal B, y me gustaron el juego del equipo y los colores del uniforme. Confieso que antes de ese día no conocía nada del Rayo, pero esto hizo que me interesara y desde ese día comencé a intentar seguirlos. Así surgió esta idea de crear la primera peña rayista acá en Cuba: «La Franja de Cuba».
― ¿Cuándo comenzaste a seguirlo?
― Comencé a seguirlos en la temporada 2010–2011, cuando se encontraban en Segunda. Ese año terminaron en segundo lugar y ganaron su pasaje a Primera luego de 8 años.
― ¿Recuerdas tu primer partido?
― Sí. Mi primer partido íntegro fue contra el Real Madrid, donde cayó derrotado el Rayo 6-2.
― ¿Eres aficionado de algún otro club?
― Sigo el fútbol desde el 2002 y me gusta mucho el fútbol italiano. Me ha gustado mucho la Juventus del 2006, pero solo tengo un gran y eterno amor y es por el Rayito.
― ¿Por qué el Rayo y no cualquier otro equipo de la liga?
― El Rayo no es solo un club o un equipo de fútbol, el Rayo es el barrio, es el obrero, es el pueblo, es la identidad de un barrio limpio de racismo y de fascismo, es coraje, es valentía y a la vez nobleza. Si volviera a nacer, elegiría una vez más sin dudarlo al Rayo.
― ¿Has estado alguna vez en el Estadio de Vallecas?
― Nunca he estado en el estadio de Vallecas físicamente, pero sí mental y espiritualmente, cada vez que juega el Rayito siento que estoy allí apoyándolos.
― ¿Sueñas con venir a Vallecas a disfrutar de un partido del Rayo?
― Suena como un sueño, pero me gustaría que fuera una realidad. Sentiría un gran orgullo al estar allí y apoyar al equipo de cerca sería una sensación única. Me encantaría vivir un partido en Vallecas junto a toda la afición, la verdad es que sería un sueño.
― ¿Qué opinas de la afición?
― La afición es la mejor, siempre con el equipo en las buenas y malas, en Primera o en Segunda B, pero siempre con el Rayo. Un equipo y una afición unidos hasta el final sin importar lo que hagas. Esa es la afición del Rayo, la mejor.
― ¿Hay algún jugador en la historia del Rayo por el que sientas especial devoción?
― En el equipo han pasado jugadores emblemáticos como Michu, Piti, Míchel o Amaya, pero yo me quedo con Roberto Trashorras.
― ¿Recuerdas algún partido con un cariño especial?
― Partidos muchos, pero el que más me ha llegado fue el mítico 1-0 contra el Granada que nos salvó del descenso gracias al gol de Tamudo. Cómo no recordarlo, fue único ese momento.
― ¿Qué expectativa tienes para esta temporada?
― Tengo grandes expectativas este año. Tenemos un equipo combativo, que juega con intensidad y que sobre todo están enfocados en el trabajo, que es lo más importante. No suelo hacer pronósticos, pero espero que terminemos del 12º para arriba, aunque la verdad quisiera que estuviésemos en Europa.
«Ha sido un placer poder colaborar con Matagigantes desde aquí, desde Cuba y como creador de la primera peña cubana “La Franja de Cuba”. Un saludo, Reinier». Así se despide de nosotros y de la afición rayista una de esas personas que hoy por hoy dan sentido al Rayo, al barrio y a su historia. Una muestra más de que la Franja, además de indescriptible, es universal. Porque, como ya dije una vez, los vallecanos nacemos donde queremos.