El Rayo Vallecano hace un guiño a su patrocinador Qbao.com con motivo del año nuevo chino.
Hace bien poco se ha celebrado el Año Nuevo chino, en concreto el de la Cabra, y alguno pensará que me viene como anillo al dedo el año por lo cabrón que soy. No seré yo quien le lleve la contraria.
Pero además del cabronazo que escribe estas lineas, desde el Rayo Vallecano se quiso homenajear al pueblo chino, supongo que como un guiño con vistas a renovar patrocinio oriental en el mes de junio y dado el olfato empresarial de nuestro avispado presidente, este fin de semana nos hemos convertido en…
El «Layo». Legalos de Todo a 100
Como en toda tienda de artículos de este tipo y este precio, lo primero de todo es tener cuantas más horas abierto el «chiringo», mejor, y sobre todo ser varios los que curren en él -aunque a nosotros siempre nos parezca el mismo- para optimizar rendimiento. En nuestro «Layo» no quisieron ser menos y también hicieron turnos. El sábado iba a ser turno para el filial, equipo que recibió su regalo de año nuevo chino en forma de campo de hierba natural. Sí, los astros se han alineado, Venus ha entrado en la órbita de Saturno, realizando una elipse paralela a dos estrellas fugaces y todo a ello ha dado como consecuencia que el vidente Sandro Rey abandone Gran Hermano VIP… Ups, perdón, creo que debo ver menos telebasura. El resultado real fue que Paco Jémez, por segundo partido consecutivo en casa, dejó a los pupilos de Mariano Madrid jugar en hierba natural, que es lo que a ellos les pone palote caramelote.
En un principio, este regalo fue bien recibido por nuestros chicos y, como no podía ser de otra forma, el protagonista absoluto iba a ser nuestro portero Alberto. Algunos dirán que por qué no puede ser de otra forma, pues porque a «nuestro» Alberto le apodan «Chino» y ya he dicho antes que si el homenaje lo había preparado nuestro presidente, no habría dejado ningún detalle al azar y muy posiblemente él desconocía su apodo, pero como es fiel oyente de MATAGIGANTES, seguro que en su día escuchó la entrevista que le hicimos y en la cual nos lo contó todo con pelos y señales.
Corría el minuto 61 cuando Alberto «Chino» recibía un balón en el borde de su área y, a riesgo de ser desheredado por Paco Jémez, o Míchel -que le pasará el debido informe desde el banquillo local-, pegaba un pepinazo lejos de su área al más puro estilo clementista, balonazo al que el viento echaba un cable para que se aproximara al otro área, botando y haciendo que el portero Oier se uniera espontáneamente al festejo oriental y viera que como ese despeje se convertía en gol.
El tanto suponía el 2-0 y en cualquier campo normal cerraría el partido definitivamente a falta de menos de media hora, pero en nuestro «todo a 100», asistimos a un primer gol del Amorebieta, que daba cierto aire de emoción al partido. Vimos como nuestro protagonista «Chino» le «pegaba» un viaje a su compañero Le Pogan al más puro estilo Jackie Chan y se lo cargaba. Pero como en los mejores restaurantes chinos de Madrid, perdón de nuevo, como en los restaurantes chinos de Madrid -no hay ni buenos ni malos, son todos iguales- aún faltaba la «hora feliz» y ésta llegó en forma de gol en el minuto 92, regalándole dos puntos al Amorebieta que estaban ya guardados a buen recaudo en la caja fuerte del sensei Mariano Miyagi (Madrid en chino).
Para el domingo, el turno de abrir la tienda de regalos era de los mayores, del primer equipo, con el miedo que padece la parroquia franjirroja cada vez que esta imagen se repite y sobre todo con los artículos más vendidos: pases en corto en defensa, salidas por alto de los porteros, los córners defensivos…
Para sorpresa de todos, en la primera mitad estos regalos no llegaban en oleadas como en otros fines de semana. También es cierto que porque nos salvó el culo en un par de ocasiones nuestro John Murphy particular –Toño-, con las piernas llenas de esas tiras depilatorias que además calman los dolores, según nos cuentan.
La segunda parte fue diferente y los regalos caían del lado del Athletic, perdonando sus delanteros en más de una ocasión goles que cualquier fin de semana medio normal nos hubiera metido otro equipo sin despeinarse. Nuestros delanteros también fueron aplicados en esto de no incordiar demasiado a Gorka y, cuando alguna vez se veían incluso en superioridad en ataque, Leo Baptistao o Licá se encargaban de no aguar la fiesta a los leones. Si el bueno de Torrebruno hubiera levantado la cabeza se habría pillado un mosqueo monumental, porque de su mítico «Tigres,leones, todos quieren ser los campeones» había muy poco y más que tigres y leones eran «güevones«.
Cuando ya todos firmábamos las tablas y veíamos a Jémez y al «Txingurri» Valverde al más puro estilo Karpov-Kasparov, dándose la mano y diciendo eso de «buen partido camarada», llegó el regalo rayista en modo de balón blandito que no se despeja y que entre mil rechaces lo coge el más listo de la clase, un tipo que sus regalos son en forma de codo en la cara, protesta al colegiado, agarrones y demás artimañas de zorro de área como es Aduriz. El vasco no es tan simpático como Manucho, no es aclamado y vitoreado cuando entra sustituyendo a un compañero, ni siquiera cena con la Pedroche, pero supo aprovechar el regalito de la zaga franjirroja y la metió para adentro. Con este gol en el minuto 85, el bueno de Aritz le daba la vuelta al cartelito de abierto y lo ponía en modo «cerrado, tengan buen viaje de vuelta».
Un detalle de pureza el suyo, deseando buen viaje de vuelta a los aproximadamente 600 rayistas desplazados hasta San Mamés, que consciente o inconscientemente también participaron en esto de los obsequios, ya que «regalaron» 45 o 50 euros por entrada a las arcas del Athletic Club de Bilbao, algo que nos parece una salvajada tremenda cuando lo hacen tipos como Ángel Torres, al que lo más bonito que llamamos es usurero y pirata. Imagino que esto sería aplicable igualmente a Iosu Urrutia, ¿no? Que 40 o 45 euros por una entrada nos parezca cargarse el fútbol y es culpa del fútbol moderno también lo sería ayer, ¿no?, con el agravante que parece que se nos olvida que el Athletic no es una sociedad anónima y si una sociedad deportiva, con lo que ello conlleva.
Con esto no quiero polemizar sobre el asunto, o sí, pero sobre todo que seamos conscientes que el fútbol negocio planea sobre nuestras cabezas, sea en Getafe, Bilbao o Córdoba, donde nos espera otro «hostión» importante con el precio de las entradas y si -ojalá no sea el caso- nos jugásemos algo, el ippon a nuestros bolsillos iba a ser de los históricos.
Os dejo reflexionando sobre esto último que he comentado, me pongo mi kimono y me voy al chino de mi barrio -tienen de oferta los rollitos de primavera- a celebrar el Año Nuevo. Prometo no hacer con los rollitos como con las uvas y jalarme 12.
Sean buenos y nos vemos el sábado a las 18.00 en el templo vallekano.
Alberto Leva
8 de Comentariosen este Artículo
Rafalgar
Aunque 45€ es una exageración, te aseguro que no es la misma exageración pagarlos en SAN MAMES que en el Coliseum, vaya pedazo de estadio.
007Leva
Discrepo señor Rafalgar, el valor de los 45 euros es el mismo aquí y en Bilbao, el espéctaculo es el mismo aquí y en Bilbao, sin embargo ganar ganamos aquí y no en Bilbao #notejode