El Cortijo Femenino

21/04/2025
El Cortijo Femenino

Érase una vez un equipo femenino glorioso que dio títulos al Rayo Vallecano.

Al propietario del Rayo Vallecano le gusta hablar en los medios de los lustros que lleva gestionando de forma brillante su institución. Hace unos días, reconoció ser una persona de números, algo en lo que coincidimos (debe ser lo poquísimo que tenemos en común él y yo). Querido Raúl, te voy a dar un dato (o más de uno):

Entre el 4 de noviembre de 2010 y el 19 de abril de 2025 también han pasado casi esos famosos tres lustros. Concretamente, son 14,46 años, 173,46 meses, 754,28 semanas o la friolera de 5280 días. Entiendo que estas dos fechas te digan lo mismo que si te hablan de un correcto mantenimiento de tus instalaciones deportivas. No pasa absolutamente nada, porque entre colegas de números hay que ser generoso y te lo voy a detallar minuciosamente. Ese 4 de noviembre de 2010 nos juntamos en el Estadio de Vallecas unos 8.000 rayistas para ver como Alicia; Ale, Burgos, Rocío, Ana Rubio; Keka, Miriam, Jenny Hermoso (Saray, m.93), Soni (Chini, m.87); Natalia (Claudia, m.73) y Adriana ponían el nombre del RAYO VALLECANO en lo más alto del fútbol femenino europeo. Ese día, el Rayo Vallecano derrotó por 2-0 al Arsenal Femenino en la UEFA WOMEN’S CHAMPIONS LEAGUE, toda una hazaña por aquel entonces para un equipo que estaba dando al Rayo Vallecano esos primeros títulos tan ansiados en sus 84 años de historia.

Dando un salto temporal en el DeLorean rayista, nos trasladamos al 19 de abril de 2025 y comprobamos que, el (ex) Rayo Femenino, 5280 días después de ganar al Arsenal por 2-0, lo único que mantiene es el nombre. Viendo estos casi tres lustros de Presocracia, el nombre correcto para la sección sería Cortijo Femenino, que es en lo que el propietario del Rayo Vallecano ha convertido a este equipo. Desde su mileurista aterrizaje en Vallecas, la decadencia deportiva y moral del primer equipo del (ex) Rayo Femenino ha sido digna de estudio en cualquier escuela de fútbol, siendo de gran utilidad de cara a saber qué no se debe hacer a la hora de gestionar un equipo de fútbol de forma medianamente correcta.

¿Por qué elegir la fecha del 19 de abril de 2025?

El (ex) Rayo Femenino perdía por 1-0 frente al CD Pradejón, un modesto equipo riojano que, tras 4 años en la categoría, descendía pese a ganar a un equipo que posiblemente le doble o triplique en presupuesto. Siguiendo con esos números que tanto le gustan la propietario, vamos con otra ronda: la población de Pradejón, La Rioja, es de 3.754 habitantes según datos del INE de 2024. El distrito de Puente de Vallecas, ubicado en la parte sur de la ciudad de Madrid, tiene una población de 253.040 habitantes (Datos del Padrón 2023). Pradejón sería algo así como el 1,50% de la población de Puente de Vallecas. El CD Pradejón se presentó al partido con 16 jugadoras (dos guardametas) y 5 integrantes del cuerpo técnico (primer y segundo entrenador, delegado de campo y de equipo y fisio). El (ex) Rayo Femenino se presentó con 14 jugadoras (sin guardameta suplente) y 3 integrantes del cuerpo técnico (segundo entrenador, fisio y un delegado de equipo sin ficha federativa). Dado que el Rayo Femenino B no tenía liga, podía haber ido alguna jugadora con el primer equipo. Pero teniendo en cuenta que en el Rayo las jugadoras piden bajar del primer equipo al filial (sí, han leído bien), no parece extraño que no se haya dado el caso de llevarse canteranas al partido. No había primer entrenador, porque cumplía el segundo partido de sanción tras su enésima expulsión desde que llegó al cargo. Tampoco había delegado de equipo, porque cumplía el segundo de los tres partidos de sanción tras su enésima muestra de comportamiento macarra representando al Rayo Vallecano.

Obviamente y al margen de lo que diga la clasificación, está claro que el equipo pequeño no es precisamente el CD Pradejón, que descendió de categoría con una dignidad que ya hubiésemos firmado en Vallecas tras los dos descensos del alineador y sus amigas.

Hace pocos días, se cumplían tres años desde el primer descenso de categoría. Sin duda alguna, fue el más doloroso para la parroquia rayista por muchísimas razones. De hecho, lo menos doloroso hubiese sido perder la categoría si las circunstancias hubiesen sido otras, es algo para lo que llevábamos más que preparados en las últimas temporadas. Lo jodido no fue el qué, sino el cómo. La llegada al equipo de un tipo que acababa de salir por la puerta de atrás de la RFFM, por una serie de audios a cada cual más vomitivo (y solo fueron unos pocos, había bastantes más y retrataban aun más al personaje en cuestión) fue la punta del iceberg. Sobre todo, sabiendo que las mismas jugadoras que habían faltado el respeto al anterior entrenador o a la propia institución, eran las que personalmente habían pedido al propietario del club que volviese ese tipo al banquillo. Fueron varias jugadoras vía WhatsApp o llamada de teléfono y fueron varios los testigos que dieron y pueden dar fé de que eso ocurrió. De hecho, alguna puso bastante más empeño y esfuerzo en la vuelta de Santiso al banquillo, que en cualquiera de los entrenamientos o partidos de mentira con el escudo del Rayo Vallecano. Digamos que el rendimiento deportivo era inversamente proporcional al nivel exigencia en oficinas, llegando a pedir tener el mismo estatus que Radamel Falcao, puesto que ambos eran internacionales con sus respectivos países. Pero bueno, esta y alguna que otra anécdota macabra de esa temporada daría para un buen libro de la historia negra de la Franja.

El segundo descenso ya lo vaticinaron todas esas que salieron en desbandada de Vallecas: «el Rayito volverá donde merece». Pues sí, con un entrenador y un dirigente como los que tiene ese equipo, el sitio del Rayo era un escalón más abajo y se volvió a caer. Esta vez fue menos dramático y bastante más cómico todo, con un Raúl Martín Presa impregnado en kilos de crema de protección solar del 50 y perfectamente acompañado como si de un cortejo fúnebre se tratase.

Tras el descenso, se sucedían las entrevistas en las que las futbolistas rendían un precioso homenaje a José Luis Moreno y a sus míticos muñecos, acusando, al dictado de su jefe, al FC Barcelona B de ser el culpable de su dramático descenso, tras no emplearse a fondo en su partido frente al Fundación Albacete. Pues sí, querido Raúl, es posible que el FC Barcelona prefiriese que sus deportistas fuesen a jugar a un lugar en el que los vestuarios no huelen a cueva de Shrek o que tras el partido sus duchas tengan agua caliente. Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas, y este descenso nos dejó la entrañable imagen de cierta jugadora abrazada llorando con su entrenador, al que no hacía tanto despellejaba en privado (mismo modus operandi con todos sus entrenadores/as sin excepción). Ahí comenzó una bonita y sincera amistad que les ha llevado a compartir momentos únicos por toda la geografía española en la tercera categoría del fútbol femenino nacional. Es tal el vínculo surgido, que comparten botellón en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano para despedir las temporadas. Algo que no acabo de entender en qué punto del ámbito deportivo encuadrar y con menores de edad a escasos metros. Por otra parte, les debió saber a poco la fiesta improvisada y a algún impresentable aún le quedaban ganas de risas, burlándose de una persona con discapacidad e insultándole de forma rastrera y cobarde. Este es el fiel reflejo del chiringuito/cortijo de equipo en el que han convertido al (ex) Rayo Femenino. 

Seguro que se me olvidan muchas cosas o detalles que merecerían la pena ser contados, pero es complicado resumir estos casi tres lustros de destrucción deportiva en unos cuantos párrafos. Mi último dato cuantitativo (los cualitativos ya los he comentado anteriormente también) es que en estos 5280 días hemos pasado de reunir 8.000 rayistas en el Estadio de Vallecas a no llegar al centenar de espectadores en los partidos del (ex) Rayo Femenino, siendo en su práctica totalidad familiares de jugadora. De hecho, tras los descensos hubo un grupo de animación (no oficial), Komando Lamebotas, que con el paso de los años ha ido perdiendo integrantes, hasta el punto de quedarse reducido a una mínima expresión de algún que otro onanista y coleccionista de trofeos femeninos en forma de abrazo, sudor corporal, fotos, espinillera o calcetin sudado. Grandes Vidas Piratas han entonado tras épicas victorias frente a primeros o segundos filiales de Athletic Club de Bilbao, Granadilla, etc. Sí, hemos pasado de jugarnos títulos con Athletic Club de Bilbao o Atlético de Madrid a competir contra su primer o segundo filial. 

Raúl, la próxima vez que te des tu baño de masas por las ondas hertzianas no olvides comentar estos lustros de tanto lustre y esplendor del Cortijo Femenino. Por cierto, hace casi un año que te pedí que me dieras una sola razón deportiva para mantener al alineador al frente del Cortijo Femenino y sigo esperando respuesta a tan sencilla pregunta. Me hablaste de redención, segundas oportunidades personales, consultas a las futbolistas y un montón de excusas, pero no fuiste capaz de verbalizar un solo punto deportivo positivo para que el peor entrenador de los 100 años de historia del Rayo siguiera (mal) dirigiendo al equipo. También recuerdo que en alguna conversación previa, me dijiste que no ibas a consentir actitudes macarras en el Rayo Vallecano. ¿Entonces, Raúl? A tenor de tu discurso y tu forma de actuar en cuanto al Femenino se refiere, empiezo a pensar que para tí, coherencia es el nombre de un grupo tributo a Taburete. 

En junio volverá a renovar al alineador y resto de su Cortijo Femenino, porque más allá de cuestiones deportivas, sabe que mantener en el puesto a esa persona significa tocar los cojones a dos manos a buena parte de la afición rayista. Y aunque jamás lo vaya a reconocer públicamente en sus sesiones de baño y masaje radiofónicas o televisivas, esto le pone muchísimo.

D.E.P. el glorioso Rayo Vallecano Femenino.