Este fin de semana la franja se ha marcado un «strike» al más puro estilo Gran Lebowski, que debe ser Leva en polaco.
Para este fin de semana nuestro amigo Pedro de Meteo Vallecas predecía agua, tanta agua que posiblemente fuera un chaparrón de los buenos. Algunos, tal y como pintaba el fin de semana para la franja, se permitían el lujo de hacer paralelismo entre lo climatológico y lo futbolístico.
A estos Rappeles de la vida y del balón redondo hay que darles escasa, por no decir nula, credibilidad. Todo lo contrario que al amigo Pedro, que lo clavó en su predicción, para desgracia de los que nos empapamos ayer por la tarde en la City o de la pobre Lola que «regaló» su paraguas a alguno que estuvo más rápido que Álex Alonso por banda (algo sumamente jodido).
Victorias de dos rombos ♦♦
Cronológicamente podríamos empezar a hablar del primer equipo, que el sábado y por las horas a las que se jugó el partido, se merendó al equipo revelación de Primera División, algo que me genera la duda de si ahora seremos nosotros ese equipo revelación o no. Supongo que habrá que esperar a junio y analizar la clasificación, los presupuestos y que los expertos en revelaciones varias nos digan qué apelativo nos corresponde. Yo lo tengo claro: a mi me gustaría, por razones más que obvias, el de MATAGIGANTES, ya no solo por nuestro proyecto, sino porque eso querría decir que a las diez de la noche nos hemos deshecho del equipo de los «Garete» Bale (como le llama mi tronco el de las Karrascosas Claras), «el cantante» Jesé o Lucas «Grijander» Silva.
La victoria nos acerca otro pasito al objetivo de la salvación, de la permanencia en Primera División, de la supervivencia económica y de la supervivencia deportiva de la entidad. A priori todo esto es un escenario idílico y lo firmaría el mismo Perogrullo, pero, ¿lo firmaríamos todos los rayistas? Me atrevería a decir que en un porcentaje elevado sin duda, pero como los galos de la aldea de Astérix y Obélix, hay una pequeño reducto de rayistas más románticos, menos resultadistas (pongan el sobrenombre que les apetezca), a los que nos gustaría disfrutar todo esto al 100% y por lo que sea, y semana tras semana esto es imposible. Fue demasiado bonito e idílico el partido de la semana pasada frente al Granada y tenía que venir alguien o algo a joderlo. ¿Que la LFP va a investigar que unos jugadores se pongan unos cordones naranjas? Entonces supongo que la foto que colgaron los «bailarines» del FC Barcelona tras ganar al Real Madrid será motivo de denuncia y expulsión de la Liga. No me jodas, esas pintas sí son sancionables y no unos jodidos cordones que ni apuñalan a nadie, ni tiran a personas al río, ni representan simbología alguna.
Sea como fuere, los que dirigen este tinglado mal llamado Liga de Fútbol Profesional, amparados en la condescendencia de dueños de empresas -antes llamados clubes deportivos-, que deben ser los únicos «empresarios» que se dejan mangonear en sus negocios, consiguieron que Vallecas fuera de nuevo un estadio frío, sin alma, sin la que es su principal esencia, la de ser una fiesta continua y un disfrute durante 90 minutos. Lejos de las victorias y las derrotas, ante todo se disfruta alentando a un equipo que representa a un barrio humilde y que se bate el cobre con auténticos transatlánticos en lo económico y en lo social. ¿Que se ganó el partido? Perfecto, pero no se disfrutó la victoria como merecía la ocasión. ¿De qué sirve tener un escarceo sexual con Monica Bellucci si no se lo puedes contar al menos a un colega? Joder, y ya si repites, como ha sido el caso que nos ocupa, no te digo nada de lo frustrante que puede llegar a ser.
Si hablamos de latins lover del siglo XXI no podemos olvidarnos del famoso cantante Dinio García, que además el otro día nos servía de inspiración. Sí, estamos muy locos, ¿y qué? Los chicos del Juvenil salían tan jodidos de perder contra el Real Madrid que para demostrarles que son los mejores de su grupo, los putos amos y los líderes, no se me ocurrió otra cosas que recordar al entrañable «cubano culebrero» cuando le preguntaban que cuál era la más grande, y él siempre respondía que «la más grande es la de Dinio«.
Ahora vosotros reíros, seguid llamándome loco, pero aún a sabiendas que el tamaño disminuye ostensiblemente con el agua, ayer la más grande fue la del Juvenil A del Rayo Vallecano, y por ende, la de su míster Merino, que además ante las bajas nos lo dejó un poco a huevo para jugar con las palabras sacando en la punta -de ataque- a Pajuelo. La verdad es que no fue nada fácil porque entre que el rival no te lo pone nada sencillo, la ya comentada tormenta, que cayó insistentemente durante la primera parte sobre todo; y las numerosas bajas que por lesión, por sanción o por haber jugado previamente con el filial tenía ayer el equipo.
Lo que pasa es que si algo bueno tienen las bandas es que no faltan valientes que den la cara y nuestra «banda del bate» no iba a ser menos. ¿Que no está «el Juancho«? Da igual, sale Pajuelo y se «pega» con la defensa contraria sin ningún tipo de problema. ¿Que «el Clave» se ha ido de «movida» con los mayores? No pasa nada, al «Aki» le hacemos que dirija a la banda y lo hace con un buen par de narices. Narices que huelen, y de lejos, que este equipo va a ser campeón seguro. ¿Sufriremos? Pues claro, hablamos del Rayo Vallecano y la palabra sufrimiento y sacrificio lo llevamos a fuego en la piel, pero lo conseguirán porque son muy buenos.
A alguno le sonará a chino eso de que Clavería estuviera con los mayores; de hecho, yo sé de uno que tiene un porcentaje altísimo de acciones del Rayo Vallecano que no sabía quien era el chico, así que vamos a explicárselo a los primeros y a este último si tiene a bien leer estas líneas. Ayer Juanvi Peinado convocó a dos de nuestros puntales del Juvenil A para jugar con el Rayo B frente al Castilla: Pablo Clavería, que jugaría de inicio haciendo un partidazo como si hubiese estado todo el año jugando en esta categoría y en este equipo; y Juancho, que gozó de muy buenos minutos en la segunda parte, donde fue una especie de chispazo eléctrico que hizo que el equipo se contagiara de su energía recién salido del banquillo.
La verdad es que pocos contaban con que el Rayo B pudiera ganar al filial madridista, salvo algunos locos que apelábamos al «espíritu de Fuenla«. Y parece ser que el equipo lo tuvo claro desde el pitido inicial y consiguió una merecidísima y trabajadísima victoria, tres puntos que nos permiten soñar con la permanencia, siendo realistas que está complicado pero no imposible. Lo que está claro es que los chavales pueden ganar a cualquiera y no deben tener miedo a nadie, como no lo tuvo Juanvi Peinado a toda una leyenda del fútbol como es Zidane, que salvo el «look» Men in Black tampoco demostró mucho más. En mi quiniela «Michel-Zidane» siempre pondré un UNO fijo.
Suelen decir que el fútbol es tremendamente injusto y si hacemos una encuesta entre los fieles a los partidos de este equipo, el resultado sería un «sí» por abrumadora mayoría, pero hay que reconocer que ayer, y esperemos que sirva de precedente, fue muy justo; justo con unos chavales que 15 días antes nos ponían un nudo en la garganta a los que les veíamos salir completamente hundidos, cabezas agachadas, lágrimas en los ojos, algo que habitualmente es raro ver en un equipo de fútbol y más según va siendo la categoría más alta. Sin embargo ayer todo eran buenas caras, risas, abrazos con familiares y amigos, euforia contenida, y seguro que alguno ayer tuvo algo más de premio que los tres puntos del partido… No seáis guarros, ni malpensados, que yo me refería a otro tipo de cama y si no que le pregunten al bueno de Javi Robles.
Lo cierto es que la victoria de este equipo sabe a gloria, y en esta ocasión sí que lo disfrutas al cien por cien y como se merece, sobre todo porque el hecho de implicarte a la hora de «darles bola», informar sobre ellos, casi vivir su día a día, hace que les conozcas de una manera absolutamente cercana, que empatices con ellos y que te jode ver que tan buena gente como son ellos lo pasen mal y, en lugar de disfrutar la categoría, en ocasiones llegue a padecerla. Y qué coño, que Matagigantes es un poco un proyecto de cantera, lo cual nos hace identificarnos con este grupo mucho más aún. Lo que tenemos claro y no nos vamos a cansar de gritarlo es que nosotros #CREEMOSENELRAYOB y mientras haya opciones de salvación allí vamos a estar, no solo cuando viene el Castilla de visita a Vallecas (palito para el que le apetezca recogerlo).
Por último y no menos importante la victoria de nuestras chicas en Zubieta; lo que pasa es que fue la que nos tocó más de lejos y además parecía encarrilada en 16 minutos, que fue lo que tardó en ponerse 0-3 en el marcador con un inicio demoledor. El partido, como buenamente podíamos, lo íbamos siguiendo desde la City, ya que coincidía en hora con el partido del Rayo B, y curiosamente a medida que las nubes iban haciendo que la mañana se fuera poniendo más negra sobre el campo 4 de la Ciudad Deportiva, iban llegando los goles de la Real Sociedad en San Sebastián. Menos mal que las guerreras franjirrojas tuvieron más temple a la hora de sujetar a las donostiarras que las nubes de la City a la hora de dejar caer el agua que portaban. Vaya manera de llover como si no hubiera mañana, lo cual es un poco putada ya que coincidió el «pequeño diluvio» con la retirada de nuestro presidente a sus aposentos después de haber presenciado -desde no sé dónde- la victoria del filial franjirrojo. Además, antes de irse hizo la promesa en firme de ir a ver al filial contra el… Bueno, ya otro día que jueguen en …
En fin, nada nuevo en esta bendita casa, y por mi parte firmo que no vuelva a ver ni al filial, ni femenino, ni juvenil y volvamos a tener otro fin de semana de pleno rayista. Eso sí, que haga el favor de ejercer de una santa vez de dueño de la Sociedad Anónima que adquirió en su día, y trate a sus clientes o abonados como realmente merecen, lejos de imposiciones que van en contra de la Ley por parte de gente de más que dudosa fama.
Hasta aquí las lineas de esta semana, porque lo que empieza siendo un subidón de adrenalina y hasta de la bilirrubina, hablando de esta gente acaba siendo un gatillazo en toda regla. Sean felices y nos leemos en siete días.