Vamos a darnos un tiempo

20/05/2019
Vamos a darnos un tiempo

Temporada dura para todos los seguidores del Rayo Vallecano la que acaba de finalizar. Momento para reflexionar y reponer fuerzas para afrontar el reto de intentar volver a Primera División.

El pasado sábado ponía punto y final el primer equipo a su temporada futbolística. Un año que no pasará a los anales de la historia de la Franja ni de lejos. Un año que deja muchas más sombras que luces, con muy pocos momentos de disfrute y, por el contrario, muchos de desesperanza, desilusiones y momentos dignos de borrar en la memoria de cualquier rayista.

Desde el terreno de juego hasta los despachos, nadie ha estado a la altura de lo que este club y esta categoría merecían. Ha sido tan efímero y tan convulso este nuevo paso del Rayo Vallecano por la máxima competición del fútbol nacional, que creo que muy pocos podrán decir que han disfrutado plenamente la estancia de su equipo en la mejor liga del mundo.

Capítulo aparte merece la afición que, si bien es cierto ha estado varios puntos por encima de jugadores, entrenadores o mandatarios, ha alcanzado puntos de verdadera locura en redes sociales partido tras partido. Se ha caído, en función de los resultados y el mal juego generalizado a lo largo de toda la campaña, en el, para mí, tremendo error de formarse bandos «pros» y «antis» (Alberto, Míchel, Jémez, Cobeño, Trejo, etc.) que desembocaban en muchas ocasiones en discusiones acaloradas con faltas de respeto entre gente a la que el fútbol y estos colores, debería unir y no separar en ninguno de los casos.

Pienso que la mejor noticia del año (al margen de una hipotética marcha de Martín Presa) para el hincha rayista es que la temporada se haya terminado y con ella este suplicio vivido, momento para volver a ilusionarse con el equipo y remar todos en la misma dirección para vivir una temporada bastante más plácida que la que acaba de finalizar.

Personalmente, yo llevaba ya semanas en las que iba tachando fechas en esta particular cuenta atrás para dar por concluida una liga sin pena ni gloria para el Rayo Vallecano. Y lo de pena lo digo de forma literal, ya que es el descenso que con más indiferencia he vivido (y llevo unos cuantos en mis espaldas), señal de que algo no va bien y el desgaste sufrido está venciendo a ese sentimiento franjirrojo que todos tenemos dentro.

Muchos dicen que si Presa sacara mañana mismo los abonos, renovarían su compromiso franjirrojo de inmediato, algo que entiendo y respeto profundamente, pero yo, a día de hoy, no encuentro ni un solo motivo para ilusionarme de nuevo con la Franja. Poco o nada queda del Rayo Vallecano que todos hemos conocido, hemos pasado a ser el quinto equipo de Madrid, siendo superados por Getafe y Leganés en prácticamente todo. Pero el drama no es que estos dos clubes no hayan superado en cuanto a lo que el primer equipo se refiere, sino que en lo que a cantera se refiere también lo han hecho. Históricamente, el Rayo Vallecano era esa tercera alternativa a Real Madrid y Atlético de Madrid, pero hoy por hoy ya no lo es y hemos dado varios pasos hacia atrás, mientras Getafe y Leganés lo han hecho hacia adelante. El Rayo Vallecano debería ser un club que apostara por su cantera y, desde que Martín Presa tomara las riendas del club, lo único que ha hecho es hundirla paulatinamente hasta dejarla al borde del abismo. Del mismo modo que la cantera, podemos hablar del Rayo Femenino, sección que, año tras año, vive en un milagro continuo, pero no siempre se van a repetir los milagros y, esta temporada, con el ascenso del CD Tacón, nos veremos superados por un tercer club madrileño en la Liga Iberdrola.

Se avecina un verano movido en el Rayo Vallecano en todos los aspectos, desde el primer equipo hasta la cantera. Todo pinta entre gris oscuro y negro en el futuro de nuestro club y, lo que es peor, no tiene visos de cambio a corto plazo. De hecho, si lo que conocemos públicamente ya es bastante negativo, hay noticias, gestiones y situaciones que vean o no la luz, son absolutamente lamentables y habla muy bien a las claras de en manos de quien está actualmente el Rayo Vallecano.

Por suerte, Presa no sacara esos abonos mañana mismo y me dará tiempo a disfrutar de este retiro momentáneo (o no) de todo lo que tiene que ver con el Rayo Vallecano y, tal vez, volver con más fuerza más adelante, pero como dicen en las películas pastelonas y ñoñas, necesito que el Rayo y yo nos demos un tiempo para reordenar ideas y reforzar nuestro amor.