Accionistas y peñas del Rayo denuncian falta de transparencia en la gestión de Martín Presa

Las cuentas claras y el chocolate espeso. Ésta es la premisa que los accionistas minoritarios y las peñas del Rayo Vallecano reclaman a la directiva del club desde hace ya tiempo. Por el momento no han obtenido respuesta en asuntos de primer orden, como la inversión destinada al Rayo Oklahoma City, la mejora del estadio, la inversión en la cantera y el equipo femenino, o la gestión del Restaurante La Franja.

Denuncian los socios rayistas la falta de transparencia en las operaciones del presidente, Raúl Martín Presa, y la escasa comunicación entre los gestores del club y la masa social. Demandan la instauración de la figura del enlace entre afición y cúpula dirigente –existente con éxito en otras ligas como la alemana-  como primer paso para mejorar una relación en horas muy bajas.

La Junta General de Accionistas, programada para el próximo 6 de abril y que llega con más de tres meses de retraso ­­-debía haberse celebrado antes del pasado 31 de diciembre- será el escenario donde los aficionados pedirán cuentas al máximo mandatario rayista sobre una gestión, a su juicio, opaca.

Ángel Domínguez, presidente de la Federación de Peñas y de la Peña Planeta Rayista, y accionista minoritario, ha analizado en los últimos días la documentación que el club les ha proporcionado y que presentará en la Junta. Destaca Domínguez que la información sobre el Rayo Oklahoma es muy escueta, “apenas nueve líneas” para explicar una inversión de dos millones de euros que, asegura, “para un club como el Rayo es mucho dinero, teniendo en cuenta la mala situación de la cantera”.

Otro asunto poco claro, según Domínguez, es la nueva gestión del Restaurante La Franja, que ha pasado a manos del club desde que la familia Cota dejara de explotarlo. “Apenas hay datos en el informe que la directiva nos ha facilitado, y pensamos pedir explicaciones, al igual que haremos sobre la deuda con Hacienda, que es herencia de los Ruiz Mateos pero que nunca acaba de solucionarse y genera inestabilidad”.

Ángel Barranco, accionista y miembro de Planeta Rayista, denuncia que las cuentas no están claras y “el club, cada año, cambia de auditor, algo un tanto sospechoso. Han presentado los números deprisa y corriendo para salvar la Junta de este año; el presupuesto de esta temporada aún no se ha aprobado, cuando el ejercicio está acabando. Es un desastre”.

Según Barranco, la directiva del Rayo “carece de seriedad y es poco fiable; hace dos días que han entregado en el registro el ejercicio de la temporada 2013-14, con casi dos años de retraso. Es una falta de respeto”.

David Rodríguez, de la Peña Planeta Rayista, afirma que “el club no invierte donde realmente hace falta, que es en la cantera y en el femenino, pero sí invierte en el Rayo Oklahoma, que está a miles de kilómetros, sin que nadie dé una explicación. Puede que sea un negocio muy interesante, pero nadie lo sabe porque no nos han informado”.

Sobre este asunto, Rodríguez aclara que “si lo ha comprado Presa a título individual, no se entiende por qué el Rayo participa en la operación –en la que estuvieron el director general (Luis Yáñez) y el director deportivo (Felipe Miñambres)-, y si lo ha comprado el Rayo hay que contar con los accionistas y dar explicaciones, y no se ha hecho. El Rayo no puede ser el cortijo de Presa”.

Se queja Rodríguez de que “en el Rayo existe una falta de transparencia total. La Junta General de Accionistas se tenía que haber celebrado antes del 31 de diciembre. Somos el único equipo de Primera que no ha rendido cuentas a sus aficionados”.

Dámaso Barroso, presidente de la Peña 2004, denuncia la poca conexión entre el club y la afición: “No sentimos que por parte de la directiva haya ningún respaldo ni apoyo. Por ejemplo, en la página web del Rayo no aparece una pestaña dedicada a la afición, como ocurre en el resto de clubes. Todo lo que se refiere al aficionado del Rayo debería estar más estructurado”.

Según Barroso, “en el Sevilla, entre otros clubes, tienen una oficina de atención al sevillista”. Este veterano socio rayista muestra su descontento porque “el club no tiene iniciativa en los temas sociales. Hay una falta de cercanía con las peñas y los socios. Sin la figura del enlace no se pueden centralizar todas las inquietudes sociales. No sentimos que exista nada más allá de tener tu asiento en el estadio y poder acudir cada domingo de partido”.

“El estadio necesita una reforma pero estamos desinformados sobre el tema. La Comunidad de Madrid dice que no la puede pagar, pero el Rayo tampoco quiere correr con los gastos. Lo que no queremos es que se especule con el estadio y que se convierta en un pelotazo urbanístico”, sostiene Barroso.

Otro veterano peñista con cientos de partidos a sus espaldas siguiendo a la franja, Rafael Alameda, presidente de la Peña Los Desperdigaos, subraya la “total opacidad” en el capítulo del Rayo Oklahoma. “Dentro de las peñas hay accionistas del club y no se les ha comunicado nada. No sabemos si la operación se ha hecho con dinero del Rayo, aunque nos imaginamos que sí, y tampoco está claro si está a nombre de Presa o de quién”.

Tamara Fariñas, de la Peña Rayo Clash, protesta porque “la situación de la cantera es preocupante, está abandonada; el estado del estadio es lamentable y viene de antiguo, y existe una gran falta de comunicación y de transparencia en muchos casos”.

Alberto Leva, presidente de la Peña Piti, afirma que “la afición está muy descontenta; después de cinco años no hay apenas avances en la gestión de Martín Presa. Hay más sombras que luces”. Y apunta que “la solución es profesionalizar el club en todas sus áreas, y crear un apartado social que en estos momentos no existe. El Rayo lo dirigen tres personas que vienen de un sector ajeno al deporte. Lo mejor es que el presidente venda el club y se vaya”.

Desde la localidad de Rivas habla Antonio Mora, presidente de la Peña Rayista de este municipio al sureste de la capital, y manifiesta su malestar por el trato recibido por parte del club: “Cuando fundamos nuestra peña, en junio del año pasado, el club ni tan siquiera nos felicitó o dio las gracias. Tampoco nos han mandado una nota ni nos han llamado por teléfono o escrito un correo electrónico”.

“El día que fui a llevar la documentación el recibimiento fue lamentable, como si el club estuviera sobrado de peñas, como si todos los días inscribieran ocho peñas nuevas. Para un club pequeño como el Rayo, que se forme una peña nueva tiene que ser un acontecimiento, pero el trato que me dieron fue absolutamente frío y distante”, protesta Mora.

Este medio de comunicación ha intentado ponerse en contacto con el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, pero éste ha declinado hacer declaraciones.

Daniel Leguina