Orgullo de franja

La verdad es que mi primera idea era hacer una crónica del partido que han disputado esta mañana los juveniles del Rayo Vallecano y el Real Madrid. Pero tras lo presenciado esta mañana en la Ciudad Deportiva se me han ido quitando las ganas de hacer una crónica al uso.

A priori, la gente podría pensar que lograr un empate ante todo un Real Madrid debería ser una gran noticia, y la mayoría de las veces no les faltaría razón a aquellos que lo piensen, pero hoy no. No lo es ni por juego, ni por méritos, ni por factores externos al juego de ambos equipos. No me gusta creer en conspiraciones, no me gusta hablar de manos negras arbitrales, no quiero pensar en campañas orquestadas a favor o en contra de ciertos equipos. Pero lo de hoy clama al cielo y si escribo esto no es por los tres puntos en juego, sino por la ilusión, por el coraje, por la honestidad mostrada por un grupo de chavales, con un cuerpo técnico a la cabeza que es un ejemplo en cuanto a  formación deportiva y humana de chicos de 17 o 18 años.

No puede ser que se juegue así con la ilusión de un grupo humano que prepara a conciencia un partido durante días, en el que ponen todo su empeño, voluntad y sacrificio. Un partido que afrontan desde la más absoluta humildad, pero con la firmeza de poder ganarlo y superar en la Clasificación a un gran rival, que les supera en tan solo un punto, en medios a la hora de entrenar, de jugar, de desarrollar su profesión, pero no en cuanto a pasión por lo que hacen.

Acostumbramos a ver cada fin de semana quejas por los arbitrajes recibidos, ya vengan del lado de los entrenadores, jugadores, directivos o aficionados de a pie. Si muchos de ellos vieran el arbitraje que ha sufrido hoy el equipo juvenil del Rayo Vallecano, a buen seguro alguno acababa denunciado o sancionado por algún comité creado para la ocasión. Enumerar los errores del colegiado de hoy me llevaría un buen rato y tampoco quiero aburrir a la gente, pero créanme cuando les digo, que desde el minuto cero se veía una cierta predisposición a que el beneficiado por el fallo arbitral fuera el equipo que en la mañana de hoy vestía de gris. Pese a todo esto, el equipo de Juanvi Peinado ha competido, y lo ha hecho como lo hacen los auténticos campeones, dando siempre un paso adelante y creciéndose, con una actitud ejemplar y queriendo demostrar en el terreno de juego que se iban a sobreponer a cualquier golpe que recibiesen. Y así ha sido durante todo el partido y al finalizar el mismo, que quizás era el momento más complicado para tener esa templanza que todo el que ha presenciado el encuentro ha alabado de estos chicos.

Lo que resulta aún más increíble es que Juanvi Peinado que hace gala de una educación y un respeto exquisito, digno de admirar si lo comparamos con otros compañeros de profesión, haya sido expulsado por una protesta…¡Del banquillo del Real Madrid! 

Termino estas líneas volviendo a mostrar mi admiración hacia este equipo que no solo ha defendido unos colores, sino que ha defendido una filosofía y unos valores que representan a una entidad de 92 años de historia. Gracias por haber honrado hoy la franja como lo habéis hecho.

Alberto Leva.