El Rayo B cae en la «City» ante Las Rozas (0-1) y acumula ya 5 derrotas consecutivas que le hunden en el fondo de la clasificación.
Cuando el mal resultado se convierte en costumbre, un equipo de fútbol debe empezar a preocuparse. Tristemente, está dejando de ser novedad que el Rayo B pierda, en esta ocasión en casa ante Las Rozas, agravando así la mala situación por la que pasa el Filial de la Franja.
Algunos valientes desafiaron a la gris mañana, al horario raro de las 11 de la mañana (para que nadie duerma la hora extra que hubo anoche por la entrada del horario de invierno) y a los 12 euros de precio de la entrada para acercarse al campo 4 de la «City». Al caer al farolillo rojo la jornada anterior tras perder en Alcalá, Iván Amaya buscaba dar un golpe de efecto en Vallecas, y esto se tradujo en meter a todos los jugadores de perfil ofensivo de los que disponía en el once inicial. Por primera vez salían de inicio y al mismo tiempo Diego Lorenzo, Héctor, Ilies, Losada y Rubén De Tomás. El esquema que buscaba el míster era 4-1-4-1, con Asier como único mediocampista. Del otro lado llegaba el cuadro azulón de Carlos Rodríguez, que no había empezado bien el curso pese a tener un plantel repleto de buenos nombres para la categoría, entre los cuales varios ex del Filial de la Franja, habiendo 3 en el once (el meta Josete, Kevin Manzano e Iván Sánchez) y 2 en el banquillo (Álex Cano y Marc Echarri).
En el comienzo del partido, parecía haber una novedad con respecto a jornadas anteriores: el Rayo B hacía intención de irse hacia arriba. Claro que la intención es una cosa, pero lograrlo, y más sin elaborar un juego que te permita ser dominador claro, es otra. Podría decirse que el cuadro local mandó en el campo hasta mediado el primer tiempo, pero no por desplegar buen fútbol, sino por haber logrado alguna llegada, dos como mucho. Eso sí, hubo una clarísima al minuto 22, una acción por el costado izquierdo que logra ganar la línea de fondo y dejarle el balón franco a Diego Lorenzo para el remate prácticamente bajo palos. Con ganas de lucirse en la que fue su casa, Josete se lanzó con todo para poner una mano que sacara en la misma línea lo que en otra ocasión hubiera sido gol seguro. No es que el Filial de la Franja cree poco peligro, que también, sino que además le cuesta la misma vida hacer goles.
El tramo final del primer tiempo fue igual pero hacia el otro lado del campo. Sintiéndose salvado tras la intervención milagrosa de su portero, Las Rozas dio un paso al frente, y si bien la brillantez de su juego no era mayor que la de su rival, dispuso de alguna ocasión para hacer el primero. Y de nuevo el protagonista llevaba guantes. En este caso fue Pantoja el que postergó el tanto inicial, primero al repeler un fuerte disparo desde la frontal y manotear el rechace que quedaba muerto en el área, y luego lanzándose al suelo para sacar un chut de Rubén Ramos y hacer las delicias de los fotógrafos que siguen al Filial de la Franja. Se llegó al descanso con 0-0 y poco más que contar. Sensación general de hastío en la grada, algo que tampoco es novedad últimamente.
Iván Amaya movió ficha en el descanso al dar entrada a Diego Méndez, quien venía de haber estado en Sevilla convocado para la victoria del primer equipo en el Pizjuán (sin jugar, no como Pablo Muñoz, que disputó el descuento y vio al Rayo B en la grada), por Héctor. Un pequeño esfuerzo por ganar algo de fuerza en la medular. El efecto, si es que lo tuvo, fue que desapareciera casi por completo la construcción conducida en ambos bandos. Consecuencia de ello fue que las llegadas a las áreas se daban con cuentagotas. Y en la primera que tuvo Las Rozas tras la vuelta de vestuarios se encontró con el premio gordo. La internada por la izquierda logró un tiro que Pantoja rechazó, pero dejándola muerta en plena área. Nadie llega a despejar, sí alcanza el cuero Rubén Ramos, que como si controlase el tiempo, controló y armó el disparo que acabaría irremediablemente en la red tras chocar en un defensor. Se adelantaba Las Rozas en Vallecas, dando al Rayo B lo que a la postre sería una puntilla anímica para el partido.
Como reacción inmediata al gol, Amaya retiró a Losada y Asier para dar entrada a Manzano y Expósito, haciendo el último su debut en la temporada, postergado por una lesión luego de su llegada procedente de Paracuellos. Hubo amago de reacción del Rayo B, que trataba de buscar el empate con más ganas que acierto, y cavando su tumba en el encuentro por la impotencia de no poder crear dominio y apenas peligro. La tuvo muy clara, eso sí, Ilies, que quedó mano a mano con Josete, pero se demoró mucho en efectuar un tiro que nunca tuvo lugar, pues cuando se le ocurrió al ariete, el portero rival ya le había ganado el duelo. Por su parte, Las Rozas se sentía cómodo en la victoria por la mínima y en un juego yermo ofensivamente, basado en lanzar balones largos para que el corpulento Kone los pelease con los centrales.
La mezcla de la impotencia rayista, la flema roceña y un fútbol nada vistoso pero fluido y sin muchas interrupciones terminó por hundir las expectativas locales. Solo hubo un último parón para cambios antes del 90, cuando entró Marco por Jaime en el Rayo B y el ex rayista Álex Cano por el goleador visitante Rubén Ramos en el minuto 84. De hecho, este fue el único cambio que hizo Las Rozas, hecho que, junto a que el banco franjirrojo solo usara 2 de sus ventanas de cambios y que apenas hubiera faltas ni lesiones, llevaron al colegiado a algo casi inédito: añadir solo 1 minuto a la segunda mitad. Muestra de todo este cóctel fue que Viega estaba preparado desde 3 minutos antes del 90 para entrar como última sustitución local, pero cuando el cambio fue a realizarse, se había cumplido el 91 y se decretó el final del partido, ante la perplejidad de los locales y la alegría visitante.
El descuento es una anécdota que no opaca el hecho principal, que es que el Rayo B había perdido otra vez. Son 5 las jornadas seguidas que lleva el Filial de la Franja saliendo derrotado de sus duelos. La mala noticia es que ya no es novedad que la moneda le salga cruz al cuadro de Iván Amaya, que una fecha más vuelve a cerrar la clasificación del grupo 7 de Tercera Federación con 4 puntos en 8 jornadas, quedando ya la salvación a 3 puntos de distancia. La victoria es ya más una urgencia que una necesidad. La semana que viene habrá otra ocasión de redimirse visitando a un rival que, dadas las circunstancias, es directo: el CD Galapagar.
Informó Jorge Morales García. Imagen de Alberto Leva.