Reflexión de una tarde calurosa de verano sobre el manido concepto de «canterano».
Hoy me tocaba escribir de otro tema de la actualidad rayista, pero se me ha cruzado esto que lleva tiempo rondando en mi cabeza. Entre el calor y la densidad del tema del que había decidido escribir, me ha corrido el sudor por todo el cuerpo y me he apiadado de la familia rayista.
Llevo tiempo escuchando y leyendo referirse a Adrián Embarba como canterano del Rayo Vallecano. La pasada temporada, cada vez que a Míchel se le preguntaba por la presencia de canteranos en el primer equipo, salía su nombre.
Respeto el concepto que Míchel y otros podáis tener de canterano, pero dejarme que os explique el mío, y si os apetece, abrimos un debate sobre la cuestión. Voy a intentar argumentar las razones por las que creo que a Álvaro Negredo y Nico Cañizares les considero canteranos y a Adrián Embarba o Nacho Martínez no.
Nada tiene que ver su calidad futbolística o personal. Nada tienen que ver mis gustos o fobias. Para mí lo fundamental para considerar canterano a un jugador es en qué equipo/equipos ha militado en su etapa formativa. Etapa que acaba con su paso a categoría senior. Uno es canterano de dónde ha mamado los valores del fútbol y de la vida, mientras uno crecía como persona y como futbolista.
Creo que no hay que explicar los casos de Negredo y Nico, que han acumulado años y años en la cantera. Álvaro con la suerte de debutar con el primer equipo, y Nico sin esa fortuna (malditas lesiones). Un canterano lo es siempre, llegue o no al futbol profesional o a cumplir el sueño de todos: jugar en el primer equipo. Coke Andújar, Aitor, Uche, Rubén Quirós, Pablo Clavería, Chino,… siempre serán canteranos de la Franja, jueguen donde jueguen o aunque dejen de jugar.
Por esa razón creo que Embarba o Nacho no son canteranos del Rayo Vallecano. Los dos ya llegaron en categoría senior al filial rayista. En el caso de Nacho para ascender en cuestión de meses al primer equipo. En el caso de Embarba para incorporarse directamente a la pretemporada del primer equipo y debutar con él en el primer partido de la temporada de su llegada.
Mientras escribía esto se me ha venido a la memoria el Matagigantes 48, realizado en el Bar Zahara, en el que estuvieron presentes Nico Cañizares y Antonio Amaya, dos canteranos del Rayo Vallecano. La vida ha querido que los dos hayan dejado el Rayo, uno el verano pasado y otro hace unos días. Antonio con su sueño cumplido y Nico con su sueño por cumplir.
En el caso de Nico nos enteramos por sus redes sociales como en el caso de tantos canteranos. En el caso de Antonio también, como prólogo a una lúgubre despedida oficial. Personas que llevan grabado a fuego los valores de Valentía, Coraje y Nobleza. Personas a las que el dueño de la mayoría de las acciones del club no tiene la valentía, el coraje y la nobleza de despedir como se merecen.
Suma y sigue…
Foto: Iván Díaz