Condenados a entenderse

09/07/2025
Condenados a entenderse

¿Alguien imaginaba un debut en Conference League sin Óscar Trejo defendiendo la Franja?

El Rayo Vallecano daba el pistoletazo de salida en el día de ayer a la pretemporada 2025/26 y lo hacía con la noticia de la tan ansiada renovación del Chocota Trejo. Apenas una hora de que los futbolistas de la Franja pisarán el césped del campo 5 de la City por primera vez esta temporada, en las redes sociales del club se anunciaba la fumata blanca del 8 de la Franja.

En un club normal la noticia del futbolista más importante de su era moderna, se hubiese oficializado mucho tiempo atrás y con un acto a la altura de la figura de Óscar Trejo. Pero el Rayo Vallecano hace años que dejó de ser un club que se acerque siquiera a la normalidad, para bien o para mal (más tirando a lo segundo). De hecho, la firma prevista para el mismo lunes se acabó posponiendo por culpa de una de las partes y no es necesario dar muchas pistas de cuál fue la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte, ¿No? 

En el ultimo mes, todo el mundo tenía información sobre la renovación de Trejo, llegando su firma a ser una especie de caimanes en las alcantarillas de Nueva York, la nueva chica de la curva o hubo incluso quien vio a Trejo firmar con la misma seguridad que en su día vio al famoso perro de Sorpresa, Sorpresa y Ricky Martín. Un servidor la única certeza que tenía, más por viejo que por demonio, es que el acuerdo se iba a producir con total seguridad por una especie de interés por ambas partes. El interés del Chocota en jugar, al menos una temporada más, en el equipo de su vida y marcar el check verde de escuchar el himno de la Conference League desde el verde, es más que evidente y no tenemos que convencer a nadie de ellos. El interés de la parte contratante es menos aparente, casi imperceptible y bastante forzado. Una no renovación del máximo estandarte del Rayo Vallecano y un año tan especial, después de haber quedado grabado en más de una ocasión que Trejo renovaría siempre que él quisiera hacerlo, sería terriblemente impopular y el clima podría ser altamente beligerante ya no solo con la masa social, sino con un vestuario que adora e idólatra a su «Papote».

Es más que de sobra conocida la faceta de negociador extremo de Martin Presa y son muchos los que lo han padecido e incluso sufrido. Es capaz de llevar al limite a la gente cuando de negociar se trata, ya sea un traspaso o autorizar la instalación de una valla en la Ciudad Deportiva (ejemplo puesto «al azar»). Estaba claro que la renovación del Chocota no iba a ser una excepción y más tras algún que otro órdago del futbolista en la última temporada, algo que el propietario del club ni olvida ni perdona y si había que cobrarse la revancha, la renovación era el momento ideal. Ya faltó a la verdad en el mes de marzo cuando dijo que Trejo tenía una oferta de renovación, algo que el propio futbolista, meses después, desmintió en redes sociales. Era obvio que la oferta llegaría, tarde pero llegaría, y que lo haría a la baja. Todos entendemos que el Chocota del 2025 no es aquel jovenzuelo que nos dio un ascenso ante el Xerez o que volvió años más tarde desde Francia para convertirse en leyenda de la Franja. Sin conocer detalles, ni falta que me hace, la oferta tampoco habrá sido acorde a la realidad futbolística de Trejo y, como todo el que negocia con este señor, le habrá tocado ceder y poner mucho de su parte para cumplir el sueño de defender este escudo por Europa.

Martin Presa en esta partida jugaba con las cartas marcadas y pasara lo que pasara, iba a ganar seguro. Sí Trejo renovaba, como finalmente ha sucedido, él le ha dado al Rayismo lo que «su pueblo» demandaba (al más puro estilo emperador romano en el Circo) y si finalmente decidía no aceptar la oferta de renovación, activaría el comodín de sus voceros mediáticos y vendería una imagen de futbolista pesetero que antepuso el color del dinero al de la (extinta) franja roja.

Por fortuna, el rayismo verá cumplido su anhelo de ver al mago de Santiago del Estero, un año más, saludando a los suyos al saltar al terreno de juego, sonriendo cuando escucha a la hinchada corear su nombre, escondido entre la timidez y un mate, sintiendo que es un soplo la vida, que, en su caso, 10 años no es nada, que febril la mirada (del rayista), que te busca y te nombra, Chocota.

Gracias, Óscar, por elegir estar en el lado bueno de la historia. Disfrutemos de este año como se merece, viviendo cada partido y cada instante como una enorme fiesta, que después de todo nos lo hemos ganado a pulso.