Crónica Rayo Vallecano 2 – Villarreal CF 0

16/02/2015
Crónica Rayo Vallecano 2 – Villarreal CF 0

Un Rayo sólido e intenso fulmina al Villarreal con goles de Bueno y Kakuta.

No sé si Paco Jémez sabe escribir. Me refiero a si sabe escribir bien, porque por lo visto de chaval era buen estudiante, o eso dice él. Los locos años ochenta, cuando llevaba ese pelazo con el que luego vino a Vallecas a licenciarse como central de élite, azote de butragueños, futres y bebetos. Bueno, de bebetos no. Espero que Paco sepa escribir y además tenga ganas, porque lo vivido a lo largo de estos tres años le da para mucho más que una trilogía. Con el arte que debe tener, debería editar una serie de novelas históricas como los maravillosos “Episodios nacionales” del maestro Galdós, desde el día en que pisó Vallecas para firmar como míster hasta dentro de unos meses, cuando se vaya rumbo a las primeras páginas de los diarios nacionales. Yo los llamaría “Los episodios rayistas”, y me ofrezco desde estas líneas a echarle una mano en los asuntos de redacción, en los que modestamente me manejo con cierta soltura. Eso sí, dentro del escaso tiempo libre que me dejan mis ñapas en MATAGIGANTES y, sobre todo, en el mundo del vino que me da de comer (y de beber). Todo es negociable, Paco. Como dice una amiga mía, soy todo orejas.

Después de vivir episodios como “La Corte de Martín Presa”, “Los trece mil hijos de Larrivey” o “El equipaje de Nery Castillo”, lo de este año no tiene desperdicio. Es un carrusel de emociones que no cesa, una montaña rusa que tiene confundido al hincha, que un día hace números teniendo muy en cuenta la rebaja de los futuros abonos de segunda y otro se siente más feliz que José Luis Poblador en la destilería de Capitán Morgan. Ayer, el Rayo tenía por delante su “día D” particular. Otro tropiezo y el resbalón rumbo al hoyo se iba a hacer inevitable, y la situación, posiblemente, insostenible. Ganar al Villarreal, por contra, revertiría la situación por completo, sobre todo en lo referente al estado anímico del equipo. Pero ojo, es el Villarreal, el equipo de moda, el paraíso artificial de los chicos de oro. Para más inri, Jémez decidía afrontar el partido sin el intocable y adorado Trashorras, y sí con el irregular Licá y el defenestrado Nacho Martínez en el once titular. ¡Y con Fatau! No pintaba nada bien el tema con tanto fondo de armario, pero le salió bien la jugada. Muy bien. Y además, nada fue de casualidad.

El Rayo Vallecano le ganó al Villarreal porque todos los jugadores  salieron al campo con el mono de trabajo. Todos, sin excepciones. Fue un bloque compacto, desde el minuto uno hasta el noventa. También ganó el Rayo porque tuvo la suerte que le faltó en otras ocasiones, con jugadorazos cómo Luciano Vietto -si fuera zurdo sería una fotocopia de otro grande surgido de La Academia: Claudio ‘El Piojo’ López– fallando lo que no falla jamás. Se llevó el equipo franjirrojo la victoria, además, por la enorme intensidad defensiva que derrochó de principio a fin, con dos centrales de cristal y con muchas heridas de guerra a sus espaldas -no lo olvidemos nunca- y un lateral izquierdo que se sobrepuso a la falta de continuidad con la que le suele castigar Jémez con no demasiado acierto, a tenor de lo visto en los últimos partidos que ha jugado el del barrio del Pilar.

La ausencia de Trashorras, a priori, privaba al equipo de organización, orden y lucidez en el último pase. Mentira. Siendo honestos, el gallego asiste entre líneas con cuentagotas. Puede ser que ya no lo vea todo tan claro o que los contadísimos desmarques que hace el ya no tan dinámico Leo Baptistao ayuden poco a su lucimiento particular, ese que tanto gusta a la grada. Lo cierto es que Jozabed, sin tener -aún- la brillantez que tuvo antaño el gallego para dejar sólo al delantero de turno, sí organiza, sí ordena y además defiende y tapa espacios. Y si cuenta con un guardaespaldas -literalmente- que le haga el trabajo sucio como es Fatau, muy mal se le tiene que dar para no llevar la manija del partido. Además, la ausencia de Bruno ayer dejó al Villarreal huérfano de creación, con Pina a merced de los tiburones.

La puntilla para los de Marcelino -un técnico mucho más amarrategui de lo que nos quieren vender- la puso, como suele pasar a menudo este año, el gran Kakuta. Partido redondo el suyo ayer, espectacular por momentos, y culminado con un gol que además sirvió para redimir a Licá, que en la primera parte había fallado un cabezazo a bocajarro de forma incomprensible. Alberto Bueno había abierto la lata con una excentricidad genial a la salida de un córner -notición- y Marcelino sacó a la artillería pesada demasiado tarde. ‘La vida pirata’ volvió a sonar en Vallecas.

El Rayo resucitó ayer cuando más lo necesitaba y además ante uno de los rivales más duros y con más talento de todos los que disputan la decadente Liga de Javier Tebas. Un irregular Athletic aguarda en el Nuevo San Mamés antes del partido clave en casa ante el Levante. Veremos qué capítulo escribe el peculiar Paco Jémez de sus “Episodios rayistas”, ya en la recta final de este trepidante matrimonio de conveniencia al que se le ha gastado el amor de tanto usarlo.

Álex Calvo

Foto: Rafi Alameda

https://www.youtube.com/watch?v=24lwl50RMdI

Alineaciones: Rayo Vallecano: Toño; Tito, Amaya, Zé Castro, Nacho (Morcillo, 77’); Jozabed, Fatau; Licá (Alex Moreno, 72’), Bueno, Kakuta; y Leo Baptistao (Manucho, 62’).

Villarreal CF: Sergio Asenjo, Mario, Víctor Ruiz, Dorado, Rukavina; Campbell, Pina (Trigueros, 59’), Sergio Marcos, Moi Gómez (Cheryshev, 56’); Gerard Moreno y Giovani Dos Santos (Vietto, 56’).

Goles: 1-0, 50’: Bueno. 2-0, 69’: Kakuta.

Tarjetas: El colegiado amonestó con tarjeta amarilla a Fatau (43’) y Amaya (71’), del Rayo; y a Pina (36’) y Campbell (81’), del Villarreal.

Estadio: Estadio de Vallecas.

Árbitro: Pérez Montero.

Asistencia: 10914.

 

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