Kakuta dio la victoria a los de Paco Jémez en un mal partido del equipo franjirrojo.
Los que le llamaban ‘el Zidane negro’ seguramente exageraban, pero no cabe duda que dentro de unos años surgirá algún jugón al norte de los Pirineos al que le colgarán el sambenito de ser el próximo ‘Kakuta blanco’. Después de tres meses de competición, este francés ya no engaña a nadie. Además de tener una zurda exquisita y una técnica capaz de destrozar el ego de cualquier defensor de élite, es un currante de primer nivel y un portento físico capaz de ganar un partido cuando el telón está a punto de caer, bien sea sacándose de la chistera una asistencia magistral a un compañero para fulminar al Granada o bien, como hizo ayer, culminando con rabia la mejor jugada colectiva del Rayo Vallecano en todo el partido. La única, de hecho.
El hincha de equipo humilde es muy dado a padecer amnesia cuando la victoria le sonríe, y más si las cartas se reparten como ayer y el kakutazo de turno se produce en los últimos minutos. La euforia suele borrar cualquier rastro de autocrítica, es algo normal. Pero, siendo sinceros, ayer el Rayo Vallecano hizo un partido horrible que rozó el esperpento en la primera parte. Lo único que le libró de llegar al descanso con varios huesos rotos fue tener enfrente a un Almería inocentón y estéril, incapaz de marcar pese a las facilidades que le daban los defensores franjirrojos, muy inseguros y lentos durante toda la primera parte. Afortunadamente, ayer el gatillazo rojiblanco fue mayúsculo y ni Thievy, ni Jonathan ni ningún jugador local dio la talla en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
Ayer, el Rayo Vallecano hizo un partido horrible que rozó el esperpento en la primera parte
Los que vimos el partido en GolTV alucinamos escuchando las sesudas impresiones de los comentaristas, que llegaron a calificar el partido de ‘impresionante’. Es cierto que la ocurrencia la soltaron al principio de la segunda parte, cuando el encuentro se convirtió en una pachanga de patio de colegio, con veinte tipos corriendo detrás del balón con cierta pasión pero sin ningún tipo de coherencia. El primer tiempo había sido distinto: baño del Almería, los laterales del Rayo desbordados por la verticalidad de los extremos rojiblancos -mención especial para Dubarbier– , y Abdoulaye -lastrado con una amarilla desde el minuto 10- rozando la abdoulayada una vez más y llevándose un broncón de Christian por su ya conocido déficit de atención. De cintura para arriba, el conjunto vallecano apenas existió. A Leo Baptistao y a Bueno no les llegaban balones, y tampoco se esforzaban mucho en bajar a buscarlos.
Para colmo, el voluntarioso Fatau -que estaba cuajando un buen partido- se rompió y Licá sufrió la jemezada de turno. Con Trashorras ejerciendo una vez más de tirador de córners talentoso sin capacidad de sacrificio, llegó la hora de Jozabed, que supo controlar el mediocampo y reivindicarse con un gran pase a Kakuta que el francés, mano a mano con Rubén, no supo resolver. La entrada de Manucho, peleón una vez más y con su papel de revulsivo muy bien aprendido, espoleó definitivamente al Rayo para llevarse los tres puntos en un partido que quizá no mereció ganar pero que hizo justicia a la excelente trayectoria del equipo a lo largo de estas 13 jornadas. Ojo, porque teniendo al ‘Zidane negro’ en forma, quién sabe si no visitaremos su país el año que viene a recordar viejos tiempos…
Álex Calvo
FICHA TÉCNICA
Alineaciones:
Rayo Vallecano: Christian, Quini, Tito, Abdoulaye Ba, Amaya, Licá (Aquino 38’), Kakuta, Trashorras, Fatau (Jozabed 56’), Alberto Bueno y Leo Baptistao (Manucho 79’).
U.D. Almería: Rubén, Ximo, Trujillo, Dubarbier, Fran Vélez (Michel 54’), Verza, Thomas, Wellington, Thievy, Jonathan (Edgar 67’), Hemed (Soriano 73’).
Goles: 0-1 Kakuta (85′).
Tarjetas: El colegiado amonestó con tarjeta amarilla a: Abdoulaye (10′), Tito (18′), Verza (27′), Trujillo (40′), Jozabed (67′), Leo (77′), Dubarbier (83′) y Michel (91′).
Estadio: Estadio de los Juegos Mediterráneos.
Árbitro: Mateu Lahoz.
Asistencia: 9121.
