El Rayo de Iraola cae en la trampa que le preparó el Cádiz de Sergio, por un zarpazo del ex rayista Sergi Guardiola, sale derrotado del Nuevo Mirandilla
Hay partidos en los que no te da para ganar, por las circunstancias que sean. En el caso del Cádiz-Rayo, los de Iraola se llevaron un revés en un partido gris en el que lucieron desdibujados en general.
En un día de fiesta en pleno fin de semana de culminación del Carnaval, no pudieron festejar los centenares de rayistas que fueron a seguir a su equipo. Si lo hicieron los casi 17.000 cadistas que llenaron el Nuevo Mirandilla y vieron a su equipo lograr 3 puntos que pueden valer oro en sus aspiraciones de permanencia.
Al césped gaditano saltaba la Franja con un cambio en su once de gala, y no uno menor. El Capitán Óscar Trejo arrancaría desde el banquillo, dejando el brazalete a Santi y su lugar en el campo a Raúl De Tomás, disponiendo Iraola un 4-4-2 con RDT y Camello como doble punta, tratando de bajar los balones que les llegasen desde las líneas traseras.
De inicio el Cádiz, que abandonó su amarillo por lucir una camiseta de homenaje al Carnaval, fue a imponer su juego, a demostrar a un Rayo que llevaba 8 partidos de visitante sin perder porque nadie se llevaba 3 puntos de la tacita desde septiembre. La intensidad local del cuarto de hora inicial, si bien se esperaba, no dejó de trastocar los planes vallecanos. No eran capaces los rayistas de hilvanar 3 pases seguidos.
Sería pasado el minuto 20 cuando despertarían los visitantes. Lo hicieron al penetrar las redes rivales, aunque el gol fue anulado. Un centro mordido de Isi lo quiso rematar de tacón Santi y lo acabó empujando De Tomás, junto al segundo palo y en evidente fuera de juego. Desde entonces, llegaron los mejores minutos del Rayo. La doble punta de ataque peleaba todo balón que pasaba cerca, y con la seguridad del medio campo cubriendo sus espaldas, hicieron que se jugase mucho en campo local. No obstante, la maraña defensiva de los de Sergio se mantuvo inexpugnable y no cedió espacios para el remate. 0-0 al descanso y sensación que les faltaba algo a ambos conjuntos.
Si en la primera parte prevaleció la fortaleza defensiva cadista, en la segunda las demás líneas locales se enchufaron también para desdibujar al Rayo. Un inicio trabado tras volver de vestuarios se llevó consigo a Santi, que sufrió un golpe en la cabeza y tuvo que ser sustituido por Unai López. La ausencia del de Nigrán obligó a Iraola a reconfigurar el esquema, metiendo al poco a Ciss y Trejo por Óscar Valentín y Raúl De Tomás, que tampoco pudo convertir en su primera titularidad bajo el mando del técnico vasco.
Lo que tardó el Rayo en acostumbrarse a la nueva realidad lo aprovechó el Cádiz yendo a morder a campo rival. A esto le añadimos que Catena y Lejeune no estaban tan enchufados como habitualmente, así que el peligro lo generaban los locales. Dimitrievski tuvo que lucirse para sacarle un mano a mano a Sergi Guardiola, lo cual fue solo un aviso del otrora delantero rayista.
Entrados en los 20 minutos finales, seguía afilado el Cádiz, y el Rayo estaba inédito en campo rival salvo por un disparo lejano de Unai que se fue alto. La tormenta estalló en el 74, cuando un taconazo de Sobrino quedaba franco a Sergi Guardiola, habilitado por un Lejeune que no se enteró de la película. De nuevo mano a mano con Dimitrievski, esta vez Guardiola definió según le vino y batió al normacedonio. Pidió perdón Sergi por cumplir la ley del ex ante la locura de un Nuevo Mirandilla que veía abierto el camino a una victoria más que necesaria.
Con el gol encajado, tocó a rebato Iraola al introducir a Falcao y Andrés Martín por Camello e Isi. A la fuerza, y más con corazón que con cabeza, fue el Rayo a buscar el empate. Ya en modo numantino, el Cádiz renunció totalmente a algo que se pareciese a querer jugar y centró sus esfuerzos en la defensa de una mínima ventaja que era uranio enriquecido para los de la tacita. Comandados por Fali, el esfuerzo defensivo de los locales fue tan encomiable como efectivo.
Se dieron 9 de descuento, que acabaron siendo 13 y de los cuales estuvo 6 en el suelo el arquero local «Conan» Ledesma, cumpliendo bárbaramente su función en lo que necesitaba su equipo. Entre medias, balones llovidos sobre su arco, mucho ruido y pocas nueces en el área local, y para echar más sal en la herida, el árbitro decidió que una supuesta obstrucción de Catena le suponía al central mostoleño la segunda tarjeta, dejando al Rayo con 10 y con una baja importante para la próxima visita del Athletic Club a Vallecas.
Casi un cuarto de hora de agonía acababa en estallido de alegría amarilla con el pitido final. El Cádiz cumplió su trabajo y se impuso a un Rayo desdibujado que no encontró alternativa al partido que le abocaba su rival. Se quedan los de Iraola con 34 puntos y dejando la 6ª posición en el aire, mientras que los de Sergio suman 3 más que son un balón de oxígeno, pues le hacen salir momentáneamente de la zona de descenso, sumando 25 en total. Toca para la Franja sacudirse el polvo y pensar en lo que se viene, el mentado duelo ante el Athletic de Valverde que medirá las aspiraciones de ambos de jugar en Europa el próximo curso.
Texto: Jorge Morales García
Imagen destacada: @RayoVallecano