Empate a dos goles entre Girona y Rayo Vallecano, en un partido con alternativas y goles para ambos equipos
Cómo decía el «Pipo» Baraja, hoy no se ha ganado pero tampoco se ha perdido. Y es que, a pesar de haberse adelantado hasta en dos ocasiones en el marcador, el Rayo Vallecano pudo incluso perder un partido bastante loco en el que se puede dar por bueno el punto conseguido en Montilivi (así lo aseguraba Sergio Camello en los micrófonos de DAZN).
Un sancionado Andoni Iraola (hoy cumplía su segundo partido de sanción) alineaba de inicio a un once con dos ausencias sensibles, las de Catena y Óscar Valentín, dos de sus indiscutibles. Ambos cumplían partido de sanción por acumulación de amonestaciones y a tenor de lo visto hoy en Montilivi, el 23 de la Franja es absolutamente necesario en el centro del campo franjirrojo. Oriol Romeu fue el dueño y señor de la parcela ancha, superando tanto a Comesaña como a un Pathé Ciss que no estuvo metido en el partido y no se le vio cómodo durante los primeros 45 minutos.
No pudieron comenzar mejor las cosas para los nuestros, puesto que a los 70 segundos de juego, Miguel Gutiérrez en la línea del centro de campo cedía erróneamente de cabeza hacia atrás un balón, que iba a aprovechar Sergio Camello para conducir como una flecha hacia el marco rival e iba a batir a Gazzaniga de tiro cruzado. El partido se ponía de cara y el Girona acusaba el golpe, con un Rayo dueño del balón y la posesión, pero que no conseguía plasmarlo en ocasiones de peligro y se traducía en un dominio estéril.
El Girona mediada la primera parte fue despertando del letargo y comenzó a ganarle terreno y a quitarle el balón a un Rato que no encontraba a Trejo, con Isi y Álvaro sin ganar línea de fondo para buscar sus habituales internadas por banda. Sin embargo, en el equipo local comenzaban a surgir las figuras de Riquelme e Iván Martín. Sería a este último al que Fran García iba a derribar en el área rayista, dejando seguir el colegiado al no entender que hubiese nada punible en la jugada. El juego siguió y una vez que el balón salió por banda minutos después, Figueroa Vázquez haría la señal del VAR, advertido por el ínclito Iglesias Villanueva, que vio penalti donde nadie había visto nada en directo. El trencilla se fue hacia la pantalla a revisarlo y ya sabemos que si el árbitro va a la pantalla, es para señalar lo contrario a lo visto en directo. Decretó penalti y desde los once metros Taty Castellanos batió por el centro a Dimitrievski.
En la segunda mitad sería el Girona el que amagaba con ponerse en ventaja en el marcador, contando con hasta cuatro ocasiones en los primeros 15 minutos de juego. Fue entonces cuando Iraola movió ficha, introduciendo a Unai López por Óscar Trejo. Cambio que sorprendió a todos, ya que el que más papeletas tenía para dejar su puesto al donostiarra era Pathé Ciss. Una vez más, Iraola acertaba en su movimiento táctico, dejando a Unai por delante de los dos mediocentro y un robo del propio Unai iba a propiciar una jugada de ataque en la que combinaba con Álvaro y este a su vez con Sergio Camello, que vio la llegada de Isi Palazón desde su costado derecha. El de Cieza no lo dudó y de primeras iba a rematar de zurda la asistencia de Camello, poniendo el balón lejos de la estirada de Paulo Gazzaniga, poniendo el 1-2 en el marcador. Gol que no hacía justicia a lo visto en estos primeros minutos de la reanudación, pero que iba a sentar bien al equipo rayista, dándole alas en busca de ampliar el marcador. Apenas tres minutos después del gol, Unai López se iba a sacar de la chistera un derechazo que buscó la escuadra del marco local, pero una gran mano de Gazzaniga evitó el 1-3 para los nuestros.
En el minuto 73 volvería a decretar penalti Figueroa Vázquez en contra del Rayo. En esta ocasión fue por una mano involuntaria de Lejeune, en un tiro que iba más cerca de salir por el banderín del córner, que de inquietar la portería de Dimitrievski. Esta vez el lanzador sería Samu Saiz, que arrebató el balón al «Taty» Castellanos y no fallaría desde los once metros, a pesar de que el portero macedonio se lanzó bien, pero no pudo detenerlo y el empate a dos se instalaba en el marcador.
El final del partido nos iba a traer la entrada de los dos Killers de ambos equipos, Stuani por parte del Girona y Radamel Falcao en las filas rayistas. Suyas iban a ser las mejores ocasiones para haber hecho un tercer gol que hubiese supuesto el triunfo de los suyos. El primero que la tuvo fue Falcao, que cazó un buen balón de Isi a la espalda de la defensa, pero a la hora de rematar a puerta se encontró con la pierna de un defensor que desvió providencialmente a córner. En el saque de esquina posterior el propio Falcao cabecearía desviado por poco. Cuando el partido llegaba al minuto 88, un cabezazo picado de Stuani hizo que la hinchada local cantara gol en Montilivi, pero Dimitrievski se vistió de superhéroe para lanzarse abajo y parar lo que parecía un gol seguro.
A priori, el partido no daba para mucho más, pero aún nos quedaba un último susto en el minuto 96, consiguiendo el Girona un tercer gol, bien anulado por el colegiado al haber fuera de juego en la jugada.
Con los jugadores del Girona rodeando al colegiado y a su asistente se acabó lo que se daba y ambos equipos se llevaban un punto después de los casi 100 minutos de juego. Ovación de los cerca de 20 valientes aficionados rayistas que no pararon de animar desde la grada y abrazos de Michel con el doctor Beceiro, Miguel Ortiz, etc.
Al margen del punto conseguido, lo mejor que nos deja el partido de hoy es el debut en liga del canterano Diego Méndez, que ingresó al partido en el minuto 90.
Texto: Alberto Leva
Imagen: @RayoVallecano
