Un sólido Rayo Vallecano asalta el estadio de un errático Almería que mereció más (0-2).
Por Pablo Castro Calzada.
El conjunto de Vallecas jugaba su primer partido de temporada en condiciones poco favorables. Uno de los campos más complicados de la pasada campaña, Francisco viendo el partido desde el palco por una antigua sanción y unos cuantos nuevos jugadores habían sembrado la duda de si el equipo podría conseguir puntuar en Almería.
A todo esto había que sumarle que la UD Almería, tras un gran mercado estival, parecía desde el primer momento un rival hecho a medida para el Rayo, con un estilo y una propuesta de juego muy similares a los del cuadro madrileño.
Así, con las fuerzas muy repartidas, comenzó un encuentro en el que los golpes iban y venían como si de un combate de boxeo se tratara, hasta que un clamoroso error en el minuto 20 de Edgar, el nuevo central almeriense, cedió un penalti a los de Francisco.
Isi lo convirtió de manera impoluta, y a los 8 minutos un sorprendente Nteka hizo lo mismo, tras otro error garrafal de los andaluces, esta vez derivado de un inexplicable salto de Akieme con el brazo en alto.
El Rayo se plantaba con dos goles a favor en el minuto 28, pero la contienda no había hecho nada más que comenzar. El Almería, demostrando la calidad que atesora su plantilla, asedió la portería de un gran Dimitrievski sin dar tregua. Sin embargo, la falta de acierto y una gran defensa hicieron que el partido llegara al descanso sin que el Almería hubiera tenido ninguna ocasión clara de gol.
Al inicio el segundo tiempo, los de casa, comandados por los ex rayistas Akieme y Embarba, y el espectacular Ramazani siguieron creando ocasiones, esta vez más manifiestas, que sin embargo fueron repelidas de nuevo por la sólida zaga rayista, que pese a contar con dos nombres nuevos pareciera haber jugado junta toda la vida.
Así, a partir del minuto 65 el Rayo se hizo por fin con el dominio del partido, durmiéndolo en cloroformo y atesorando los dos tantos de diferencia que otorgan tres puntos valiosísimos de cara al objetivo principal de la temporada, la permanencia.
Dicen los entendidos que lo más importante para un equipo que comienza un nuevo ciclo es la defensa, un apartado que nunca ha sido el gran fuerte del Rayo de Iraola. Pese a estar haciendo una transición continuista, respetando el estilo valiente y atrevido de Andoni, Francisco está abogando también por un gran sentido de la defensa, no solo de los zagueros, sino de todo el equipo, que ha trabajado con cabeza y veteranía, como lo haría un equipo “de los grandes”, para conseguir una victoria construida desde los cimientos.
Imagen destacada: @rayovallecano
