El Rayo vuelve a vencer fuera de casa (0-2) y se coloca a un punto del liderato en la víspera del partido frente al Sporting de Gijón. Embarba y Aguirre anotaron para el triunfo vallecano. Los de Míchel no ganaban fuera desde la jornada inaugural.
Nueve puntos, siete goles a favor, uno en contra; tres victorias. Así cerró el Rayo la semana de tres partidos frente al Reus. La indisposición de Trejo, que lo obligó a salir de la alineación a escasos minutos del pitido inicial, vaticinaba un escenario más oscuro de lo que finalmente fue para los de Vallekas. Embarba se encargó de despejar el camino y alejar la amenaza de nubes cuando solo habían transcurrido once minutos de partido. El extremo visitante recogió un robo en el centro del campo y culminó una cabalgada con una gran jugada y disparo cruzado.
Con el marcador a favor de los franjirrojos, el partido se convirtió en un intercambio de golpes en el que casi siempre salían ganadores los jugadores de Míchel, con mejor condición física que su adversario de ayer. El balón parecía encerrado en la zona medular, donde se concentraba casi todo el juego y donde la escuadra vallecana intensificaba sus esfuerzos de presión para recuperar rápido el esférico y dominar el ritmo del partido. Pudo empatar, no obstante, el Reus mediante un remate de cabeza de Máyor que hizo lucirse a Alberto García. El guardameta parece estar cogiendo el tono y alcanzando el nivel mostrado en sus anteriores etapas, en las que siempre se convirtió en un puntal para sus equipos. Por lo pronto, y en ausencia de Trashorras, Míchel ya le ha entregado el brazalete y, con ello, el mando sobre el césped.
Un libre directo lanzado por Embarba, a la postre uno de los mejores jugadores de la franja ayer, pudo aumentar la cuenta rayista antes del descanso, pero el larguero le negó la gesta al atacante. La primera parte tocaba a su fin con un par de acometidas reusenses que, ante los varios desajustes defensivos de los visitantes, a punto estuvieron de llevar las tablas al electrónico. Tras el descanso, el guion parecía similar. El Reus salió con la voluntad de amenazar los dominios de Alberto. Pero la amenaza no llegaba a consumarse. Primero Lekic, que había sustituido al lesionado Máyor, con un testarazo al lateral de la red, y después Querol con un trallazo raso que el guardameta atajó con solvencia. La inercia parecía adormilar al Rayo, aunque nunca dio la impresión de que el triunfo podría escapársele. Raúl de Tomás sacó la chistera con una gran jugada personal en el área, aunque el disparo, ya forzado, no pudo hacer buenos las ruletas, recortes y amagos del delantero rayista. Fue solo el aviso. Cinco minutos más tarde, en el 56, Comesaña (qué temporadón del gallego) robó la cartera a Lekic en la línea central y condujo hasta ver solo a Aguirre en el flanco izquierdo. El toledano agradeció el servicio con un tiro raso que celebró junto a la afición desplazada. A partir del segundo tanto vallecano, el partido solo esperaba el toque de corneta y Raúl de Tomás se ganó a pulso la tarjeta amarilla por marcar con la mano. Por su parte, el Reus siguió perseverando en sus intentos de reducir la distancia en el marcador, pero ni el disparo alto de Juan Domínguez ni los varios remates picados a las manos de Alberto lo consiguieron. Nadie iba a arrebatarle el triunfo a los pupilos de Míchel, que sumaron un triple en su semana fantástica y se colocan cuartos a solo un punto del líder. En ese cómodo contexto, Vallekas ya espera la visita de un Sporting de Gijón que llega en idéntica situación al duelo de aspirantes. El Rayo ya pide pista: llega uno de los grandes partidos de la temporada.
Texto: Jesús Villaverde Sánchez
Imágen de archivo: Iván Díaz