El Rayo consiguió una importante victoria ante un inocuo Espanyol (1-0) con un golazo de Isi Palazón en los últimos minutos.
En el ámbito de la programación televisiva suele darse una paradoja muy curiosa: cuando una película se programa bajo los títulos de El peliculón o El taquillazo, el film elegido no es ni lo uno ni lo otro. Algo parecido ocurrió en el denominado “partidazo” de la sexta jornada de Segunda División. No, a pesar de los cascabeles que anunciaban el duelo entre el Rayo y el Espanyol, no fue un partidazo. Todo lo contrario, quizás el encuentro más aburrido de lo que llevamos de temporada.
Los equipos de Vicente Gómez y Andoni Iraola se preocuparon más de contener a su rival que de presentar candidaturas al gol. Como muestra, la estadística que indicaba que, al término de la primera mitad, solo había una ocasión de peligro en el tanteo. Una doble intentona de Isi Palazón, que estrelló el balón dos veces en la espalda de Calero en el área.
La primera parte se esfumó en lo que Espanyol y Rayo se tanteaban y se disputaban un dominio inocuo en la zona medular. Poco o nada en las áreas, donde Diego López y Dimitrievski eran espectadores de lujo.
Tras la reanudación, el guion no introdujo giro. Un disparo blando de Álvaro García a las manos de Diego López se convirtió en un falso anuncio de ritmo. El Espanyol ni había aparecido por las inmediaciones del guardameta macedonio del Rayo. Apenas un remate de David López a la salida de un córner que terminó introduciendo en la portería un Javi Puado que estaba en posición antirreglamentaria evidente.
Fue en ese momento cuando los entrenadores decidieron cambiar sus piezas para buscar algo de acidez. Iraola retiró a Velázquez, lesionado, y a Pozo, y puso en el verde a Saveljich y a Joni Montiel. Por la otra parte, Embarba volvía a pisar el césped de la que fue su casa hasta el año pasado. Sin embargo, nada nuevo transcurría en el pasto.
Sopor absoluto del que nos despertó Isi Palazón en el minuto 88. El extremo recibió un magnífico balón de Andrés Martín y, sin dejarlo caer, empalmó una volea rasa a la media vuelta que se coló por la esquina inferior derecha de la cueva defendida por Diego López. De nada valió, salvo para la numerología, que el arquero hubiese roto el récord de imbatibilidad que ostentaba N’Kono. El golazo de Isi mató las pocas aspiraciones de ganar del líder en su visita a Vallecas. Una tarde que apuntaba a “taquillazo” y que se quedó en una película mediocre de baja recaudación. Aunque con final feliz. Y eso siempre es importante.
Jesús Villaverde Sánchez
Imagen: Twitter oficial del Rayo Vallecano