A partir de las 21:00 arrancará en el Estadio de Vallecas el duelo correspondiente a la jornada 29 de LaLiga Santander que enfrentará a Rayo Vallecano (13º) y Atlético de Madrid (4º).
Criado en una familia atlética, me he jartado a escuchar aquello de que ser del Atleti es una profesión de riesgo, sólo apta para los más sufridores. De por sí, me costaba entender cómo un equipo con nueve ligas, nueve copas, dos títulos europeos y una final de Champions League podía considerarse sufridor más allá de una hipotética comparación con su vecino de Chamartín. ¿Qué eran entonces el resto de integrantes del campeonato? ¿El Cádiz, el Recre, el Murcia…?
Con el paso de los años, esa duda se ha acrecentado, más aún cuando con veintitrés años tiene uno la sensación de haber presenciado cómo su equipo alcanzaba su máxima cota para terminar la temporada con su vitrina como la empezó. Porque el Atleti es un club grande por muchos aspectos y su afición elogiable por tantos otros, pero restando importancia al odio de las comparaciones, que nadie nos diga a nosotros qué es sufrir por el fútbol.
El Rayo Vallecano acumula nueve encuentros de liga consecutivos sin conocer la victoria (siete derrotas y seis empates). Así, el que hace poco más de dos meses fue el mejor local de Europa ha caído ya a la séptima posición de la competición ―una cifra, por cierto, más que reseñable―.
El Atlético de Madrid, por su parte, visita el barrio tras lograr la machada en Old Trafford y clasificarse para los cuartos de final de Champions League. Por si esto no fuese suficiente, los del Cholo Simeone atraviesan una racha de cuatro victorias consecutivas en liga, lo que les ha permitido recuperar la cuarta posición, de la que parecían más lejos que nunca.
Con el parón de selecciones a la vuelta de la esquina, los de Andoni Iraola tratarán de sumar tres puntos ante uno de los clubes más grandes del continente y coger así aún más aire para la recta final de la competición. Atlético, Granada, Valencia, Alavés, Espanyol, Barça, Real Sociedad, Getafe, Villarreal, Mallorca y Levante, las once finales que la Franja tiene por delante para lograr el verdadero objetivo de la temporada.
Hubo un tiempo en que soñamos con tocar el cielo, pero nos obligaron a despertar de la forma más dura posible. Somos pobres con orgullo, valientes hijos del caballo blanco y nobles resilientes de la Villa de Vallecas. Para todo Madrid somos, fuimos y seremos el vecino pequeño de la ciudad, pero hay cosas que el dinero no puede comprar.
Nuestra mayor vitrina es el melancólico recuerdo de Las Erillas, los partidos a una peseta en El Rodival y los derbis contra el Numantino. El Rayo es el equipo que aún permanece en la alcantarilla y que vive a la sombra de quienes hace tiempo que la abandonaron, el que ha aplastado a gigantes sobre el peor césped del fútbol profesional español. Porque esto es Vallecas, un barrio de solares, de obreros y de campos de tierra.