A pesar de la victoria en Zaragoza, aún queda mucho por mejorar si queremos estar entre los seis primeros en la jornada 42.
Aunque pudiese parecerlo, estas líneas no las escribe Luis Montejano, aunque he de reconocer que algún fragmento de las mismas está inspirado en él tras leerle algún que otro comentario tras el Zaragoza-Rayo de ayer.
Gran victoria en un partido notable del equipo, pero con ciertas lagunas que se deben mejorar si, de verdad, se quiere aspirar a ascender a Primera. Sí, he dicho ascender, recordad que os dije que guardaseis ese tuit.
Que ayer se ganase y se hiciese una grandísima segunda mitad, no quita para que volviésemos a ser en defensa el Rayo de las carajas. El Zaragoza nos tiró a puerta cuatro veces y nos hizo tres goles, aunque solo subieran al marcador dos de ellos. El famoso VAR apreció que Puado no se había hecho la pedicura y estaba adelantado por escasos cuatro milímetros de la uña del dedo gordo del pie izquierdo.
La verdad es que viendo cómo comenzó el partido tenía más esperanzas en los señores de la sala VOR, VAR o como se llame, que en la propia defensa del Rayo. Catena alternó acciones tan brillantes como el corte que hizo de espuela al más puro estilo Baresi, con momentos en los que se convirtió en revisor de zona SER, leyendo las matrículas de los delanteros que le han ganado la espalda (como el caso de Puado en el segundo gol maño). No es de extrañar que a Paco se le ponga la vena del cuello como a su padre cuando deleitaba al personal con su cante flamenco. Lo de Saveljich es más complicado de entender, hace del orden de dos o tres placajes al delantero que le gana la partida en balones divididos y, habitualmente, eso le hace jugar con el lastre de la tarjeta amarilla muchos minutos del partido. En cuanto a la salida del balon, la gente empieza a sudar cuando le ven tomar esa responsabilidad, algo que ya se tienen aprendido los equipos rivales y es habitual ver cómo presionan dos jugadores al argentino.
Capítulo aparte es el de Paco, que es tan capaz de hacer dos cambios brillantes en el descanso, como de quitar a un tío en plena racha goleadora y es la segunda vez que lo hace. El cambio de Tito y Mario Suárez lo demandaba el partido y fue un acierto a tenor de lo visto en la segunda parte. Tito está con la gasolina justa y se ve desbordado en defensa constantemente, pudiendo ayudar poco a De Frutos en ataque. Advíncula, habiendo hecho una temporada discreta, debe jugar lo que queda de campeonato. Son cuatro partidos para dar el 300% y en un mes podrá perderse en cualquier playa de Panamá y recuperar energía.
El cambio de Mario Suárez era obvio porque estaba jugando los últimos minutos de la primera parte en el alambre y ya sin red, al perdonarle el trencilla la segunda tarjeta amarilla. Colegiado que se inventó la falta de Trejo en el primer gol zaragocista.
En el lado positivo, están los mejores minutos de Álvaro García desde que está en el Rayo. El gaditano comprobó que si levanta la cabeza, toma aire y abre los ojos cuando intenta poner un balón en el area, es posible que le salgan centros como el que dio origen al primer gol de Juan Villar. Estuvo pícaro en el gol que marcó y, aunque pudiera parecer fácil, finalizó espléndidamente el regalo que le hizo Atienza.
De Trejo solo puedo decir que estuvo superlativo durante todo el partido, pero especialmente en la segunda mitad, cuando tiene la ayuda de Óscar Valentin en el medio y se puede desentender de la faceta defensiva. Ayer el trabajo de Óscar es de esos que no deatacan, pero aportó ese equilibrio en medio campo que había ganado el Zaragoza en la primera mitad con Eguarás dueño de la parcela ancha. Al mediocentro solo le pongo un pequeño pero, ¿y esa coleta/kiki, Óscar? Una cinta en el pelo como toda la vida de Dios o melenaza al viento mejor.
Por último, es una gran noticia la vuelta a los terrenos de juego de Emi Velázquez. Son solo 10 minutos, pero es importante que vaya cogiendo minutos por si fuera necesaria su presencia en estos cuatro partidos y quién sabe en un hipotético playoff. Emi volvió a patear ayer un balón en el verde, pero ha estado jugando otro tipo de partidos junto a la gente de Vallecas y del Rayo en toda esta maldita pandemia. Por cosas como estas últimas, Emi Velázquez siempre será un fijo en mi equipo.
Han tenido que pasar 38 jornadas para que gritaste y celebrase los goles del Rayo como un jodido energúmeno y, por fin, demostrarle a mi vecino puerta con puerta, quién carajo manda en nuestro rellano.
¡¡¡Nunca fuimos los mejores, ale ale, no seremos campeones. Solo te pido una cosa,ale ale, Rayo juega con cojones!!!