Un gol del venezolano en los instantes finales pone a los franjirrojos a cinco puntos del descenso ante un Villarreal que vendió cara su derrota
Había que ganar y se consiguió. Y más tras los resultados de los rivales directos, que invitaban a aumentar la esperanza. Se queda el Rayo con esta crucial victoria ante el Villarreal a cinco puntos del descenso, un colchón que no es aún definitivo -sobre todo pensando que a falta de cinco jornadas los franjirrojos tienen que recibir al Real Madrid y visitar el Calderón-, pero que le concede cierta tranquilidad de cara al sprint final de la temporada y le permite seguir soñando con la permanencia.
Un gol de Miku a nueve minutos de la conclusión otorgó un merecido triunfo a un Rayo Vallecano que fue mejor y que fue a por el partido en todo momento, sabedor de lo que se jugaba, y que apretó en los instantes finales en busca de un premio que sabe a gloria tal y como está la clasificación por abajo. Además, ante un rival muy complicado que, sin hacer demasiado, dio una gran sensación de peligro en varias fases del encuentro.
Es un equipo muy hecho el Villarreal, se nota la mano de Marcelino y sabe perfectamente a qué juega. Tuvo que tirar el técnico asturiano de chavales del filial para cubrir las ausencias de habituales como Bruno, Rukavina y Musacchio, pero esta circunstancia no fue óbice para que el submarino amarillo se presentara en Vallecas a un gran nivel competitivo; tuvo que reinventarse a pesar de las bajas, pero dio un buen rendimiento en los noventa minutos.
Arrancó el Rayo con brío, buscando a Bebé en banda izquierda para desatascar el entramado de los castellonenses en la medular. Suele ser este recurso uno de los más frecuentes en los últimos tiempos para los hombres de Paco Jémez, y para qué cambiarlo si funciona. El portugués, con sus altas dosis de intensidad, desequilibra los partidos y siempre les mete una marcha más.
Avisó en el primer minuto el extremo luso con un buen control orientado con el pecho y lanzamiento al palo corto que atajó Areola. Y a los siete minutos llegaba el primer gol rayista, obra de Javi Guerra tras un disparo de Miku que el meta francés no acertaba a blocar. La jugada había empezado con un centro de Bebé al corazón del área.
No se vino abajo el Villarreal, que conseguía la igualada poco después con una preciosa jugada entre Dos Santos y Adrián, con remate de primeras del asturiano ante la salida de Juan Carlos.
En el segundo acto ambos bajaron la intensidad, pero era el Rayo el que llevaba la voz cantante y el que asumía más riesgos. Los de la Plana, que venían de sellar su pase a las semifinales de la Liga Europa, veían con buenos ojos el empate para mantener sin agobios el cuarto puesto que da derecho a Champions el próximo curso.
Y en esas estaba el choque, condenado a la igualada, cuando un centro de Tito desde la izquierda era espléndidamente cabeceado por Miku –lleva siete goles el venezolano- con el alma para dejar los tres puntos en casa y poner la salvación un poco más cerca.
FICHA TÉCNICA
Rayo Vallecano: Juan Carlos; Quini, Crespo (Amaya, m.48), Zé Castro (Jozabed, m.68), Tito; Pablo Hernández, Llorente, Trashorras, Bebé (Manucho, m.80); Miku y Javi Guerra
Villarreal: Areola; Mario, Bailly, Víctor Ruiz, Marín; Jonathan Dos Santos, Trigueros, Denis Suárez (Rodrigo, m.71), Alfonso (Nahuel, m.59); Adrián (Bakambu, m.67) y Leo Baptistao.
Goles: 1-0: min. 7, Javi Guerra. 1-1: min. 20, Adrián. 2-1: min. 81, Miku.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Colegio Gallego). Amonestó a los locales Javi Guerra y Amaya; y a los visitantes Marín, Mario y Nahuel.
Incidencias: Partido correspondiente a la 33ª jornada de Primera División, disputado en el estadio de Vallecas ante 12.628 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por Antonio Montiel, padre del jugador rayista Jonathan Montiel, y por el ex futbolista Pedro de Felipe.