El duelo copero entre Bergantiños y Rayo Vallecano es, sin duda, una rareza. Sin embargo, no será la primera vez que ambos equipos se midan el pulso en la competición del KO: ya lo hicieron en noviembre 1987 a doble partido. Recordamos aquella eliminatoria junto a algunos protagonistas.
Reportaje | Jesús Villaverde Sánchez, Alberto Leva y Jorge Martínez
Imagen de cabecera: Ángel Férez, guardameta del Rayo en el partido de vuelta, bloca un balón ante la presencia de sus defensas. Fuente: La voz de Galicia
El protagonista de la película abre las puertas del saloon con brío y el revólver en la cartuchera, sobre la que posa sutilmente la mano. No sabe lo que va a encontrarse, hace mucho, mucho tiempo, que no pasa por allí. Hay que permanecer alerta. El Rayo llegará a Carballo como uno de los hombres que protagonizaban los westerns de Sergio Leone. Los de Vallecas y el conjunto gallego son viejos conocidos de la Copa del Rey. En 1987, el humilde equipo de Costa da Morte estuvo a punto de eliminar a los franjirrojos en la Ronda 4, con la particularidad de que, entonces, la eliminatoria se jugó a doble partido y no a vida o muerte como ocurre actualmente.
Corría el 5 de noviembre de 1987 cuando los coruñeses, que militaban entonces en la Segunda B española (categoría que solo han alcanzado en tres ocasiones), forzaron la prórroga en el partido de vuelta en el Municipal de Carballo contra los pupilos de Felines. En la ida, una semana antes, Vallecas fue testigo de la garra, el pundonor y la entrega de un conjunto gallego que puso contra las cuerdas a los franjirrojos, llegando, incluso, a remontar el 1-0 inicial para situar un 1-2 que el Rayo solo conseguiría levantar en el último tramo del encuentro con goles de Ortiz y Azcona. Un partido que quedó grabado a fuego en la memoria del capitán del Bergantiños, Lucho, que se convertiría en protagonista en la vuelta de la eliminatoria. “En Carballo era más emotivo, pero, para mí, el partido grande, grande, grande, fue el de Vallecas. Fue un partido impresionante”, recordaba el capitán de aquel Bergantiños en una entrevista con Jorge Martínez para Matagigantes. La victoria franjirroja por la mínima dejaba todo abierto para el partido de vuelta en Carballo y la ciudad de A Coruña se engalanó para la ocasión. Todavía hoy se habla de aquel partido como uno de los más importantes en la historia del club. “Fue todo un acontecimiento; la mejor entrada en la historia del fútbol en la Costa da Morte”, cuenta José Manuel Ferreiro, que narró aquella eliminatoria para Antena 3 Radio.
Más de 3500 personas se aglutinaban en una grada ardiente y llena de pasión por sus colores. Entre la multitud se encontraba la plantilla del Deportivo, que se medía al Rayo el fin de semana. Era tal la dimensión que había cobrado aquel encuentro que el conjunto local había estrenado, incluso, una nueva iluminación para su terreno de juego. Unos potentes focos que, de pronto, se apagaron. “Se estrenó iluminación en el campo municipal y a punto estuvo de morir el electricista que la instaló, el señor Pereira, porque se fue la luz y estuvo cerca de poner la mano en el machete y quedar en el sitio”, recuerda J. M. Ferreiro. Aquel apagón, que duró más de media hora, añadió relato a aquel partido, ya de por sí inolvidable. La épica de los apagones (que se lo cuenten a la hinchada franjirroja…). “Lo recuerdo porque no nos lo esperábamos y estábamos allí de charla y bromas con los jugadores del Rayo Vallecano esperando a que se encendiera”, rememora Lucho con cierto aire de nostalgia.
Pero la oscuridad nunca dura eternamente y la luz se hizo para iluminar una noche hercúlea y cerrada. Aseguran quienes lo vivieron que el partido de vuelta fue de una belleza arrebatadora. El guardameta rayista en aquel duelo, Ángel Férez, lo recuerda así: “Empezamos ganando, nos empataron y nos pusimos, incluso, perdiendo 3-1. En el minuto 90 marcamos el 3-2, fuimos a la prórroga y allí logramos meter dos goles y clasificarnos”. Una crónica breve y algo deslavazada que recoge, desde la memoria borrosa del futbolista, el espíritu de un partido en el que las idas y vueltas amenazaron con dejar en la lona a los vallecanos a pesar de ser favoritos indiscutibles de la eliminatoria y contemplar ese partido casi como un trámite incómodo.
El Municipal de Carballo vio como Javi Rey anotó al borde del descanso para poner el 0-1 que parecía liquidar la contienda definitivamente. Sin embargo, en la siguiente jugada, José Ramiro empató y devolvió la esperanza a una hinchada que estaba totalmente entregada a los suyos. Poco después del descanso, Lito puso el 2-1 en el marcador. Con este resultado se llegó a los últimos diez minutos, en los que la locura del fútbol se apoderó de la noche carballesa. En el minuto 83, José Ramiro, de nuevo, puso el 3-1 que clasificaba al Bergan. Pero todo cambió instantes después. El árbitro señalaba el punto de penalti en el área rayista. Si el Bergantiños marcaba desde los once metros y ponía el 4-1, la Copa habría terminado para los de Felines. Sin embargo, el jugador baluarte de los gallegos, Lucho, que había sufrido un duro marcaje al hombre por parte de la defensa visitante, lo envió por encima del larguero y despertó de golpe a sus aficionados del sueño. “Si lo fallé fue por algo”, comentaba el propio jugador; “la euforia me mató, nos abrazamos con el penalti y yo fui al balón, le metí un pelotazo de la leche y fue al otro lado del portero. Iba bien tirado, pero se marchó por arriba”, recuerda el protagonista antes de concluir con sinceridad: “fui eufórico al balón, me vi en la foto, en las imágenes de la prensa celebrándolo y no se puede la piel del oso antes de cazarlo”. Tras la pena máxima, en el minuto 89, Jesús empataba la eliminatoria y forzaba la prórroga con el 3-2. Ya en el tiempo extra, Morón (minuto 99) y, de nuevo, Jesús, en el 108, remontaron el marcador y colocaron un 3-4 que permanece en la retina de aquellos que asistieron al campo municipal en aquella velada. “El Bergantiños jugó de tú a tú al Rayo en un ambiente nunca visto… Fue un partido histórico”, concluye un narrador que jamás olvidará aquella eliminatoria copera frente al conjunto madrileño.
Un partido para el recuerdo de los carballeses, tal vez no tanto para los vallecanos, que se repetirá en esta segunda ronda de Copa del Rey. El Rayo de Iraola visitará el hoy conocido como Estadio Municipal As Eiroas para medirse, tres décadas y media después, al Bergantiños de José Luis Lemos. Una contienda entre dos equipos casi centenarios: el Bergantiños se fundó en 1923 y el Rayo en 1924. Un duelo al anochecer entre dos viejos conocidos: “si hay un penalti, que me llamen y yo lo tiro; ¡quiero la revancha!”, bromeaba Lucho durante la entrevista. Es posible que pocos rayistas conozcan este precedente, pero bien harían en temer a los fantasmas de aquella noche invernal. Ya lo dijo el justiciero V en la maravillosa novela gráfica V de Vendetta: “recuerden, recuerden, el 5 de noviembre”.