Recuerdos de Franja a través de los ojos de la hija de una auténtica leyenda de nuestro Rayo Vallecano
No tengo recuerdo de la primera vez que pisé un campo de fútbol, solo una foto en brazos de mi padre en algún partido que jugó con los veteranos y que es “mi mejor foto rayista”. Después las gradas de Vallehermoso, donde jugaba mientras mi padre y mi tío Ángel miraban, de pie, a muchos señores correr detrás de una pelota y gritaban goool de vez en cuando. Siempre veían el fútbol de pie, hasta que les obligaron a sentarse por imperativo legal.
Entre semana veía poco a mi papá. Después de trabajar, se iba cada día al club del Rayo, a hacer lo que más le gustaba, le dedicaba todo su tiempo. Y también los fines de semana.
Recuerdo también los campos de tierra donde jugaba mi primo en los equipos de la cantera, los ascensos, los descensos, el Matagigantes, los cuartos de Copa del Rey donde, con mi padre de entrenador, el Rayo ganó al Zaragoza con Valdano en la delantera. ¡El Tamudazo, qué gol, qué momento!
La escuela Fundación, donde mi hermano empezó con un grupo de niños y la convirtió, en una de las mejores escuelas de fútbol de Madrid mientras le dejaron.
Y todos los años acompañando a mi padre a los entrenamientos y partidos de los nietos, no se perdió uno mientras la salud se lo permitió. El disfrutaba con el fútbol base, en todas las categorías y especialmente viendo jugar a los niños en los campos de fútbol 7 situados detrás del estadio, que llevaron su nombre, tristemente abandonados
Pero no quiero ponerme triste, solo recordar los buenos momentos que son los que siguen conectándome con mi padre que está siempre presente en las gradas de Vallecas.
La vida, el Rayo, el Rayo, la vida…
Texto: Marta Peñalva
Imagen destacada: Todocoleccion
En memoria de Manuel Peñalva Usanos, Manolo Peñalva, 8 y capitán de la ADR, en el centenario del Rayo Vallecano.