Diecisiete partidos en dos años y, además, en cinco clubes diferentes. ¿Qué se puede esperar de un futbolista que desde que llegó a Europa ha cambiado tres veces de país y a ninguno de ellos consiguió adaptarse? ¿Qué le sucedió al nuevo jugador del Rayo para que ni en Middlesborough, ni en Córdoba, ni en Atenas, ni Valencia ni Manchester jugase más de diez partidos? Aunque eso sí, Guardiola le comentó a este joven argentino que hiciese todo lo posible por jugar esta temporada en el Rayo… Por algo será.
Salido de la mejor cantera del fútbol del país del tango, la de Racing Club, debutó con el club de Avellaneda a los 17 años. Por aquel entonces jugaba de interior y tenía mucha proyección ofensiva que ahora (con el paso de las temporadas fue retrasando su posición hasta acabar de mediocentro defensivo). Cumplió más de 90 partidos con la Academia en cuatro temporadas, y en el invierno de 2014, fichaba por el Manchester City. Era una petición expresa del que entonces era entrenador sky blue, Manuel Pellegrini. Pintaba todo muy bien para Zuculini: iba a jugar en una de las ligas más potentes del mundo y rodeado de jugadores de clase mundial y lo que era aún más importante, tenía la confianza de su técnico, que al igual que él era de Sudamérica y sabía perfectamente del fútbol de el que procedía.
Pero ese sueño de triunfar en el fútbol inglés se le torció a nuestro protagonista cuando el City firmó a Lampard, competencia directa para su posición donde ya estaban Touré o Fernandinho entre otros. Hay que sumar a la llegada del ex del Chelsea una sanción de la UEFA al club ese mismo año por incumplimiento del Fair Play, por lo que el equipo inglés e vio obligado a reducir su número de fichas a 21. Pese a que Zuculini era del agrado del entrenador chileno, la juventud y falta de experiencia jugaba en su contra para quedarse en la plantilla citizen. Fue entonces cuando apareció el Valencia de su amigo y ex compañero en Racing, Rodrigo de Paul. Auqnue tuvo otras muchas ofertas, Zuculini se decantó por jugar en el club español por la amistad que tenía con De Paul y por el interés que había puesto en él su compatriota Ayala, entonces director deportivo del Valencia.
Al igual que cuando llegó a Manchester, Zuculini contaba con la confianza de directiva y cuerpo técnico, por lo que, a priori, iba a tener tiempo y minutos para evolucionar como jugador a la orilla del Turia, pero sorprendentemente, en el Valencia jugó únicamente 45 minutos en 6 meses. Bien es cierto que por delante suya tenía a Parejo, Enzo Pérez o André Gomes, pero jugar un rato en tanto tiempo para un chaval de su edad, es un palo muy gordo.
Estaba claro que Nuno prefería otras opciones antes que al ex de Rracing, por lo que se le buscó una salida. Su destino iba a ser el Córdoba de Djukic, recién ascendido a la categoría y en el que su competencia era de un escalón más bajo a Parejo Gomes y compañía. Debutó al poco tiempo de llegar y jugaba regularmente, pero no tuvo suerte y en mayo se rompió el menisco de su rodilla, por lo que decía adiós a la temporada habiendo jugado tan solo 8 partidos. El Córdoba daba por finalizada su cesión. Volvía al Manchester City.
A su regreso a Manchester, se encontró el panorama muy parecido a como lo había dejado. Iba a ser una quimera tener minutos y Pellegrini le ofreció irse cedido al Boro de Aitor Karanka para la temporada 15-16, equipo puntero por aquel entonces de la segunda división inglesa. Le fue imposible participar. No se adaptó ni encajó en el equipo. Karanka tenía muy definido el 11 titular y las cualidades del nuevo futbolista del Rayo no encajaban en lo que el técnico español tenía pensado para su equipo habitual. Viendo que tampoco iba a jugar en el Boro, el AEK de Atenas, entrenado en 2015 por Poyet llama a su puerta y pregunta por una cesión del jugador hasta junio de 2016. Sobre el papel, un cambio de aires le iba venir muy bien: una liga con menor presión que la de Inglaterra y de nuevo un técnico que conoce la su fútbol. Y al igual que en Córdoba, donde parecía que iba a ser importante en el tiempo que durase la cesión, se lesionaría de gravedad a mediados de febrero, un mes justo de su llegada, lo que haría que el AEK diese por finalizada su cesión.
Llegamos entonces a este verano. Guardiola aterriza en Manchester y con él una nueva idea de fútbol que poco tenía que ver con la del entrenador que llevó a Zuculini al viejo continente. Desde principios de verano, al argentino se le quiso buscar una salida, ya que con Fernandinho, Gundogan, Delph y compañía lo iba a tener complicado. Guardiola se encargó de rechazar las ofertas que iban llegando ya que el catalán buscaba un club muy concreto. Un lugar donde Zuculini recuperase la confianza que perdió en estos dos años, ya que en un futuro no muy lejano, Pep querría contar con él. ¿Y qué mejor sitio que el club que logró superar en posesión al Barça? Pese a haber cambiado de entrenador, ya lo dijo Planes en su presentación: «Zuculini es un jugador tipo Rayo.»
Como comentaba al inicio, a lo largo de su carrera fue retrasando su posición. Actualmente es un pivote defensivo que basa su fútbol en la intensidad y el poderío físico. Siempre colocado por delante de los centrales, es el encargado de iniciar la jugada y conectar con sus compañeros del centro del campo. Tiene muy buen primer pase y criterio a la hora de mover la pelota. Además sabe cuando puede y cuando no llegar al área desde segunda línea para explotar su gran disparo. En defensa roba infinidad de balones y abarca mucho campo debido a su resistencia. Ahora mismo tiene a Fran Beltrán por delante, y viendo lo poquito que ha venido jugado últimamente, le va a costar entrar aunque lo normal es que acabe siendo titular junto a Trashorras. Futbolista muy similar a Baena aunque más ofensivo y técnico.
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