Carta abierta a Martín Presa

16/08/2021
Carta abierta a Martín Presa

Carta abierta del Rayo Femenino a su presidente, Raúl Martín Presa.

En Matagigantes hemos querido imaginar qué le diría el Rayo Femenino a su presidente, si pudiera trasladarle unas líneas a través de una hipotética carta. Hemos tratado de dar vida al equipo como «persona de carne y hueso» y en un ejercicio de imaginación, pensamos que podría ser algo parecido a esto.

«Hola, presidente.

Pensarás que el inicio de esta carta es bastante frío y no te falta razón. Habitualmente se usa un estimado o querido, pero es que no eres ni una cosa ni la otra para mí, por lo tanto no vamos a andarnos con hipocresía a estas alturas del partido.

¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo, es normal. Pues es que estaba aquí solo, me había puesto a recordar, me entró la melancolía y te tenía que hablar. Seguro que estas líneas te han resultado conocidas y es que la canción de Celtas Cortos lo mismo vale para hablar de las palabras que se le dedica a una vieja amiga, que a un presidente que ningunea a un equipo femenino de fútbol. 

Nos conocemos hace ya casi 11 años y nuestra relación lejos de mejorar, se ha ido enquistando hasta el punto de hacerse bastante inaguantable. Cuando utilizo el verbo conocer es porque alguien nos presentó un día, pero no sé ajusta para nada a la definición de dicho verbo: «Tener idea o captar por medio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y circunstancias de las personas o las cosas». 

En 11 años no te has molestado en intentar captar ni la naturaleza ni las cualidades ni las circunscripciones que me rodean. Sí, el año pasado has venido a algunos partidos, pero sería porque, a buen seguro, te falló tu plan A y no tenías nada mejor que hacer. Porque dicen que las cosas se suelen hacer por interés o por cariño y tú no demuestras el más mínimo interés en mí y la ausencia de cariño está más que probada. ¿De dónde te viene esa animadversión al fútbol femenino, Raúl? ¿Tal vez en el colegio jugando en algún recreo una niña te hizo un caño y no has sido capaz de superar ese trauma infantil?

Juro que he intentado (en vano) profundizar, reflexionar y pensar qué te he podido hacer, pero siempre llego a la conclusión de que lo único que he hecho es pasear el nombre del Rayo y de Vallecas por España y Europa, por no hablar de que durante muchos años he sido el único equipo en el club que disputaba la máxima competición nacional de fútbol. Lejos de mostrar un mínimo de agradecimiento, aunque tampoco quiero que me pases la mano por la espalda y me conformaría con que me mostraras respeto, sistemáticamente has ido dando vueltas de tuerca para hacerme la existencia un poco más complicada y difícil. Has logrado que emblemas de la Franja como son Natalia Pablos y Alicia Gómez se fueran de su casa sin pena ni gloria, con el pesar de ambas y de una afición que les adora. El último caso de hartazgo ha sido el de Cristina Auñón, a la que has conseguido aburrir/amargar/cansar en un tiempo récord y ha preferido poner kilómetros de por medio a seguir en la que siempre ha sido su casa, por no tener que aguantarte más tiempo.

¿Realmente crees que estás obrando de forma correcta? Como empresario que haces gala de ser, ¿Piensas que es legal tener a empleados/as trabajando sin dar de alta? Raúl, tú lo has tenido muy sencillo y caíste de pie a trabajar en la empresa familiar, no todo el mundo ha sido tan afortunado, pero no hay que ser un lumbreras para saber qué es de «primero de currito» eso de comenzar a trabajar con tu contrato firmado por ambas partes y tú te lo saltas a la torera de forma sistemática, temporada tras temporada.

Finalizo ya porque entiendo que estarás muy liado con el regreso de mi hermano masculino a la Primera División y los focos y la farándula que ello conlleva, desgasta sobremanera a cualquiera de los mortales y entiendo lo duro que debe resultar ser el presidente de un equipo así. Pero, Raúl, no te olvides que también eres presidente de un equipo femenino o de 14 equipos de cantera que merecemos un respeto que, a día de hoy, brilla por su ausencia por tu parte. 

Te pido que seas honesto con todo el mundo y si no me quieres e incluso me tienes hasta cierta inquina, no sigas alargando esta agonía y ten el valor de dar carpetazo definitivamente a esta historia de desprecios continuos.»