Regresa Alberto Leva con su sección ‘Los lunes al sol’, en versión actualizada 2.0. Más solo que la una, reflexiona sobre las tres derrotas de este fin de semana
Buenos días amigos de la franja roja. Muchos pensarían que estaba aún de vacaciones y algunos que ya no volvería a dar el coñazo semanal desde MATAGIGANTES. Para alivio de estos últimos vuelvo y además para quedarme, sois mis Kevin Roldán particulares y por lo tanto me debo a vosotros.
Además juro que echaba de menos a mis compañeros de cada lunes en el banco de Pedro Laborde, banco que estaba absolutamente vacío y que tan solo tenía un post-it pegado en el que se podía leer: «Querido Leva, si estás leyendo esto es que has vuelto al tajo, nosotros estamos en plena pretemporada en Benidorm. PD. Jódete y baila, amigo». Con tal panorama a ver con quién iba a charlar yo del fin de semana futbolero, si ni siquiera había palomas a las que echar de comer mientras les explicaba el golazo de Bebé. El aspecto de mi banco era más triste que el fondo norte del Estadio de Vallecas en plena huelga de animación.
Lo cierto es que tampoco tenía mucho que contar después del fin de semana que hemos tenido, donde los rayistas hemos perdido hasta el autobús a la hora de ir a cogerlo. El fin de semana ha sido más triste que un concierto de Álex Ubago, con Fran Perea de telonero. Empezamos el sábado torcidos y haciendo honor a nuestro apodo de «equipo aspirina». Visitábamos al Sevilla que estaba más jodido que Messi escribiendo un discurso de 100 palabras, pero nosotros con nuestros errores -reincidentes- les quitamos todos los males de un plumazo y los puntos se quedaron en casa. La nota más positiva de este partido es que Javi Guerra sigue metiendo goles -tres en cuatro partidos- como churros, algo que tampoco era descabellado ya que siempre lo ha hecho y, en este caso, la apuesta de Felipe es a caballo ganador. ¿Manucho? Es otro tipo de equino, más tirando a potro que a semental…O quizás no.
Ayer era el turno del filial, turno de un equipo en el que solo tiene barba el entrenador, Diego Merino, y poca, muy poca. Se enfrentaban al equipo del «Barrio de la Pili» como se conocía al Barrio del Pilar en determinados círculos de nuestro barrio. Hace años había incluso cierto pique porque fardaban de tener La Vaguada y nosotros no pasábamos del minúsculo Centro Comercial Albufera, lugar donde se daban cita los jovenzuelos vallecanos para intentar «pillar cacho» si no te llegaba la pasta para ir al Sinausia (luego Excalibur). ¿Ahora qué? Ahora tenemos La Gavia, lugar de reunión, paseo y concentración de canteranos rayistas, algo así como Valdebebas pero mucho más animado, con nuestro Bershka, Mango y 100 Montaditos.¡¡Minipunto para los vallecanos!! En cuanto al fútbol, no rascamos ni siquiera ese minipunto, de nuevo se repitió la historia, buen juego de nuestros chavales y ellos con veteranía, tablas y una jugada a balón parado nos ganan el partido. La Tercera División es así de cabrona, para los chicos va a ser algo así como uno de esos MBA que tan de moda están ahora.
Con las chicas tampoco corrimos mejor suerte. Jugábamos contra un recién ascendido, en un escenario tan idílico como Tenerife y el resultado no pudo ser peor… Bueno, sí que lo pudo ser, pero gracias a Santa Alicia de la Gran Parada se quedó «solo» en tres a cero. En el Tenerife había una ex del Rayo y como no podía ser de otra forma, ella nos hizo el primer gol. En este caso quiero romper una lanza en favor del equipo porque conociendo el presupuesto que maneja, el mimo con el que les trata el Rayo y el cariño que les procesa nuestro presidente, el viaje hasta las islas debió ser algo parecido a las fotos de abajo.
Algunos pensarán que para el Rayo Vallecano el fin de semana ha sido más malo que un «Unplugged» de Enrique Iglesias, pero hay algo de luz al final del túnel y esa luz viene de la mano de los mismos que el año pasado nos dieron tantas alegrías. El juvenil «A», este año dirigido por Juanvi Peinado, cuentan sus partidos por victorias. Esta semana, con goles del hijo de los señores de Montiel, Joni, y de un tipo al que me niego a pronunciar su apellido por miedo al ridículo, «Franchu» Feuillassier, que es nuestro particular Messi de la franja. Además éste mucho es más vivo y despierto y capaz de escribir sin problemas ese discurso de 100 palabras.
Esperemos que el fin de semana próximo la suerte juegue a nuestro favor y que pueda contaros muchas victorias de la franja. Hasta entonces disfrutad, rayistas.
Alberto Leva